Negocios

María Paula Vigo: la salud y la educación como valores.

Lidera la institució­n médica que fundó su padre en 1996, que creció y que hoy es referente en barrio General Paz. Destaca el papel de los recursos humanos y apunta a la gestión eficiente.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

ANTES, LA MAYORÍA DE LAS EMPRESAS DE SALUD ERA GESTIONADA POR MÉDICOS, PERO SE FUE EVOLUCIONA­NDO HACIA LA PROFESIONA­LIZACIÓN.

María Paula Vigo estudió cine y fue muchos años profesora de Inglés. Hasta que la enfermedad de su padre, César, la llevó a la actividad de la medicina y a hacerse cargo del Sanatorio del Salvador, en un momento muy complicado para la institució­n.

Casi 15 años después de esa “refundació­n” de la institució­n de salud, pudo superar el desafío junto con su hermano Gustavo y fortalecer la empresa para transitar un 2018 difícil para el sector y un 2019 que seguirá complicado.

–¿Cómo fue tu llegada al sanatorio?

–Yo era profesora de Inglés en colegios, en la universida­d y en empresas. En 2004, cuando era directora de un colegio bilingüe, mi papá fue diagnostic­ado de cáncer de pulmón. Como soy la mayor de cinco hermanos, me fue a buscar. Estuve casi dos años con él, aprendiend­o. Cuando nos mudamos a barrio General Paz, en 2005, él ya estaba muy grave y murió en mayo de 2006.

–¿Tu padre sí venía de la medicina?

–Él era especialis­ta en cardiologí­a infantil y en 1996 fundó el sanatorio. Con otros médicos que lo acompañaro­n querían crear un espacio donde pudieran desarrolla­rse como profesiona­les y donde la calidad médica fuera de tanta excelencia como para que fueran atendidas sus propias familias.

–¿Qué cambió con la nueva conducción?

–La mudanza fue un momento de crisis muy grande. Primero, porque su director y fundador estaba grave. Además, mudar un sanatorio es poco común, no sólo por la gente que trabaja, sino por los pacientes, la readaptaci­ón del espacio físico. Trabajamos con mis hermanos para consolidar los equipos de trabajo y fue una especie de refundació­n. Pero lo que se mantiene estos años es que es una institució­n para nuestra propia familia.

–El énfasis está en la calidad.

–Eso es clave en una empresa de servicios. Desde entonces, cambiaron la época en la que vivimos, la forma en la que se gestionan las cosas, la tecnología, el contar con infraestru­ctura propia. Pero nuestra visión es la excelencia en la calidad médica, fundada en la capacitaci­ón y en la docencia.

–Le dan mucha importanci­a a la formación.

–Tenemos un comité de capacitaci­ón y docencia desde 1998 y carreras de posgrado en 13 especialid­ades, con convenios con las universida­des Nacional y Católica. A pesar de todas las crisis, sobre todo en un sector como la salud, la formación está muy metida en los miembros del sanatorio. Creo que la educación y la salud son dos valores fundamenta­les de la sociedad, que no están bien valorados y que son imprescind­ibles para el desarrollo.

–Cómo fue tu integració­n en esta institució­n sin tener nada que ver con este sector.

–Mi formación académica tiene que ver con la educación y con la comunicaci­ón. Todo está relacionad­o, porque las herramient­as que fui adquiriend­o, cuando se trata de brindar un servicio y de trabajar con personas y conformar equipos, tienen mucho en común. Me sirvió para cumplir un rol que no hubiera sido posible si no hubiera tenido el complement­o de Gustavo, que tiene otra formación en gerenciami­ento y en administra­ción de recursos.

–Este es un sector que tuvo una concentrac­ión importante. ¿Cómo lograron sobrevivir?

–La clave para crecer y desarrolla­rse en estos años tan difíciles ha sido pensar a largo plazo, sin nublarse con los problemas de la coyuntura, pero sin descuidarl­os. Hay que tener una gestión eficiente y en eso, mi hermano, que es contador, ha sido clave. Por otro lado, hubo mejoras en procesos a partir del hecho de acreditar calidad.

–¿Qué implicó esa acreditaci­ón?

–Que todos los procesos de atención se protocoliz­aron y eso impacta en la calidad de atención y en la eficiencia de recursos. Es fundamenta­l cuando el punto de equilibrio y de la rentabilid­ad es muy frágil, como en nuestro sector. Para eso, se necesita un equipo de personas en cada área, que hablen un mismo lenguaje. Esa enseñanza de un lenguaje en común ha sido la clave y es algo que se debe trabajar en forma permanente para no perder lo construido.

–¿Cómo les fue con la crisis

NUESTRA VISIÓN ES LA EXCELENCIA EN LA CALIDAD MÉDICA, FUNDADA EN LA CAPACITACI­ÓN Y EN LA DOCENCIA.

del año pasado?

–Es complicado porque, cuando todo sube, el dólar, la tasa de interés, los costos de insumos y servicios públicos, nosotros no podemos aumentar los precios. La salud es un sector particular porque quien recibe el servicio no paga en forma directa, sino a través de una financiado­ra, como la obra social o prepaga, que dependen de salarios depreciado­s. A esto hay que sumar que los plazos de cobro se estiran y que necesitamo­s mucha eficiencia para que no se descalcen los compromiso­s de pago.

–¿Cómo lo manejaron?

–Tuvimos espalda suficiente para poder afrontar este momento difícil y lo seguiremos haciendo este 2019. Esperemos que el año que viene haya un panorama más despejado para tener una visión de proyectos más a largo plazo. En los últimos años, las empresas de salud tuvieron un cambio en la gestión. Antes, la mayoría era gestionada por médicos, pero se fue evoluciona­ndo hacia la profesiona­lización de cada sector.

–Cada vez hay mayor especializ­ación.

–El factor humano en una empresa como esta es la clave y se debe capacitar. Pero también hay que trabajar en contra de la fragmentac­ión; es importante integrar a los distintos profesiona­les y no sólo pensar en nuestra institució­n, sino en todas las demás que estamos en Córdoba, y sumar a los prestadore­s, a los financiado­res, a los proveedore­s, e incluir a otros sectores. Nadie se salva solo.

–Hay problemas similares en distintos actores.

–Por eso nosotros trabajamos tanto para integrarno­s con la comunidad. El año pasado participam­os en acciones del barrio, trabajamos con institucio­nes educativas y estamos formando un foro comercial con empresas de distintos rubros. La idea es que, a partir de ese núcleo, podamos interactua­r con otros barrios e ir viendo las problemáti­cas que compartimo­s todos. Una institució­n como la nuestra tiene un altísimo impacto porque pasan muchas personas por día.

–¿Cuáles son los desafíos de acá en más?

–Somos consciente­s de que un servicio de salud tiene un alto impacto en la calidad de vida de las personas, así que nuestro principal desafío es avanzar en calidad médica y mantenerno­s como institució­n polivalent­e de alta complejida­d y referencia del centro del país. Y formar el equipo de profesiona­les que se integre al sanatorio en el futuro para dar continuida­d a esos servicios.

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(RAMIRO PEREYRA) Perfil. Su formación en educación y en comunicaci­ón le sirvió a Paula para liderar equipos.
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 ??  ?? Al frente. Paula, junto con su hermano Gustavo, dirige el sanatorio.
Al frente. Paula, junto con su hermano Gustavo, dirige el sanatorio.

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