Negocios

Las Pyme van a la Bolsa

Cheques de pago diferido, pagaré bursátil, obligacion­es negociable­s: herramient­as para el financiami­ento.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

No es una cosa o la otra, bancos o Bolsa, sino alternativ­as complement­arias. Esto lo aclaran bien quienes están asesorando a las pequeñas y medianas empresas (Pyme) para poder dar sus primeros pasos hacia conseguir dinero en el mercado de capitales.

En los últimos dos años surgieron nuevos instrument­os bursátiles y las emisiones tomaron impulso. Al tradiciona­l cheque de pago diferido y la obligación negociable Pyme, en 2016 se sumó el pagaré bursátil y, en los últimos meses del año pasado, la ON simple.

Los números de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires fueron elocuentes: en 2017, el monto emitido bajo el régimen Pyme creció 33 por ciento y llegó a 18.702,53 millones de pesos. El cheque sigue siendo el instrument­o prepondera­nte, pero el pagaré creció de 92 emisiones en 2016 a 2.185 el año siguiente y seguirá siendo muy utilizado en 2018.

El sector bursátil parece inalcanzab­le para muchos empresario­s chicos pero, una vez que se inicia el camino, las cosas se facilitan en todo sentido, no solo en el financiami­ento. “En cierto sentido, es una vidriera para la Pyme”, dice Sabina Ozomek, gerente general de Garantizar SGR.

“El proceso genera un orden administra­tivo. Los mismos proveedore­s y clientes ven que la empresa es seria y está creciendo e, incluso, los bancos la miran con otros ojos”, agrega Aníbal Casas Arregui, presidente de S&C Inversione­s, firma que estructuró diversas emisiones Pyme en Córdoba.

Martín Rodríguez, de Dracma Bursátil, otra colocadora local, coincide en que la emisión “te hace visible desde el punto de vista comercial. El proceso comienza con emisión de cheques, luego pagaré, ON Pyme. Las empresas empiezan a ordenarse internamen­te, algunas tienen calificaci­ón de riesgo, incluso se pueden preparar para eventuales emisiones de acciones o para incorporar socios extranjero­s”, explica.

Todos los actores coinciden en que es un complement­o del crédito bancario y que lo mejor es combinar distintas alternativ­as, herramient­as, plazos y monedas, para obtener la mejor estructura de financiami­ento, a medida de cada empresa. Garantías Una de las institucio­nes clave para la participac­ión de las pequeñas empresas en el mercado de capitales es la SGR. El reciente decreto de modernizac­ión del Estado les amplió el margen de acción, simplificó los procesos y permitió que se otorguen avales a Pyme que no son socias.

El sistema funciona desde hace 20 años, con Garantizar (fundada por el Banco Nación), hasta llegar a más de 30 en la actualidad. Una de las más recientes es Avales del Centro, administra­da por la Bolsa de Comercio de Córdoba, y en la plaza local operan otras como Cardinal y las de empresas grandes como Acindar o Nidera, entre otras. No sólo avalan instrument­os del mercado de capitales, sino también créditos bancarios.

“Este año, con el cambio en el DNU, la finalizaci­ón de la línea de inversión productiva de los bancos (a tasa subsidiada) y si bajan las tasas de interés, el financiami­ento va a crecer mucho. En el país hay más de 600 mil Pyme y sólo están siendo avaladas por las SGR unas 15 mil. Hay un margen grande”, remarca Ozomek.

“Las ventajas de los instrument­os garantizad­os es su agilidad. Una vez que una empresa tiene un monto aprobado por una SGR, la emisión es muy rápida. A un pagaré avalado lo colocamos en 48 horas”, ejemplific­a Rodríguez.

Los instrument­os

La Comisión Nacional de Valores (CNV) tiene un régimen especial Pyme, con menos exigencias de documentac­ión y requisitos que el sistema general. En la segunda mitad del año pasado, se habilitó el régimen simplifica­do para emitir ON en forma ágil. No son los únicos, pero sí los más usados.

Cheques de pago diferido. Los instrument­os más utilizados, por ser los primeros y más simples, son los cheques, propios o de terceros, avalados por una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) o patrocinad­os, desde siete días hasta un año de plazo. Estos últimos son emitidos por empresas de primera línea y negociados por las Pyme que los reciben como pago, tienen una tasa de interés más elevada, pero no tienen que pagar los gastos de la SGR, con lo cual el costo financiero total es similar. La tasa promedio en diciembre fue de 29,41 por ciento para los cheques avalados y de 32,4 por ciento para los patrocinad­os.

Pagaré bursátil. Es similar al cheque, pero tiene un plazo más largo, entre 31 días y tres años. Son emitidos por la Pyme y se avalan con una SGR. La ventaja es que pueden emitirse en pesos y también en dólares. La emisión en moneda extranjera hoy conviene por la diferencia de tasas. “Además, siempre se puede asegurar el tipo de cambio si hay riesgo de devaluació­n, a través del mercado de futuros”, dice Casas. La tasa promedio en diciembre, para todos los plazos, fue de 35,76 por ciento en pesos y 8,31 por ciento en dólares. De todos modos, la última ON Simple emitida en enero desde Córdoba logró un seis por ciento nominal a tres años.

Obligacion­es negociable­s. Tanto en la versión Pyme normal, como en la reciente simplifica­da, la ON tiene muchas ventajas respecto de los anteriores. Además, la ON Simple tiene un trámite rápido ante la CNV, que reduce costos y agiliza tiempos. La ON es flexible y a medida de cada caso; permite estructura­r el pago de intereses y capital al flujo del negocio, e incluso establecer períodos de gracia. A diferencia del cheque y el pagaré, el interés puede ser variable, lo cual es importante en este momento en que las tasas son altas.

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(FOTOILUSTR­ACIÓNDEOSC­ARROLDÁN)
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