Argentina y los invitados sorpresa
Lionel Scaloni, después del triunfo de ayer sobre Ecuador, estaba muy contento. No ha sido fácil para él eludir tanto escepticismo en torno a su idoneidad como director técnico, pero mucho más como entrenador de la selección argentina. Ha recibido críticas de las más diversas y potentes, y el soslayo burlón de quienes esperaban su rápida caída.
El 6 a 1 lo dejaba más que conforme, en dos fechas Fifa mucho más tranquilas de lo pensado. El empate con Alemania y el amplio triunfo en Elche le terminaron de limpiar el camino.
Scaloni ahora sabe que por más que Agustín Marchesín haya atajado en los dos amistosos, de Franco Armani o Esteban Andrada saldrá el arquero en el comienzo de las eliminatorias. La realidad también le dice que para marzo Nicolás Otamendi es el único defensor que parece tener el puesto asegurado; que Juan Foyth tiene más chances que cualquier otro de ser el lateral derecho y que Nicolás Tagliafico tranquilamente podría cederle el puesto a Marcos Acuña, un poco por su discreto nivel en los últimos partidos pero más por lo que “Huevo” ha venido mostrando, más allá de su actuación ante los ecuatorianos. Scaloni también sabe que en su gestión no ha visto un segundo zaguero central que combine solidez y buena salida con la pelota como para acompañar al jugador de Manchester City. Marcos Rojo parece fuera de combate; la pelea asoma que estará entre Walter Kannemann, Lucas Martínez Quarta y Germán Pezzella.
El entrenador tiró varias monedas al aire en el medio campo en el comienzo de su gestión y algunas, al caer, le mostraron rostros seguros y decididos. Rodrigo De Paul con su ida y vuelta y muy buenos fundamentos técnicos con el balón será quien ocupe el andarivel derecho, en tanto que Leandro Paredes será el “5” que piense más en jugar que en marcar, en una franja que necesita un poco más de obstrucción. El costado izquierdo de ese sector es otro que no tiene candidatos definidos: sin regularidad en sus actuaciones, Giovani Lo Celso, Ángel Di María y Paulo Dybala, y más todavía Ángel Correa, podrían verse relegados por el jugador sorpresa, el que llegó en silencio pero con mucha convicción para ir hacia adelante, tanto por su fortaleza física como por su habilidad: Lucas Ocampos.
Quedará en Scaloni la interpretación de cada partido para poner a Messi y a Lautaro Martínez o Sergio Agüero como delanteros, agregándole a Lucas Alario, ya sea para arrancar desde atrás como ocurrió en el gol de Ocampos ante Alemania o como delantero de área, abordable perfectamente desde el aire como para que pueda hacer valer su cabezazo.
Ocampos y Alario parecieron decir “vinimos para quedarnos”, en poco más de 90 minutos en cancha. Fueron imprescindibles para que Argentina accediera a un empate casi utópico ante Alemania y para que en Elche, ¡por fin! la selección nacional terminara un encuentro sin sobresaltos. Fueron lo más valioso y sorprendente de la doble presentación de Argentina en Europa. Sus condiciones naturales parecen darle alternativas sólidas a un sector del equipo que casi siempre prometió más de lo que cumplió.
Frente a Brasil y Uruguay o Paraguay (a confirmar), en las próximas fechas Fifa, Scaloni pondrá el equipo que tiene pensado para el comienzo del camino hacia Qatar 2022. Lo pensará tranquilo. Los resultados y las correctas actuaciones en estos dos últimos partidos le evitarán presiones y hostigamientos y lo harán mirar el futuro con mucho más optimismo.