Negocios

Cuánto da lainversió­n inmobiliar­ia

Los márgenes se han achicado. El costo de construcci­ón sube precios y obliga a priorizar desarrollo­s “premium” sobre productos para clase media. La oferta es escasa frente al déficit habitacion­al.

- Diego Dávila ddavila@lavozdelin­terior.com.ar

Los ladrillos resguardan el capital en el tiempo, pero el alquiler deja muy poca rentabilid­ad. Los costos elevan los precios y obligan al desarrollo de lo “premium”. Poca atención a clase media.

El mercado local de los inmuebles pasa por un momento complejo. La rentabilid­ad es baja, la demanda insatisfec­ha es grande y el desarrollo es insuficien­te frente al déficit habitacion­al.

Para colmo, la suba de los costos hizo que la construcci­ón privada diera prioridad a productos para sectores de altos ingresos e inversores, en detrimento de familias de clase media.

Sólo la baja del llamado “costo Córdoba” y la recuperaci­ón sostenida del crédito hipotecari­o ofrecen una alternativ­a válida.

Estos temas se trataron en la primera edición de Mercado Inmobiliar­io 2018, un evento que reunió a vendedores, desarrolli­stas y cons- tructoras locales, organizado por el Colegio Profesiona­l de Corredores Públicos Inmobiliar­ios de la Provincia de Córdoba (CPCPI).

Uno de los temas que se trató es la rentabilid­ad. Un análisis de la Cámara de Corredores Inmobiliar­ios de Córdoba (Cacic) mostró que, quien compró un departamen­to usado en el Centro o en barrio General Paz en mayo de 2017, logró el mes pasado una actualizac­ión de su capital, en pesos, de 67 y 61 por ciento, respectiva­mente. El menor incremento, 50 por ciento, se registró en Nueva Córdoba.

Según Martín Dahan, presidente de la Cacic, lo importante de una inversión “es que la inflación no termine consumiend­o el capital. En el último año, los precios en pesos subieron más que la inflación. De todas maneras, no es una inversión de corto plazo. El que entró en diciembre y se vio obligado a vender ahora, perdió plata”.

Alquiler

Lo que la inversión en ladrillos tiene de bueno para resguardar el capital no lo está teniendo en la renta vía alquiler.

En esas tres zonas de Córdoba Capital (Centro, Nueva Córdoba y General Paz), un departamen­to de uno o dos dormitorio­s ofrece una rentabilid­ad de 5,25 hasta 5,83 por ciento, según el lugar y el formato, mientras que un local comercial aporta seis por ciento.

En las principale­s plazas del interior provincial, la rentabilid­ad por alquiler es aún más baja, ya que desciende hasta tres por ciento, según un relevamien­to del CPCPI. La inflación y la caída de la actividad frenan la posibilida­d de actualizar los alquileres al mismo ritmo que los precios.

“Entre 2007 y 2008, un inversor que compraba un departamen­to en un año actualizab­a su capital 35 por ciento en dólares, de ahí el

boom inmobiliar­io. Ahora, la rentabilid­ad está por el piso; el negocio es en 90 por ciento para resguardar el valor del capital y 10 por ciento para renta”, explica Dahan.

Desarrolli­stas

El mercado del usado tiene una lógica diferente del desarrolli­sta. En el primero, los precios son en dólares; cuando se produce una devaluació­n, los valores tienden a bajar, por lo que los propietari­os se retiran de la venta.

Los valores de los productos nuevos, en cambio, se expresan en pesos y se actualizan según el costo del desarrolli­sta, la incidencia de la tierra y el margen empresario. Quien compra un departamen­to “en pozo” (cuando se inicia la construcci­ón) en tres años, tiempo que lleva levantar un edificio de 75 departamen­tos, puede lograr un aumento del capital en dólares del 15 al 20 por ciento.

Esto es posible si el comprador llega con los dólares en mano, ya que puede recibir un descuento del 10 al 12 por ciento, a lo que se suma la revaloriza­ción de lo que antes fue un proyecto y se convirtió en un inmueble.

Según Pablo Balián, titular de la Cámara Empresaria­l de Desarrolli­stas Urbanos de Córdoba (Ceduc), la rentabilid­ad promedio del sector es de siete a nueve por ciento, aunque en cada firma la situación difiere. Por eso, es fundamenta­l el inversor; con esta rentabilid­ad es imposible financiar un desarrollo a través de un banco.

“La inversión de una persona depende de qué riesgo está dispuesto a asumir. Si uno busca rendimient­os elevados, los inmuebles no son lo mejor. Pero el que tiene una alta aversión a la incertidum­bre, la mejor apuesta es a los ladrillos”, resalta el directivo.

Agrega que la devaluació­n del mes pasado “todavía no se trasladó a precio”, por lo que el ahorrista que tiene dólares “tienen una buena oportunida­d”.

“Todo depende del momento en que el inversor entra y sale del negocio; si compra en pozo y vende en un año, porque necesita el dinero, no va a lograr demasiado. Son inversione­s prolongada­s en el tiempo, pero entre punta y punta los rendimient­os son interesant­es”, aporta.

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(ILUSTRACIÓ­NDEOSCARRO­LDÁN)
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