Bogotá
Después de que un patrullero policial atropellara al grafitero Diego Felipe Becerra en 2011, la visión sobre la práctica del grafiti en Bogotá (y en Colombia en su totalidad) cambió radicalmente. Ya no sería un delito y el grafiti y muralismo serían protegidos por la ley colombiana, favoreciendo la expresión artística. Tanto, que incluso todos los años se celebra
Distrito Grafiti, un festival donde participan artistas de diferentes nacionalidades e intervienen murales de Puente Aranda. El año pasado se llevó a cabo la cuarta edición del festival y ya suman 101 muros intervenidos en total. Así, el área logró posicionarse como la zona del país con mayor concentración de grafiti de gran formato de América Latina (y el mejor punto de partida para descubrir el lado grafitero de Bogotá).
La ciudad se transformó a través del arte, en forma de graffiti tags (firmas de grafiteros que se han formado con un estilo propio), mensajes políticos, hasta creativos murales pintados a mano con aerosol que se levantan a lo alto y ancho de las paredes. Incluso algunos comercios contratan a artistas locales para pintar sus paredes y así sumarse a esta nueva ola artística.
Gracias a estas medidas tomadas por el gobierno y la comunidad de la capital colombiana, el arte urbano es actualmente reconocido como una forma de expresión libre y un medio para la democratización del espacio público. Lo que antes parecía un acto vandálico, hoy es reconocido como arte.
un gran plus de los murales al aire libre es que visitarlos es gratis! y están abiertos todo el día, todos los días.