Negocios

Gabriela e Isabel Martínez, en la revolución tecnológic­a automotriz.

Junto a Servicios Industrial­es, forman un grupo familiar que se duplicó en tamaño en una década. Trabajan para casi todas las automotric­es. De Toyota aprendiero­n a no frenar ante una crisis.

- Diego Dávila ddavila@lavozdelin­terior.com.ar

No es común que una autopartis­ta cordobesa reciba la visita de un presidente, como la que hizo hace dos semanas Mauricio Macri, y mucho menos que la elija para reunirse con todas las automotric­es, sindicatos y proveedore­s del sector.

La metalúrgic­a que en 1979 creó Domingo Martínez Barnes, Fumiscor, es hoy referente para toda la industria metalmecán­ica y además un pequeño parque industrial, en Circunvala­ción, a metros de avenida Armada Argentina.

En la última década, pasó de 250 a 500 empleados y a tener cuatro naves industrial­es con más de 26 mil metros cuadrados. Al frente están sus hijos.

Isabel Martínez –expresiden­ta de la Cámara de Industrial­es Metalúrgic­os de Córdoba– y Gabriela Martínez dicen que su fuente de inspiració­n fue Toyota.

–La industria pasó un mal momento. ¿Cómo está hoy?

–Isabel: En una nota que me hizo La Voz en 2014, dije: “Estamos pisando el freno”. Hoy puedo asegurar que estamos carreteand­o para despegar.

–Hoy la familia Martínez conforma un grupo autopartis­ta...

–Isabel: Comenzó con Fumiscor, que hace estampados chicos y medianos para Peugeot, General Motors, Fiat y para las camionetas que se harán en Santa Isabel de Nissan, Renault y Mercedes Benz. También provee a Magna (asientos) y a Faurecia (escapes).

–Gabriela: En cambio Famma, integrada por la familia Martínez y por la italiana MA Automotive (de allí su nombre), está dedicada a grandes estampados y conjuntos que definen la “geometría” (la forma) del vehículo para General Motors, Nissan, Renault, Mercedes Benz y para el nuevo Cronos de Fiat Chrysler Automotive (FCA). También preparamos un proyecto para Mitsubishi.

–Isabel: El grupo se completa con Servicios Industrial­es, que hace los rack y depósitos contenedor­es para las anteriores y para Toyota, Honda, Ford y Volkswagen. También hace contenedor­es para residuos urbanos. –Además, hay otra industria.

–Isabel: Alquilamos una nave a la italiana Proma, que arma las estructura­s de los asientos del Cronos. En un momento pensamos en asociarnos, pero decidimos concentrar­nos en el proyecto Nissan.

–No fueron buenos años para esta industria. ¿Por qué crecieron tanto?

–Gabriela: Fue clave que las automotric­es decidieran hacer vehículos que sólo se fabrican en el país, a diferencia de antes, cuando el mismo modelo se producía también en Brasil. Cuando el mercado argentino aflojaba, mantenían la fabricació­n brasileña.

–Pero los costos argentinos no son competitiv­os. ¿Qué motivó a las automotric­es?

–Isabel: Para tener competitiv­idad, hubo que sumar la más alta tecnificac­ión. En nuestro caso, se incorporar­on 26 robots y 14 celdas, dos prensas progresiva­s, cortadoras láser. Armar una planta totalmente robotizada nos hizo competitiv­os frente al mundo. Esto no se podría haber hecho sin la llamada Ley de Fortalecim­iento Autopartis­ta (exime impuestos por nacionaliz­ación de piezas). –¿Por qué? –Isabel: Porque fue lo que hizo que las terminales se decidieran. General Motors, Fiat, Renault, Nissan y Mercedes Benz apostaron por vehículos que sólo se fabrican en Argentina. Por ejemplo, Famma hizo una inversión muy grande para el Cruze, de General Motors, porque aplica la tecnología roll for

ming (piezas por rolos y no por estampado), que no existe en Sudamérica.

–Gabriela: La incorporac­ión de esta tecnología cambia la matriz de la industria, porque antes había gente en una prensa que sólo apretaba botones. Hoy necesita otras competenci­as, como programar un robot. La vara de calidad subió a lo más alto. Ahora traemos capacitado­res de nuestros socios que están en Brasil e Italia y mandamos empleados a esos países. En esto están ayudando el Estado nacional y provincial.

–El proyecto de Nissan de hacer camionetas en Santa Isabel fue clave para ustedes.

–Gabriela: Fue para nosotros maná del cielo. Tenemos 500

empleados y cuando se consolide se incorporar­án 60 personas más.

–Hay otras metalúrgic­as que no pudieron adaptarse.

–Gabriela: Nosotros como familia no trabajamos con la coyuntura. Las crisis son oportunida­des. En plena caída de producción, construimo­s una planta e instalamos una línea de prensa. –Fueron contra el ciclo.

–Gabriela: Argentina tiene ciclos muy marcados. Cuando la situación está mal, uno debe prepararse para el despegue. Trabajar con Toyota nos enseñó eso. Cuando nadie apostaba nada en 2001, nos preguntába­mos qué veía Toyota que construía y capacitaba a su gente. Se estaba preparando para la recuperaci­ón.

–Isabel: Hay que recordar que por cada empleado que generan las automotric­es, en el resto de la cadena se crean cuatro empleos, con-

tando la industria y las concesiona­rias.

–Además, ustedes buscaron aliados italianos.

–Isabel: Es una fortaleza hacer buenos convenios con una empresa internacio­nal, que da el soporte técnico.

–Gabriela: MA Automotive tiene su sede en Torino, Italia, y tiene más de 20 plantas en todo el mundo. Es uno de los principale­s proveedore­s de Fiat y Nissan. Forman el holding internacio­nal CLN y además integran el grupo AcerolMitt­al. Y también son una empresa familiar, pertenece a la familia Magnetto.

–Nada que ver con Clarín, ¿no?

–Isabel: No (risas). Es otra familia.

–Proma también es un grupo familiar. Es una constante en este rubro.

–Gabriela: Proma pertenece a la familia Pino, también de Italia. Pero no buscamos esto por similitud, fue una decisión estratégic­a. Crecer en el gran estampado no es fácil si no se hace de la mano de alguna firma reconocida por las terminales en el mundo.

–Isabel: En este pequeño parque industrial las plantas se complement­an. Compartimo­s administra­ción, seguridad, logística.

–¿Cómo vivieron la visita de Macri?

–Isabel: Cuando se preparaba la primer reunión de la Mesa Automotriz yo le propuse al ministro de Producción de la Nación, Francisco Cabrera, hacerlo en la empresa. Él nos había visitado antes.

–Gabriela: Mi padre empezó hace 40 años armando piezas debajo de la higuera de la casa de nuestra abuela. Ese día parecía un perro con dos colas. Nos llenó de orgullo, no sólo la visita de Macri, sino que trajo a todos los presidente­s de las terminales automotric­es del país. Fue una palmada en la espalda al camino recorrido.

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(JOSÉ HERNÁNDEZ) En la planta. Gabriela e Isabel Martínez, en una de las plantas donde preparan piezas para las camionetas que se fabricarán en Santa Isabel. “Fue maná del cielo”, aseguran.
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 ??  ?? En la empresa. Gabriela Martínez.
En la empresa. Gabriela Martínez.
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Dirigente. Isabel Martínez.

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