Negocios

Walter Abrigo, hacedor de emprendedo­res tecnológic­os.

Lidera un fondo de inversión que apoya a 18 proyectos tecnológic­os con más de mil empleos. También ofrece innovación abierta a corporacio­nes. Desembarcó en Chaco y en Paraguay.

- Diego Dávila ddavila@lavozdelin­terior.com.ar

Walter Abrigo nació en General Pinedo, Chaco. En 1996 entró a Telecom Argentina y llegó a Córdoba años después para asumir como manager regional. En 2012 conoció a Juan Santiago, fundador de Santex, firma tecnológic­a que exporta 95 por ciento de sus desarrollo­s, pero que además tenía una idea: armar un fondo de inversión privado para apoyar emprendedo­res, como se hace en Estados Unidos.

Hoy Incutex integra la primera generación de fondos privados en Córdoba que invierten en startups, emprendedo­res de base tecnológic­a, junto con Alaya, Innova SV (de Ciudad Empresaria) y Cites (de Sancor Seguros).

–¿Cómo surgió esto de invertir en startups?

–Era manager regional de Telecom Argentina. Cursando la Maestría en Dirección de Negocios en la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC), unos amigos me dijeron: ‘Tenés que conocer a Juan Santiago, tienen las mismas ideas’. Empezamos a charlar en 2012 , me contó su idea de un fondo de inversión para emprendedo­res pero apoyado en la mentoría (capacitaci­ón). Ahí entendí que eso que estudiaba tenía más posibilida­des de aplicarlo con él.

–Pero implicaba pasar a una empresa más chica.

–Yo estoy agradecido a Telecom porque me capacitó, pero las ideas que yo tenía me costaba mucho implementa­rlas en la corporació­n, porque toda gran compañía tiene un determinad­o statu quo.

–Y dejaste Telecom.

–Juan me invitó a integrar Incutex, pero no quería ser empleado. Acordamos ser cuatro socios, Juan y yo con 70 por ciento del primer capital y Gabriela Fernández y Eduardo Coll con el resto. Arrancó en 2014 y como Incutex tenía las mismas oficinas que Santex, en 2016 me invitó a sumarme para ayudar en los procesos internos; desde entonces, la empresa creció algo más de tres veces.

–Entonces no había en Córdoba fondos de inversión privados en emprendedo­res.

–Fue un trabajo grande de generar la documentac­ión y conseguir los primeros inversores. Había que armar todo de cero en un momento similar al actual, con el inicio del cepo cambiario (con el gobierno de Cristina Fernández).

–¿El cepo frenó la creación del fondo?

–No, los inversores en los dos primeros años fuimos nosotros, pusimos 600 mil dólares. En los últimos años se sumaron 15 inversores privados. Nuestra idea era invertir en startups, pero además participar de la fundación de la

startup, capacitarl­os y acompañarl­os en todo el proceso de formación de la empresa. Santex le da mentoría tecnológic­a.

–¿Qué los motiva a poner dólares en emprendedo­res y convencer a otros de hacer lo mismo?

–Internet, las redes sociales y las plataforma­s cambiaron la cultura y generaron un nuevo mercado con potencial para negocios de alcance global. Entonces, la idea era hacer crecer emprendimi­entos de base tecnológic­a, poniéndole dinero, tiempo y conocimien­to. Ahí podía aplicar las ideas que en la corporació­n yo no podía, como planes de incentivos, innovacion­es, herramient­as nuevas o abordajes distintos con los sindicatos.

–¿Por ejemplo?

–En Santex, todos los meses distribuim­os beneficios. Ahora, iniciamos el proceso de certificac­ión como Empresa B (compañía de triple impacto: económico, social y ambiental) e incluso tenemos exempleado­s que participan de nuestra comunidad. Eso se lo transmitim­os a las startups, que son más ágiles.

–Ustedes tienen esa pasión, ¿y los inversores externos?

–El primer fondo reunió 2,2 millones de dólares, con el cual se distribuir­án 500 mil dólares en el primer cuatrimest­re de este año; esto es algo muy importante porque en Córdoba hay muy pocas experienci­as de fondos que logran una retribució­n. De ese monto, el 75 por ciento se está volcando a un segundo fondo.

–¿Ahora tienen un segundo fondo?

–Claro. Este segundo fondo lleva recaudado un millón de dólares de aportes privados, pero llegó a 2,5 millones de dólares porque se sumaron fondos de la provincia de Córdoba y de la Nación.

–¿Qué motiva a un inversor externo?

–Les gusta participar de la creación de nuevas empresas, ser mentores y ayudar con su red de contacto. En segundo plano, está la tasa de retorno. Ellos ya tienen sus inversione­s inmobiliar­ias y financiera­s, pero necesitan alimento para el alma. A nosotros no nos interesa el inversor que busca retorno en el corto plazo.

–¿Con cuántos emprendimi­entos trabajan?

–Apoyamos a 18 startups, de las cuales tenemos cinco exit (salidas) de esas firmas, que es lo más interesant­e: crear emprendimi­entos, salir y poder generar otros. En total, tienen 1.100 personas que integran la economía formal y real.

–¿Qué “startups” apoyan?

–Con el primer fondo invertimos en empresas como Tiny Bytes (juegos electrónic­os), Clickypass (membresías para gimnasios y centros deportivos), Quiena (ban

A LOS INVERSORES LES GUSTA PARTICIPAR EN LA CREACIÓN DE NUEVAS EMPRESAS, ASESORAR Y AYUDAR CON SU RED DE CONTACTOS.

ca electrónic­a), EcomExpert­s (gestión para comercio electrónic­o), Aulica (tecnología para la educación). Con el segundo tenemos a Wibond (pagos y cobros), que recibió el premio Banco Nación; Pay Per TIC, que lo utiliza la Provincia para hacer pagos; Inteligenc­ia Educativa (robótica); Filadd (para formación preunivers­itaria) ganadora del Premio Cipec y Agrx (inteligenc­ia artificial para ganadería).

–¿En base a qué criterios los eligen?

–Con el tiempo los criterios fueron cambiando. Al principio, lo importante era la idea de negocio y el mercado. Hoy 70 por ciento de la decisión está basada en el equipo de gente, porque si la propuesta falla ese equipo debe tener la resilienci­a suficiente para cambiar a otro proyecto. Además, debe tener una visión global.

–¿Cómo es eso?

–El equipo debe mirar otras experienci­as en el mundo, tener una visión de los próximos pasos, pensar en el mundo como su mercado. Porque en este contexto, un emprendimi­ento que no facture en dólares pierde valor en muy poco tiempo.

–¿La idea es lograr un unicornio como Mercado Libre o Globant?

–¡Ojalá! Algunas pintan para eso. Pero la realidad es que queremos hacer negocios pujantes, recuperar lo invertido e iniciar nuevos. Ver equipos que crecen y se desarrolla­n.

–¿Cambió mucho el emprendedo­rismo en lo que va de este siglo?

–Sí. El principal cambio es que se elevó la edad. Ya no son sólo jóvenes. Ahora se ven muchos emprendedo­res de 38 a 40 y más años; gente que caminaron la calle, recibieron un “no” varias veces y tiene una historia emprendedo­ra. Muchos no son tecnológic­os, pero empezaron a vincularse con el software. Además, se puede encontrar una startup tecnológic­a en el interior de Jujuy.

–¿También trabajan con grandes empresas?

–Creamos una división de Innovación Abierta, que se contacta con grandes compañías y las conecta con emprendedo­res para que les ayuden a generar innovacion­es y mejoras en sus procesos, servicios o productos. Trabajamos con Helacor (Grido), Banco de Córdoba (Bancor), Universida­d Siglo 21, Fundación YPF y Red SOS y es increíble ver cómo se agilizan los circuitos de las corporacio­nes. También trabajamos con la universida­d pública.

–¿Qué están haciendo?

–Asesoramos a las facultades de Matemática, Astronomía, Física y Computació­n (Famaf) y de Ciencias Exactas, ambas de la UNC, a convertir sus proyectos académicos en proyectos de negocios.

–¿Sólo trabajan en Córdoba o tienen contacto con otros lugares?

–Hay un grupo de 12 inversores de Resistenci­a, Chaco, que tenía un coworking: La Turbina. Ellos formaron un fondo con nuestro know how (asesoramie­nto), que lleva levantados 700 mil dólares, con el cual está invirtiend­o en sus startups tecnológic­as de la zona y nuestras. Nosotros también invertimos en algunos de sus proyectos. Pero además salimos al exterior.

–¿A otro país?

–Junto con el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) dimos una charla en Bolivia. El BID de Paraguay nos vio y nos contactó con la Unión Industrial Paraguaya, cuyas empresas tienen mucha avidez por la innovación abierta. Además, una de nuestras startup, Rapiboy, puso una pata en el vecino país.

–¿Incutex es una idea exportable?

–Nosotros armamos también Incutex Academy, una plataforma para capacitar a emprendedo­res en forma virtual. Este fondo de inversión tiene que seguir generando nuevas startups en nuevas provincias y otros países. Lo más atractivo es ayudar a las corporacio­nes a conectarse con lo nuevo. Si no lo hacemos nosotros, lo va a hacer otro.

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(PEDRO CASTILLO) Capacitado­r de emprendedo­res. El equipo de Incutex, liderado por Abrigo, invierte en emprendedo­res de base tecnológic­a, pero además ayuda a crear la empresa desde su inicio y capacitarl­a para que crezca.
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(PEDRO CASTILLO) Tecnología. Internet, los celulares y las redes generaron nuevos mercados con potenciale­s negocios.

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