Investigando a CFK
Una charla picante entre los autores de tres libros que desnudan a la Presidenta: los Wiñazki –padre e hijo–, José Antonio Díaz y Lindner.
Tres libros, cuatro periodistas y una misma obsesión: retratar a Cristina Kirchner sin el maquillaje omnipresente de su relato. “La Dueña”, de Miguel y Nicolás Wiñazki –padre e hijo–, acaba de salir a la calle y promete liderar lo rankings de ventas. “La cabeza de Cristina”, de José Antonio Díaz, editor de Economía de NOTICIAS, tuvo un gran arranque semanas atrás. “Los amores de Cristina”, de Franco Lindner, editor de Política de esta revista, agotó tres ediciones y va por la cuarta. Los tres libros son de este año y marcan el fin de lo que se había convertido en una extraña costumbre: las biografías autorizadas y edulcoradas de CFK. Los Wiñazki –que también pasaron por la redacción de NOTICIAS–, Lindner y Díaz no podrían estar más lejos de eso en sus investigaciones, y lo reafirman en esta charla.
Franco Lindner: Para escribir “La Dueña”, ¿cómo se dividieron el trabajo?
Nicolás Wiñazki: De modo bastante caótico. Hay capítulos que escribí yo y que él corrigió... Nos fuimos entrecruzando los textos todo el tiempo. Hay algunos tiempos que escribió solo él y leí yo, pero nos fuimos entrecruzando. Y con la ayuda de Luis Majul, también.
Miguel Wiñazki: La idea de hacerlo juntos fue mía. Yo necesité que Nico viniera a mi rescate (risas). De verdad. Porque yo no manejo la información cotidiana que maneja él y lo convoqué, y a la inversa de lo que indica la lógica, el hijo salió a rescatar al padre. Y lo logró.
Lindner: En el caso de José, salió su libro, “La cabeza de Cristina”, y a la semana la Presidenta fue internada con un hematoma en la cabeza.
José Antonio Díaz: Menos, tres días. Lo que pasa es que de alguna manera ella venía acumulando. En las semanas previas trascendían muchos momentos difíciles con la salud de Cristina. Baja de tensión, lipotimia. Algunos desórdenes psiquiátricos que empezaron a trascender.
Lindner: En el libro de José se habla de algo que en NOTICIAS ya habíamos tratado, que es un trastorno bipolar de tipo leve, controlado.
Díaz: Exactamente. Que, aparentemente, se agudiza con algunos componentes. Una mezcla de medicamentos no convenientes. Y luego se completa con un proceso que casi ninguno de los periodistas que seguimos el tema le dimos demasiada importancia en su momento, que es la arritmia. Esto de alguna manera muestra un cuadro que es las irregularidades cardiovasculares que tiene hoy y por la cual la tienen que monitorear próximamente.
Lindner: Yo también llegué a la conclusión que José cuenta en su libro. Hace algunos años hablé con un psiquiatra que era la mayor eminencia en trastorno bipolar del país y se le escapó, sin querer y con algo de ingenuidad, que había tenido a Cristina como paciente. Para cuando escribí el libro ya había muerto ese profesional, pero pude corroborar
la información con otros psiquiatras que también fueron citados en el libro y que conocían bien a este hombre.
Nicolás Wiñazki: En “La Dueña” hay una parte en donde ella le admite a Pedro Robledo, el militante del PRO que fue atacado por ser gay, que hay antecedentes de bipolaridad en la familia. Le dice directamente que su u hermana Gisele lo padece.
Miguel Wiñazki: Y la hermana ejerce un efecto fundamental, notable, sobre ella. Y en algún punto la desequilibra.
Lindner: Y hoy están conviviendo en Olivos.
Miguel Wiñazki: Al video de cuando Cristina vuelve, con el perro ese, con el pingüino de peluche, y la puesta en escena de Florencia, yo lo vi 200 veces por lo menos. Porque realmente me parece que Cristina es ese personaje. Cristina es su imagen. Francamente, hicimos un esfuerzo muy grande para percibir qué era lo que emanaba ese video. Yo saqué una conclusión hipotética que puede ser muy corrosiva, y es que Cristina es una mezcla rara de Evita e Isabelita. Hay rasgos de Isabelita en esa Cristina con el perro. Rasgos muy diferentes, es otra persona. Estoy tratando de establecer paralelismo psico-políticos, si cabe el término. Hay una superficialidad, hay una nada. Pero también hay otra cosa: una política desde siempre, una mujer luchadora. No llega a ser ninguna de las dos y es ella. Este híbrido.
Díaz: Hay un punto que tal vez es difícil de interpretar para el periodismo en general. Hay que especializarse demasiado para entender dos cosas: una es la que vos acabás de decir. Ella es soberbia con sus conocimientos, que se los impone a sus funcionarios. Ahora, simultáneamente es una celebrity que le encanta que la ado adoren, que la enfoquen quen, que le pongan el mejo mejor look, que la maquill quillen.
Nic Nicolás Wiñazki: Hubo un cambio en el estilo de comunicación que nosot nosotros lo contamos en el libr libro. En un acto de ella en un momento interact teractúa con el público y la gent gente de comunicación del Gobierno se da cuenta de que eso le queda bien, que la desacartona. Entonces lo que se empieza a imponer es el show de Cristina que más tarde se empezó a imponer casi como una política de Estado. Que es Cristina como conduciendo un programa de televisión y que le encanta. Y eso salió de modo azaroso y se transformó en una escenografía.
Miguel Wiñazki: Probablemente es el vector principal del gobierno de Cristina. Ella como la gran comunicadora. Es el relato.
Lindner: Yo veo algo nuevo a partir de la vuelta de Cristina, sin el luto y con un hombre fuerte como Capitanich. Es el fin del luto y una especie de vuelta al doble comando. Porque Cristina estuvo tres años gobernando sola. Rodeada de “abales medina” que le decían sí a todo. Y por primera vez apostó a un tipo en quien delega la gestión y el poder, como es Capitanich. El propio Capitanich cuatro años antes, después de que Kirchner perdiera las elecciones, le aconsejó exactamente lo mismo que ahora. Le dijo: tenés que sacar a Moreno, que es insostenible, y yo soy tu jefe de Gabinete. Si en ese momento no lo fue es porque estaba vivo Kirchner y no aceptaba esas condiciones. Pero Capitanich es un capítulo nuevo en el Gobierno.
Nicolás Wiñazki: Otra cosa de la que hablan los tres libros son los negocios de Cristina. Nosotros arrancamos con la ruta del dinero K y mostramos con muchas fuentes y documentación que no solo Cristina sabía del enriquecimiento de Lázaro Báez gracias a Néstor Kirchner, sino que ella misma benefició a Lázaro, se enriqueció y se enriquece con Lázaro al lado. Comparten un campo en el Calafate juntos. En algún momento Lázaro les compró una casa. Los negocios de la construcción. Pero hoy, con Kirchner muerto, Lázaro Báez sigue recibiendo plata de la obra pública nacional, Cristina sigue teniendo el campo con Lázaro que está investigado por lavado de dinero acá y en Suiza.
Lindner: Yo coincido en que Lázaro Báez es Cristina, pero hay que ver
hasta dónde ella, al momento de la muerte de Kirchner, sabía de Lázaro y de la familia. Fijate que el propio Leo Fariña, en la cámara oculta que le hace Lanata, dice que “la señora no tenía que enterarse”. Fue investigando, a partir de la muerte de Kirchner, careándose con distintos empresarios. Lázaro Báez, Cristóbal López, que pasó un mal momento en aquellos tiempos, y los Esquenazi, que no están más. Los borró del mapa. Investigó la fortuna de su marido.
Díaz: Investigó y los citó a cada uno. Les explicó y les pidió cuentas.
Nicolás Wiñazki: Ella puede haber pedido rendiciones de cuenta, pero la señora no es tonta. Como dice “el Turco” Asís, “no quería ver de dónde venía, pero se la gastaba”.
Lindner: Fijate que tras la muerte de Kirchner, Cristina manda a inspectores de Presidencia a hacer inventarios de empresas, por ejemplo la de su ex secretario Ricardo Barreiro en El Calafate, suponiendo que es de ella. Da por sentado que es de ella.
Nicolás Wiñazki: Máximo sabía que, por ejemplo, cuando construyeron la casa de El Calafate, el hombre encargado de la obra fue Barreiro y Máximo sabía que cuando le daban la plata, Barreiro se quedaba con la plata o con los materiales. Igualmente, le volvían a dar dinero. Ellos sabían que el secretario que tenían allá les robaba.
Lindner: En el hotel de Kirchner había un cuadro de un hombre sentado a una mesa. Y Kirchner decía: “Ese es el 'Gordo' Barreiro contando la que me afanó”.
Miguel Wiñazki: Claro, porque tras la muerte de Kirchner hubo unos intentos de escamotear algo. Barreiro, inclusive, no estuvo en el velorio de Néstor.
Lindner: Este año salieron tres libros que son biografías no autorizadas de Cristina. ¿Qué pasó que salieron todos este año? ¿Se rompió el dique mediático?
Miguel Wiñazki: Me parece que la sociedad tiene más ganas de ver y leer algo que antes prefería no ver ni leer.
Díaz: Además ella tiene una personalidad atrapante. El fenómeno kirchnerista puede ser un poco más distante así se lo acepte o se lo repugne. En cambio esta es una personalidad bastante atractiva, aunque no te guste. Tiene secretos, el look, magnetismo.
Lindner: Y con un video, un perrito y un pingüino de peluche borró la victoria de Massa.
Díaz: Eso es una obra maestra del marketing. Porque era la única manera de sintetizar todo. Es decir, no perdí nada, soy la misma de siempre y soy más buena.