Armado superclásico
Con urgencias diferentes, los dos “grandes” encaran 2019 con objetivos similares: reincorporarse a la lucha por la Superliga y ser protagonistas en la Copa Libertadores.
Regresó ayer al trabajo con una práctica en el Monumental. Desde hoy, su pretemporada se llevará a cabo en Uruguay. Varios jugadores aparecieron teñidos porque cumplieron una promesa tra
Pasó la finalísima 2018 de la Copa Libertadores. Y a menos de un mes del histórico partido en Madrid, el objetivo sigue siendo el mismo para el campeón River Plate y para el gran derrotado, Boca Juniors: la edición 2019 del máximo torneo continental a nivel de clubes.
River quiere algo que nunca logró en su historia: ser bicampeón de América. Y Boca pretende ganar la Copa que se le escapó el año pasado y que no consigue desde 2007.
Marcelo Gallardo afrontará el compromiso con la serenidad y las espaldas anchas de haber ganado dos Copa Libertadores (2015 y 2018). En cambio, el flamante entrenador boquense, Gustavo Alfaro, al igual que su antecesor Guillermo Barros Schelotto, volvió a poner la Copa como la meta excluyente de su gestión, aquello que lo elevará al cielo o lo hundirá en el infierno.
“Soy consciente de que me contrataron para ganar la Copa, es un anhelo ferviente del club, a eso venimos”, dijo Alfaro cuando asumió su cargo la semana pasada. El mensaje fue muy claro: todos los esfuerzos de Boca, otra vez, estarán centrados en salir campeón de América. Por sus propias necesidades deportivas y porque el presidente “xeneize” Daniel Ángelici, no quiere irse a fin de año sin haber podido levantar el trofeo que su mentor político, Mauricio Macri, alzó cuatro veces entre 2000 y 2007.
Por primera vez desde su edición inicial en 1960, la final de la Libertadores 2019 sucederá a partido único, que se jugará en Santiago de Chile recién el 23 de noviembre. Y en marzo, comenzará la fase de grupos que se extenderá hasta principios de mayo. Boca debutará el martes 4 en Cochabamba (Bolivia) frente a Jorge Wilsterman, en