Árbitros orientales bajo amenaza
medio.
Allegados a Danubio, en cambio, consideraron que la preocupación era excesiva y señalaron como ejemplo a un reconocido manipulador de fotos, Stalin, quien hizo borrar con diluyentes de tinta de todas las fotografías públicas en las que aparecía Trotsky y, sin embargo, el líder revolucionario ruso es una figura histórica.
“Deben quedarse tranquilos, Tejera no podrá ser borrado de la historia y sobre todo luego del penal que cobró contra Danubio”, aseguraron con cierto aire de reproche.
Como consecuencia de la protesta, la Asociación Uruguaya de Fútbol le dio la razón a los árbitros y el reportero gráfico, que había sido acreditado como “tercer fotógrafo” del partido, pasó a integrar la lista negra del fútbol uruguayo que impide el ingreso a las canchas por lapsos de hasta 15 años a quienes la engrosan y que hasta enero contaba con 927 integrantes.
“Cuando lleguemos a mil miembros haremos una gran fiesta”, afirmó uno de sus integrantes acusado de amenazar de lesiones graves a un equipo completo de la segunda división por bajo rendimiento.
Lo cierto es que la amenaza del fotógrafo danubiano colmó la paciencia de los árbitros uruguayos que vienen recibiendo intimidaciones tales que obligaron a un j uez de línea a bajarse de la terna del partido entre Nacional y City Torque, por amenazas de los barras tricolores.
El asistente se rehusó a comprobar el grado de veracidad de lo que le prometían estos sujetos y directamente prefirió ver la fecha por televisión.
Más allá de lo bueno, malo o peor de los arbitrajes, el fanático nunca debe perder de vista que el fútbol no podría jugarse sin árbitros razón por la cual la labor de los colegiados fue establecida dentro de las actividades esenciales durante la pandemia aun cuando el fútbol había dejado de jugarse.
En consecuencia la convivencia entre hinchas y árbitros es una necesidad imperiosa para el desarrollo del espectáculo.