El golazo, un pase y poco más
Para llegar al 1-0 de Menéndez, hubo que esperar al ingreso de Bustos, dueño del pase que nadie había dado.
El pase sigue siendo soberano en el fútbol. Si bien el golazo de Jonathan Menéndez (todavía la está buscando Lucas Hoyos ...) va a seguir siendo tema de conversación en el Mundo Talleres, también debería haber una reivindicatoria referencia hacia la cesión de Nahuel Bustos.
Sin su cesión no se habría dado el 1-0 de “Jony”. Con Vélez lanzado, el recién ingresado sabía que debía resolver con rapidez. Por los espacios que había y la libertad que le habían dado poner a correr a Menéndez era una acción que tenía bien presente.
Así que apenas recibió fuera del área, dominó muy bien y sacó una pase bárbaro de zurda para que “Jony” cambiara su papel en el juego. Fue una cesión con ventaja porque le ofreció distintos escenarios a Menéndez: podía irse cara a cara con Hoyos o hacer una pausa esperando la llegada de Junior Arias o del mismo Bustos o enganchar hacia adentro para ponerse de zurdo y cruzarla al segundo palo. Está última opción fue la que tomó y todo Talleres festejó.
Sin embargo, con ese pase, Bustos, hizo más que Pochettino, Fragapane, Méndez y hasta Dayro Moreno, quienes habían producido poco y nada, claro en un escenario con espacios más reducidos. Nahuel fue más directo y Talleres necesitaba eso.
Antes y después
Antes de esa combinación, Talleres había llegado a un punto en el que la falta de precisión y profundidad habían atentado seriamente contra el intento de ser un equipo de ataque, que hiriera en serio a Vélez .
Su presión, sobre el medio velezano y obligando a que los centrales dividieran la pelota, le permitía recuperar rápido. Luego, empezaban los problemas: con Dayro Moreno pivoteando, renegó bastante para encontrar el pase siguiente que pusiera mano a mano a Fragapane al propio “Jony” o a quien se animara a probar qué tan seguros podían ser los centrales velezanos. Ese trabajo, trataron de hacerlo Tomás Pochettino, Ignacio Méndez (se fue lesionado por el patadón de Agustín Bouzat que debió ser penado con la expulsión por el juez Ariel Penel) hasta el propio “Fraga”, quien intentó hacer jugar a “la T” desde la banda derecha.
No hubo éxito. Hasta ese momento la mejor respuesta había sido defensiva al controlar lo poco que había generado Vélez. El manotazo genial de Guido Herrera, que fue abajo contra Lucas Robertone, fue la acción que podría haber cambiado todo. Pero quedó en eso.
La lectura de Gabriel Heinze, de adelantar a su equipo y ordenar los ingresos de Maximiliano Romero, Pablo Galdames y Thiago Almada, le dieron a Talleres los espacios que no podía generar. Así Nahuel Bustos, parado como un enganche, se iluminó y habilitó a “Jony”. Vino el 1-0, Vélez se descubrió más y Talleres pudo ampliar. Igual el 1-0 fue suficiente.