Athletic se sacó una espina
El conjunto de Jardín Espinosa derrotó al pentacampeón por 23 a 17 en un partido tan duro como parejo. El try de Pedro Cané, a cuatro minutos del final, fue determinante.
Si algo quedó claro ayer en Villa Warcalde es que Córdoba Athletic, ganándole el partido a Tala por 23 a 17, logró sacarse una espina que le venía molestando desde el año pasado, más precisamente del 20 de septiembre del 2018, oportunidad en que fue derrotado en la final por 23 a 15. Porque más allá que de aquel sábado en la cancha de fútbol de la “U” a hoy las circunstancias son otras, el compromiso sigue siendo el mismo: el de ganar un partido que le permite reacomodar las cargas, puntualmente en lo anímico ya que el torneo aún no llegó a cubrir la mitad de su recorrido.
Tampoco se puede obviar mencionar que el conjunto “inglés” , más allá de haber hecho méritos como para quedarse con el triunfo, contó un handicap que no tuvo entre los papeles a la hora de armar el partido, como fue haber jugado con uno más a partir de los 19 minutos del primer tiempo al ser expulsado de forma directa Federico Simondi por juego peligroso. Nunca se podrá saber con certeza en cuanto pesó para Tala la pérdida del joven y talentoso octavo, aunque bien es conocido que a paridad de fuerzas, esos pequeños detalles suelen ser determinante en el resultado final.
Esto viene a cuento a todo lo que sucedió de allí en más, ya que así como el local llegó a jugar con dos menos durante 10 minutos (recordando que también en la misma jugada fue amonestado su capitán, Gonzalo Ruiz) fue el conjunto albinegro quien dominaba. Que la había iniciado forzando al árbitro Esteban Filipanics a cobrar un try penal al ceder la resistencia rojinegra a puertas del ingoal ;yeltryde Ernesto Bazán (y conversión de Nicolás Cassutti) para poner a los dueños de casa 14 a 3 arriba.
Pero por aquello que el partido no era precisamente uno más y se debía jugar al límite, es que los de Jardín Espinosa, con un try apoyado por Ignacio “Moto” Rizzi más el aporte de Tomás Caffaratti sumando cinco puntos más producto de una conversión y penal sobre el final, dejara abierto el partido para cualquiera.
Porque así como Tala hizo lo imposible para que no se le notara que tenía un jugador menos, no se lo veía cómodo. Y si a esto se le suma que no estuvo preciso producto de la asfixiante marca del conjunto visitante, es que para la segunda mitad estuvo demasiado lejos de poder llegar al ingoal de enfrente (como que recién a los 29 minutos pudo sumar tres puntos vía el pie de Nicolás Cassutti) atento a que eran los rojinegros ya se habían adueñado de escena.
Como a los ponchazos y no todo lo prolijo que todos desean seguramente, pero con esa enjundia que, generalmente, hacía intuir que en cualquier momento invadirían el ingoal. Y lo logró casi sobre el filo del atardecer de mano de ese pequeño gran jugador que es Pedro Cané, zambulléndose bajo los palos para ponerle “lacre” a una victoria que, en la intimidad del vestuario, seguramente que les supo a gloria.