Cuál es su estrategia para “lavar” su imagen.
En Argentina se acaba de aprobar una ley que establece procedimientos para prevenir y detectar la corrupción en las compañías. Qué estrategia sigue la firma brasileña.
La reciente aprobación de la ley de responsabilidad penal empresaria en Argentina implica obligaciones para las compañías para prevenir prácticas de corrupción.
¿Pero qué pasa si una empresa ya pasó por episodios de irregularidades? En estos casos, las firmas no sólo deben trabajar en la prevención futura, como exigen las nuevas leyes, sino también en desechar las prácticas que permitieron la corrupción y, si fuera el caso, limpiar su imagen ante la opinión pública.
Este es el caso de Odebrecht, involucrada en graves escándalos en distintos países de Latinoamérica. La bomba estalló con el Lava Jato en Brasil y se extendió a todos los países de la región en los que opera u operó la firma.
Luego del encarcelamiento de los directivos involucrados, la empresa reemplazó ejecutivos y comenzó una tarea para recomponer procesos internos y su sanear su imagen externa.
Para esto contrató a uno de los mayores especialistas en compliance (transparencia y cumplimiento en inglés) del mundo, Michael Munro, quien intervino en crisis que vivieron otras grandes empresas como Siemens o la petrolera Total.
Lo que está haciendo la empresa brasileña puede servir de guía para las firmas que también están en procesos de implementación de este tipo de programas o que, en algún momento, enfrentan situaciones que afectan su credibilidad.
Cambiar adentro y afuera
El proceso de revertir un deterioro de la imagen tan grande como tiene Odebrecht no es simple ni rápido. “Es difícil saber cuánto puede llevar esto. Con el correr del tiempo y una buena comunicación, muchas compañías se han recuperado frente al público”, dijo el flamante CCO (chief compliance officer) de la empresa.
El primer paso es admitir lo sucedido: “Primero, tenemos que
reconocer los hechos de corrupción, sin presentar ninguna excusa. Nuestro principal foco es comunicar al público lo que hicimos y estamos haciendo en el último año y medio”, dijo.
La tarea apunta tanto a cuestiones internas como externas. Luego de un primer paso de entender la cultura de la empresa y cómo se maneja según las leyes de cada país, se desarrolla un programa de cumplimiento adaptado.
“La clave para prevenir es educar a los empleados sobre cuáles son los problemas y cómo identificarlos. Además, hay que recordarles que los hechos de corrupción no serán tolerados nunca más”, resaltó el abogado estadounidense, que ahora trabaja en San Pablo (Brasil).
Uno de los procesos más importantes que realiza la empresa es realizar un due dilligence (auditoría previa) para asegurarse de que todos los socios con los cuales trabajará usan normas documentadas y estandarizadas.
Otro tema es un seguimiento muy cercano de regalos, invitaciones y hasta comidas. “Estamos realizando un registro interno y el encargado de cumplimiento debe aprobar este tipo de cosas, que antes se manejaban con mucha ligereza”, explicó. Lo mismo se realiza con donaciones y patrocinios “que muchas veces se utilizaban para pagar coimas” y, ahora, “siguen un procedimiento muy detallado”.
Otro foco son los controles. Hay un equipo de auditoría contable que hace un trabajo forense para analizar la información y detectar casos de corrupción. Munro destaca que reporta directamente al directorio y que la firma cuenta con un equipo de control “totalmente independiente”.
Como parte de los acuerdos judiciales, la compañía tiene monitores externos que en Estados Unidos y en Brasil.
–Parecen seguros del trabajo interno que están haciendo ¿cómo se muestra al público?
–Es más fácil mostrarlo a bancos y grandes compañías, pero más difícil que la gente lo vea. Tenemos un directorio totalmente nuevo y sabemos que, como lo que hicimos estuvo tan mal, los países que nos están dando una segunda oportunidad no nos van a dar una tercera. Todos saben que estas acciones se hicieron en secreto y una de las claves es que todo sea transparente, totalmente abierto. No le pedimos al público que confíe en nosotros, sino que vea cómo nos estamos esforzando para no volver a cometer errores”.
Munro subrayó el proceso tiene tres puntos: saber que no tendrán una tercera oportunidad, implementar un programa de transparencia total, y someterse al control estricto de profesionales con experiencia.
LA CLAVE PARA PREVENIR ES EDUCAR A LOS EMPLEADOS SOBRE CUÁLES SON LOS PROBLEMAS Y CÓMO IDENTIFICARLOS.