Mereció mucho más
Belgrano se plantó en Tucumán, pero no pudo concretar ni una de las tantas situaciones que generó. Empató 0-0. Sirve de poco.
Belgrano dejó escapar anoche en Tucumán una chance inmejorable para conseguir su primer triunfo de este año, porque contó con no menos de ocho ocasiones para romper el cero y falló en todas. Por eso el 0 a 0 final con San Martín fue un castigo a su falta de precisión en ataque.
En un partido cargado de nervios y en el que los dos pusieron en juego muchísimo, fue de principio a fin el equipo de Córdoba el que mejor hizo las cosas y el que siempre merodeo el arco de Carranza para quedarse con todo, pero no es casualidad que sólo logró un gol en 360 minutos jugados y que esté penúltimo en la tabla.
Vibrante, cargada de tensión y con poco juego se disputó la primera parte de esta verdadera final por la permanencia. Porque de movida fue el local el que buscó, pero falló en los metros finales.
La primera porción del partido fue tremenda, porque la “B” no dio en la tecla a la hora de jugar y el manejo de la pelota fue una pesadilla. Sólo Cuero se destacó, que ganó por potencia y velocidad, y enloqueció al fondo local.
Casi hasta los 30, siempre San Martín amagó a que iba ser más de lo que fue, mientras que las contras fueron una constante en la “B”, pero sin la puntada final, porque “el morocho” hacía todo y cuando la jugó para sus compañeros, estos fallaron siempre.
Mendoza en la única que embocó al arco en todo el partido remató suave tras centro de Cuero y el balón, tras dar en el guante de Carranza, rebotó contra el caño y el cero siguió.
Y cuando el parcial inicial se terminaba, Guidara quiso jugar de cabeza a Rigamonti y la pelota dio en el travesaño, pero con la fortuna de que Viola no agarró el rebote.
En el segundo fue un concierto de fallas por parte del Pirata, que una tras otra vez fue pifiando lo que eran sus jugadas de mejor elaboración. Fue Sequeira, Mendoza, Carranza, el poste, la mala puntería y el mal arbitraje (anuló mal un gol a Mendoza) lo que conspiró para que la justicia no se hiciera realidad con un gol cordobés.
Pero no se trata de suerte únicamente, porque una vez puede ser, ya más de eso no. Belgrano fue un cúmulo de errores y lo hizo con 11 en cancha y con 10 también.
El sabor amargo en la boca es porque fue un partido ganable, que se presentó para quedarse con todo y fue el propio Belgrano el que hizo todo para que no fuera así. Lo bueno es que sumó de visitante. Lo malo es que al torneo le queda una fecha menos por jugar y sigue en zona de descenso.