El VAR naufragó en el Mineirao
“La Organización Mundial de la Salud advirtió que el uso excesivo de las nuevas tecnologías puede producir en las personas vulnerables un síndrome clínico de características similares a las adicciones, precisamente para evitar la adicción al VAR por parte de jugadores, técnicos, hinchas, periodistas, etc. Es que desde la Conmebol decidimos regular la utilización de la tecnología en el fútbol, aplicándola en algunos partidos y en otros no, como en el caso de BrasilArgentina”. Con este argumento basado en la prevención y el diagnóstico precoz el dirigente de la Confederación Sudamericana, Carlos Chamuyo, salió a contestar la carta que la AFA envió al organismo en la cual se duda (“sin razón alguna”, según el vocero) de la ética, la lealtad y la transparencia del organismo después de los penales no sancionados para Argentina en Belo Horizonte.
Para la Conmebol, el enojo de Lionel Messi y el resto de los jugadores argentinos, el cuerpo técnico y “el Chiqui” Tapia, le dan la razón a su postura sanitarista ya que es producto del síndrome de abstinencia generado por la falta de VAR en el partido. “La irritabilidad es una de las reacciones derivadas de la abstinencia, y nos confirma que vamos por el buen camino para
evitar que el fútbol sea fuente de adicciones. Hay jugadores que ya piden el VAR cuando le sacan una multa de tránsito o para ver quien se robó la molleja de la parrilla. La salud está por encima de todo, incluso de un partido turbio”, explicó.
Chamuyo también descartó la entrega de la “caja negra” del VAR para su análisis, porque el VAR no se estrelló en ningún momento. “Nadie le pide la caja negra a un avión que está en tierra a punto de despegar, es una cuestión de sentido común. De todos modos, y por la dudas la AFA insista, ya fue arrojada desde un helicóptero sobre una tribu amazónica de reducidores de cabezas que no tiene contacto con el mundo exterior. Para ellos es un objeto sagrado que cayó del cielo, si Tapia la quiere que la vaya a buscar y trate de convencerlos”, agregó.
Otro aspecto polémico que rodeó al VAR fue la interferencia que sufrió por parte de los equipos de comunicación de los guardaespaldas de Bolsonaro. La organización confirmó que la interferencia existió pero que fue de gran ayuda porque el propio Bolsonaro asumió la conducción del sistema. “Cuando ‘el Kun’ Agüero cayó en el área el presidente nos dijo que ni revisáramos la jugada porque había tropezado con un hongo que había surgido en el área debido a la humedad reinante, y cuando se desmoronó Otamendi nos indicó que fue una lipotimia”, aseguró un operador.
En cuanto al envío epistolar de “el Chiqui” Tapia, un largo párrafo está dedicado al árbitro del partido Roddy Zambrano, quien evidentemente está pasando por una crisis de credibilidad en el fútbol argentino. La carta menciona los antecedentes negativos del colegiado cuando dirigió equipos nacionales, le achaca falta de capacidades técnicas para dirigir Brasil-Argentina (incluso en la variante de metegol), no haber consultado el VAR en los penales y participar de la sorpresiva vuelta olímpica de Bolsonaro en el entretiempo, saltando envuelto en una bandera brasileña. Todos estos elementos fueron analizados por Cancillería que ya tendría en carpeta declarar persona no grata a Zambrano en Argentina, con prohibición de ingreso al territorio nacional hasta el 2060. “Calculamos que para ese entonces ya no va a dirigir”, explicó un vocero del Palacio San Martín. Para garantizar el cumplimiento de esta última disposición se reforzó el operativo Escudo del Norte por si intenta atravesar la frontera por el sector más septentrional del país. “El objetivo es evitar que ingrese y dirija algún partido, ya es suficiente con los árbitros que tenemos”, agregó la fuente.
Si alguien pensó que con el VAR se terminarían las polémicas, los pillajes y los insultos a las madres de los árbitros, destruyéndose así buena parte del folklore del fútbol, el partido de Belo Horizonte dejó en claro que con árbitros como Zambrano y usando el sistema cuando se tiene ganas, las broncas, los improperios, las controversias y hasta los partidos arreglados seguirán gozando de una envidiable salud.
El antecedente más doméstico pero con la Conmebol por detrás fue el recordado, nunca consultado ni sancionado, penal de Pinola a Benítez por Copa Libertadores. Nadie pidió la caja negra pero deja en claro que no sólo en el Mineirao crecen rozagantes las bananas.