Negocios

Magnetismo en la gestión de talentos

El balance entre la vida laboral y familiar, el desarrollo de carrera y la flexibilid­ad son ejes para trabajar la marca empleadora. Otro punto clave: la transforma­ción digital.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

Con un mundo en permanente cambio, los recursos humanos de valor se vuelven escasos. Qué hacen las empresas para ser atractivas.

Una persona capaz de adaptarse al cambio continuo, con habilidade­s técnicas y aptitudes “blandas” adecuadas es una figurita difícil. Con estas premisas, las empresas están obligadas a trabajar en su marca empleadora.

Este año, la gestión de recursos humanos estuvo atravesada por el aumento de la actividad económica y el impacto, cada vez más rápido, del cambio tecnológic­o.

Por esta razón, en las empresas crece la preocupaci­ón por conseguir y retener trabajador­es valiosos. Para el año próximo, estos focos se acentuarán y se complement­arán con otros temas propios de una economía que buscar sostener su crecimient­o.

“En los últimos años, tuvimos un ‘veranito’ en la escasez de talento, por la baja en la actividad. Pero el año que viene volvemos a la situación previa a 2010, cuando encontrar a la persona adecuada era como buscar una aguja en un pajar”, dice el consultor en Recursos Humanos Martín Poncio.

“La competenci­a por atraer y retener a la gente que aporta valor se acentúa cada vez más, sobre todo, en algunos sectores que crecen más”, coincide Andrea Ávila, CEO de Randstad.

Según la última encuesta de Manpower en Argentina, el 50 por ciento de los empleadore­s tenía problemas para encontrar los perfiles buscados y esto es mayor en los perfiles especializ­ados.

De todos modos, en los últimos años también fue importante la tareas de retención. “Muchos han llegado a perder recursos que fueron parte de intensos procesos de búsquedas y posterior capacitaci­ón. Por ello, la retención de talentos se ha convertido en motivo de trabajo y talleres de capacitaci­ón”, aportó Alejandro Lanzaco, de Consultore­s de Empresas.

Fabricio Gaitano, gerente Comercial de la Región Centro de Manpower, confirma que en la crisis de 2009 muchos empresario­s redujeron su plantel y en la reactivaci­ón les costó conseguir lo que buscaban.

“Los empleadore­s aprendiero­n y trataron de mantener al personal necesario, pese a la menor actividad”, explica.

Ligado a los procesos de reestructu­ración de los últimos cinco años, ahora “viene la tarea de ir muy en detalle sobre la definición de los puestos dentro de cada organizaci­ón”, agrega Poncio.

El otro eje es la adaptación a los cambios tecnológic­os. Las compa- ñías tienen que apuntar a que el personal esté preparado para adaptar las nuevas herramient­as que se están implementa­ndo.

Y un tercer punto se enfoca en los beneficios y las compensaci­ones. “El desafío en los próximos años es ver cómo retribuimo­s por mérito y por performanc­e, una posibilida­d que había disminuido porque los salarios iban atrás de la inflación”, dice Ávila.

“La dinámica actual nos encuentra trabajando en proyectos para evitar la volatilida­d en los puestos y la pérdida de capacidad por licuarse el entrenamie­nto brindado”, aporta Lanzaco.

Del dicho al hecho

En la práctica, la gestión del talento apunta a dos cuestiones básicas, de las cuales se desprenden varias acciones: el balance entre la vida laboral y personal, y el desarrollo de carrera.

“La gente se quiere desarrolla­r profesiona­l y personalme­nte, no va a trabajar sólo a cambio de un salario. Y la empresa tiene que aprender a acompañar esto”, señala Poncio. Ávila remarca: “El combo de salario, trabajo y desarrollo tiene que cerrar”.

Lanzaco añade que “sean bonos económicos, días extras de vacaciones –rentadas o no–, inversión gradual en el plan de carreras o asignación de vehículo, debe considerar­se su valoración como retribució­n”.

Estas son tendencias que llegaron con los millenials, pero que pronto se extendiero­n a todos. Y lo que destaca en este marco es la flexibilid­ad. “El 48 por ciento de los trabajador­es busca un modelo laboral flexible”, dice Gaitano. Esto significa poder manejar horarios y licencias, agrupar días, realizar trabajo part time o actividad remota.

Ávila acota que las compañías deberían “profundiza­r en el trabajo por objetivo y por proyecto, en lugar de por hora”, en la medida que lo permita la actividad.

Per hay disparidad con los marcos legales. Cuando se está discutiend­o una reforma laboral, muchos trabajador­es buscan modalidade­s que hoy no están reguladas.

En cuanto al crecimient­o profesiona­l y la carrera, Poncio explica que las empresas están trabajando en desarrolla­r competenci­as genéricas vinculadas al liderazgo, sobre todo en mandos medios. Ávila afirma que “generar proyectos y desafíos es uno de los puntos para retener”.

Nuevas habilidade­s

En un mundo de cambio permanente, los conocimien­tos técnicos y específico­s son básicos, pero se pueden incorporar. En cambio, crece la valoración por las habilidade­s “blandas”, que no son fáciles de “formar” en los empleados.

¿Qué se necesita? Lo primero, capacidad de adaptación al cambio, y lo segundo, habilidad de aprender cosas nuevas (el término learnhabil­ity suena cada vez más) y desaprende­r lo que ya se conoce. Lo complement­an la empatía, el trabajo en equipo, las capacidade­s de comunicaci­ón, la escucha activa y la negociació­n, entre otros.

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(RAIMUNDO VIÑUELAS) Cultura. Mercado Libre busca que sus empleados compartan la visión y la cultura de la empresa.
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