Negocios

Gastón Aravena, referente del coworking La Maquinita.

Es el espacio más grande del país y tiene en sus pisos a empresas que ya están consolidad­as. A menos de un año de su llegada a la ciudad, ya está en vista un segundo complejo en el norte.

- Diego Dávila ddavila@lavozdelin­terior.com.ar

La Maquinita es el coworking (espacio de trabajo compartido) más grande y extendido en el país. A principios de 2017 tomó cuatro pisos y medio frente al Paseo Buen Pastor, por donde pasó en julio el presidente Mauricio Macri, interesado en conocer los proyectos alojados allí. Gastón Aravena lo conduce a nivel local y ahora tiene planes de un segundo complejo, al norte de la ciudad. La evolución de un formato que dejó de ser sólo para emprendedo­res y cobija a empresas ya consolidad­as.

–¿Cómo nació La Maquinita?

–Arrancó en 2013, en Palermo Soho, Buenos Aires, de manos de Juan Manuel Otero, Martín Orlando y Marina Corbata. Fue cuando el país descubrió el coworking.

–¿Cuántos espacios tienen actualment­e?

–Nueve; siete en Buenos Aires y dos en el interior. El 1º de marzo del año pasado desembarcó en Córdoba y luego en Rosario.

–¿Y ahí entraste vos?

–Yo soy cordobés; viajé muchos años por Italia, España y Australia; trabajé en comercio exterior y hotelería. Cuando volví, un amigo empezó a averiguar para instalarse aquí en tiempos en que esto estaba en obras. Conoció a los dueños y así nació el contacto.

–¿Quieren seguir creciendo?

–La idea es abrir en Mendoza, Salta y Tucumán. También en Barcelona, España. Las personas y empresas que quieren más espa- cios; los de Córdoba o Buenos Aires necesitan lugar en otras provincias. La idea es ser la red de coworking más grande en Latinoamér­ica. En Córdoba, la idea es abrir otro en la zona norte.

–¿La Maquinita tiene un formato diferente al resto, no?

–Tiene una membresía que le da acceso a cualquier otro espacio. Aquel que está en Córdoba y necesita reunirse en Buenos Aires con alguien, puede usar las oficinas.

–¿Cuántas posiciones tienen?

–Son 155 en Córdoba y cerca de 1.500 en todo el país.

–¿Qué usuarios vienen?

–La mayoría son tecnológic­as, sobre todo dedicadas a inteligenc­ia artificial, programaci­ón, desarrollo de aplicacion­es, community management (administra­ción de redes sociales), soluciones tecnológic­as para el agro y para el Estado.

Pero también muchos proyectos con visión sustentabl­e, tanto en lo ambiental como en lo social.

–¿Hay usuarios de sectores más tradiciona­les?

–Son los menos, abogados, contadores, traductore­s y gente que hace liquidació­n de siniestros, que dejaron la oficina tradiciona­l.

–¿Cuánto cuesta?

–El acceso ilimitado sale 4.000 pesos más IVA y 10 accesos al mes vale 2.600 pesos más IVA. Funciona de lunes a viernes, de 8 a 20, y los sábados de 9 a 15.

–¿Vienen buscando ahorrar?

–Sí. Pero tiene otros beneficios extraeconó­micos; por ejemplo, si se cayó wifi, una persona se encarga de reponer la señal. Pero lo que más reconocen es la sinergia.

–¿Cómo es eso?

–El coworking es un espacio donde se pueden hacer relaciones, contactos de negocios e incluso interaccio­nes que excede lo laboral. Aquí se hacen after office todos los viernes con deejay, charlas sobre temas de interés y eventos relacionad­os con la comunidad interna o simplement­e para que se conozcan entre sí. Hay gente que, por la naturaleza de su trabajo, lo hizo en pantuflas en su casa y aquí descubrió personas con las que puede jugar al tenis o compartir proyectos. Acá y en Buenos Aires se han formado empresas.

–¿De qué tipo, por ejemplo?

–El más reciente es el caso de una abogada que llegó porque trabajaba de manera independie­nte; en la cocina conoció al equipo de una empresa que tiene medio piso y ahora es la encargada de temas legales de esa firma. –Aquí se alojan también empresas ya consolidad­as...

–Sí, están Aivo (su cliente más grande, con 32 posiciones), Infoxel, Kilimo, AppDirect, Demotores, ZonaProp, Invera, Ottaa Project, Remote Year y otros. En Buenos Aires hay gente de IBM, Coca-Cola o Uber.

–¿Cuántas posiciones puede pedir una empresa?

–Una firma nos pidió 40 lugares. Ahora, estamos buscando distintas alternativ­as. Pero mientras menos membresías hay, menos variada y diversa es la comunidad; por lo tanto, hay menos interacció­n entre los usuarios.

–¿Dejó de ser el coworking sólo para el emprendedo­r que recién se inicia?

–Al principio, el coworking era para el que recién empezaba y no podía soportar los gastos de una oficina propia. Este es un espacio para uno, al día siguiente pueden ser para tres y al mes siguiente 16, o después permite enviar una parte a Buenos Aires. Las flexibilid­ades son enormes.

–¿Es algo más que una moda?

–El coworking, lejos de ser una moda, llegó para quedarse y abarca cada vez a más sectores.

–Pero se abren y se cierran espacios todo el tiempo...

–Es cierto, en Córdoba hay 15 espacios, pero entiendo que sólo cinco trabajan con la cultura coworking. En La Maquinita, más que vender metros cuadrados, nos interesa alojar proyectos que gene--

ren colaborati­va sinergia, y que que creen compartan cultura ideas. para crecer; Es un algunas lugar muy se hicieron propicio grandes y siguieron, y otras tomaron otro camino.

–¿Y cómo manejan la convivenci­a?

–Tenemos normas, pero el nivel de conflicto es casi nulo, porque la gente viene predispues­ta a trabajar. Siempre hay alguna sugerencia y muy pocos reclamos.

–¿Cuál es la norma general?

–Por ejemplo, en general trabajan en mesas compartida­s; si uno se pone a hablar por teléfono por media hora, es molesto para el resto. Así que se le ofrece cabinas especiales.

–¿Tienen reglas de presentaci­ón personal o de vestimenta?

–No, ninguna. Pero hay criterios generales. Hay gente que viene en

jogging, calzas, pantalón corto o remera, pero el 90 por ciento de los que trabajan aquí están acostumbra­dos a esto.

–¿Nunca un desubicado?

–No, ja, ja. Pero sí, una vez, pasó que alguien estaba tirado en el sillón de recepción descalzo, trabajando con su computador­a. Le explicamos que era un lugar común, que tuviera un poco de discreción en ese lugar y lo entendió muy bien, no hubo problemas.

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 ?? (RAIMUNDO VIÑUELAS) ?? Buen clima. Casi no hay conflictos de convivenci­a entre las empresas, asegura Aravena.
(RAIMUNDO VIÑUELAS) Buen clima. Casi no hay conflictos de convivenci­a entre las empresas, asegura Aravena.

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