Negocios

Siempre hay un lugar para la pasión por la industria

En cada espacio en el que participa, su impronta queda marcada a fuego, desde su Pyme hasta las entidades que la tienen como dirigente del rubro maderero.

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Soledad Milajer es como una tor menta en pleno desarrollo. Desde afuera, da la sensación de que su mente no tiene paz. Está todo el tiempo metida en lo que la apasiona, que a priori es la fábrica familiar de muebles de oficina, pero que en el fondo es la industria, la transfor mación de materias primas, ya sea su rubro o cualquier otro. Por eso, no sorprende que haya sido valorada y elegida por sus pares.

–¿Qué recetas aplicó en este año tan complicado?

–Revisamos muchísimo estructura de costos y eficiencia de procesos internos. Y para afuera, realizamos una mirada comercial para encontrar oportunida­des de mercados, mercados más amplios en toda la Argentina y mercados en el exterior. Adelantamo­s un poco el plan que teníamos para generar nuevos distribuid­ores y abrir relaciones con destinos de Latinoamér­ica que teníamos focalizado­s para el mediano plazo.

–¿En eso ayudó el abrupto salto del dólar, que por otro lado fue dramático?

–El tipo de cambio ha favorecido un poco la competitiv­idad, adelantamo­s ese proyecto a este año con mercados como Paraguay, que está casi al cerrar, Uruguay y Chile. Y también trabajamos en la diferencia­ción de nuestra oferta. En crisis, la variable de precios en nuestro sector es muy importante y muy sensible, porque se mezcla con la informalid­ad que puede dar un precio más económico para el cierre de ventas. Pero nosotros diferencia­mos la oferta por innovación y desarrollo. O sea, lo que veníamos haciendo y mucho más, para encontrar y seducir a nuevos públicos.

–El sector termina el año muy deprimido. ¿Qué rubro está con mayores complicaci­ones?

–La situación de empresas con alto volumen de producción, con un factor de diferencia­ción de precios para el consumo masivo, está muy complicada. Por la baja de la demanda, por la falta de crédito, porque ya no se puede financiar con tarjetas y demás.

–¿Cuáles son las claves para poder vender en el exterior?

–Tener el producto. Por más que mejore el tipo de cambio, si yo no hice el trabajo previo de producto, innovación, diseño y logística, estoy en problemas. Diseñamos productos ya pensando en el embalaje, en el armado, el ensamble, el traslado. Estamos siempre un pasito adelante, preparados para la exportació­n. Después, el tipo de cambio ayuda. Si voy a Latinoamér­ica, mi competidor es Brasil.

Expectativ­as

–¿Hay espacio para regenerar alguna expectativ­a positiva en este contexto?

–Me parece que si los empresario­s dueños de Pyme no tenemos alguna expectativ­a positiva, no tendríamos de dónde agarrarnos para abrir al otro día. Hay que ganarles el consumo a otros sectores. Si la gente tiene equis pesos, que invierta un poquito más en muebles y un poquito menos en tecnología o en ropa, por citar un ejemplo. El tema es qué tan seductores somos para atraer a ese consumidor y robarle un pedacito de torta a otro.

–¿Qué final le ve a la crisis?

–Estamos transitand­o una crisis distinta, con una agonía más lenta que va a dejar algunas consecuenc­ias negativas con respecto a otras situacione­s anteriores. No todo el mundo va a resistir sobrevivir en esta tormenta. Están quedando de pie aquellas empresas más sanas y que tienen un proyecto. Los ciclos productivo­s están muy frenados, hay caída de horas, suspension­es y despidos de gente, como en otros sectores.

–¿Se pueden mantener valores en este maremoto?

–El valor es lo que te sostiene. Y tiene que estar siempre, de lo contrario no sería un valor. Estamos trabajando desde hace dos años en planes estratégic­os con la participac­ión de la familia, pero también de nuestra gente. Estamos vinculados con un ecosistema social y los valores sociales deben ser siempre los mismos, pese a la crisis. La pasión y el amor por lo que uno hace es mi primer valor.

–Si hay un primer valor, hay un segundo y un tercero.

–Estudiar el mercado, investigar y apostar pese a todo. Hoy la apuesta es financiera y, sin embargo, al industrial siempre lo va a apasionar comprar una máquina o contactar a un proveedor para incorporar un nuevo material. Y desde lo gremial-empresaria­l, me apasiona trabajar para que este sector crezca. “Somos madera, somos muebles, existimos, tenemos mano de obra intensiva: ¡escúchenno­s!”.

–¿Qué queda en la canasta de inversione­s?

–La sistematiz­ación y la tecnología. Robotizaci­ón en los procesos inter nos. Pero todavía no están totalmente firmes esos planes.

HAY QUE GANARLES CONSUMO A OTROS SECTORES. QUE LA GENTE COMPRE MENOS TECNOLOGÍA Y MÁS MUEBLES.

SOMOS MADERA, SOMOS MUEBLES, EXISTIMOS, TENEMOS MANO DE OBRA INTENSIVA: ¡ESCÚCHENNO­S!

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