El acceso al capital emprendedor, una de las grandes barreras
FINANCIAMIENTO. Para las mujeres suele ser más difícil obtener recursos para desarrollar sus proyectos.
El financiamiento es uno de los grandes limitantes para que cualquier emprendimiento pueda escalar y transformarse en una empresa que genere empleo y dinamice la actividad. En el caso de los proyectos liderados por mujeres, el panorama es más difícil aún.
En el trabajo WeGrow, que realizaron el Fomin y la consultora EY sobre emprendedoras en Latinoamérica, se enumera, entre otras cuestiones, que las mujeres, en general, comienzan su empresas con menor capital y eso limita su desempeño en términos de ingresos, de rentabilidad y de supervivencia; tienen además más aversión a solicitar y tomar préstamos.
En el caso del financiamiento específico para capital emprendedor, Arcap relevó en los últimos años que menos del 25 por ciento de las iniciativas que recibieron inversiones en Argentina tienen alguna mujer entre sus fundadores y sólo 10 por ciento tiene una CEO mujer.
Entre las razones sobre ese bajo acceso al capital, está, por un lado, la menor cantidad de mujeres que encaran proyectos escalables, pero también hay una barrera del otro lado, desde la escasa cantidad de inversoras.
El año pasado, en Córdoba se formó el club de inversores ángeles Addventure y, de los más de 30 socios fundadores, hubo una sola mujer. “El tema se puso en agenda y este año nos vamos a ocupar para hacer un plan con especialistas en género. Queremos incluir más inversoras, pero es algo que no se puede hacer de la noche a la mañana, lleva tiempo”, explica Natalia Bartolomei, directora ejecutiva de la organización.
En general, todos los fondos de capital emprendedor tienen escasa participación femenina. Según Arcap, en el país, el 20,9 por ciento de ellos tiene alguna mujer en su directorio, pero casi ocho de cada 10 no tienen ninguna, mientras que la totalidad cuenta con algún varón. Entre los inversores ángeles argentinos, sólo cinco por ciento son mujeres.
Bartolomei señala dos limitaciones: por un lado, la menor aversión al riesgo femenina, cuando la inversión ángel es de altísimo riesgo. Pero, sobre todo, el capital disponible: “Para esto hay que tener un excedente económico. En general, el hombre es el que tiene y maneja mayor excedente, porque sus salarios son más altos. En muchos casos, los excedentes son por herencia y ahí también predomina la decisión de los hermanos varones”.
Arcap también menciona que “las principales barreras que encuentran las mujeres para iniciarse en la actividad ángel es su aversión al riesgo y menor cultura inversora o educación financiera, además de patrimonios más pequeños porque ocupan menos cargos directivos y reciben menores sueldos”.
Carolina Costa, coordinadora institucional de Alaya Capital Partners, señala varios temas. Uno es la mayor aversión de los inversionistas a dar fondos a mujeres, porque puede haber dudas sobre su compromiso y sobre la posibilidad de escalar un negocio cuando tienen una familia, por ejemplo. “Además, hay cuestiones relacionadas con las redes de contacto; las mujeres van menos a estudiar al exterior, realizan menos posgrados presenciales y, en general, emprenden más con familiares”.
Pero destaca como un punto clave la generación de redes, como Mujeres Inversoras, Mujeres en Venture Capital. “Una de las formas de superar las brechas en el acceso al financiamiento es incorporar más mujeres inversoras ángeles”, remarca.
Una de ellas es Marta Cruz, cofundadora de NXTP, que creó un grupo de inversoras de Latinoamérica. Ella dice que “la única manera de que haya más mujeres en fondos de inversión es mostrar a las mujeres que ya lo hacen, que vean que son de carne y hueso, que lo pueden hacer, que hay diferentes modelos y caminos, que cuenten sus experiencias y que compartan con otras”.