Mucho Boca
Estudiantes de Río Cuarto dejó una buena imagen e hizo un buen partido ante el Xenezie, que marcó la diferencia con sus individualidades.
Estudiantes de Río Cuarto no pudo con la jerarquía del Xeneize. Por la Copa Argentina, pasó el más poderoso. El Celeste ahora se enfoca en su lucha por el ascenso a la B Nacional.
Entraron a jugar el partido de sus sueños. La oportunidad que muchas veces imaginaron. Pero no siempre el destino regala noches épicas para los más humildes, algo que suele verse con asiduidad en la Copa Argentina.
Esta vez, Estudiantes de Río Cuarto no pudo ante la jerarquía de Boca Juniors, en el partido disputado ayer en Mar del Plata por los 32avos de final del certamen.
Con goles de Ramón “Wanchope” Ábila y Mauro Zárate, el equipo de Gustavo Alfaro se terminó imponiendo sin ser muy superior y avanzó a la próxima fase, donde jugará ante Almagro.
Para el equipo de Río Cuarto tocará ahora volver a su “realidad”, que es buscar el ascenso a la Primera B Nacional. Algo que está a dos partidos de poder concretarse.
De igual a igual
Estudiantes no se guardó nada y salió decidido a hacer historia en Mar del Plata. Desde el primer minuto, el equipo de Marcelo Vázquez intentó jugar de “igual a igual” ante el Xeneize.
Y el partido transcurría según el plan del entrenador mendocino, que quería combatir en mitad de cancha contra los de Alfaro y no refugiarse en su campo.
Pero, a los 18 minutos, una jugada individual de Mauro Zárate terminó en un centro y un error increíble de Lucas Suárez. El lateral izquierdo de Estudiantes quiso despejar y le terminó sirviendo el gol a “Wanchope”, que sólo tuvo que empujarla para el 1 a 0.
Ese gol le allanaba los caminos a Boca y desafiaba al equipo de Río Cuarto a cambiar su plan de juego e intentar ser aún más ofensivo.
A los 33 minutos, y tras un córner ejecutado por Beraldi, Estudiantes tuvo el empate en una jugada insólita, donde el arquero Díaz y todo Boca salvó en la raya el 1 a 1 en cuatro oportunidades.
Con esa hidalguía insistía el equipo riocuartense, que por momentos dominaba a un Xeneize dormido y, hasta por momentos relajado.
Pero antes del cierre de esa primera etapa, Boca volvió a mostrar sus credenciales y su potencia individual.
Zárate sacó corto un córner, se la devolvieron y fue avanzando. Una vez que se encontró casi de frente al arco, fuera del área, metió un zurdazo bajo, contra el palo, que fue imposible de detener por Peralta. Fue el 2 a 0 que liquidaba las esperanzas de Estudiantes.
Todo se complicó más aún apenas comenzado el segundo tiempo, cuando el delantero Javier Ferreira se fue expulsado por doble tarjeta amarilla.
Así, Estudiantes se quedaba con un futbolista menos en cancha y todo se hacía cuesta arriba.
De ahí en adelante, el equipo de Alfaro fue regulando y guardando energías para lo que vendrá en su ajetreada agenda.
Estudiantes fue en busca del descuento con sus armas, pero la historia ya estaba sentenciada.
El equipo de Río Cuarto no tuvo la noche épica que soñó. Pero esa noche podrá llegar en unos días, si logra el ascenso a la B Nacional.