Con el sello de Kicillof
El menú oficial ofrece más de lo mismo: impuestos, dólar turista, acuerdo de precios, límite salarial y aporte patriótico.
Jorge Capitanich es un hábil decla- rante y Axel Kicillof un improvisado piloto de tormentas. Pero hasta ahora a ninguno de ellos se le ocurrió romper con la inercia económica que hizo volar por los aires el “modelo” en los dos últimos años. El jefe de Gabinete todavía llama a la inflación “variación de precios”. El ministro de Economía aún cree en los supuestos "acuerdos con las cadenas de valor”. es decir insiste en un nuevo, remanido, congelamiento de precios, idéntico a los ya fracasados de Guillermo Moreno. Solo que esta vez estará acotado a 120 productos esenciales y por 90 días.
Las pocas medidas que tomaron los funcionarios en dos semanas de gestión fueron las previsibles: aumento de los combustibles, impuesto a los autos importados, dólar turista, aporte patriótico de las cerealeras, aceleración de la devaluación y búsqueda urgente de financiamiento del exterior (el único dato cierto es, por el momento, el compromiso de pagar la indemnización a la expropiada petrolera española Repsol).
Las palabras y las gestiones de Capitanich y Kicillof no produjeron hasta aquí novedad alguna en materia de correcciones, ni cambiaron las expectativas inflacionarias y devaluacionistas de los agentes económicos. Al contrario, las confirmaron y amplificaron. Pueden resumirse con un lugar común: más de lo mismo, aunque en un contexto macroeconómico infinitamente peor. Apenas se anunció el impuesto del 35% a la compra de dólares y a los gastos con tarjeta en el exterior, por ejemplo, los valores se dispararon: a 9,70 pesos el blue, a 8,40 el turista y a 6,23 el oficial (según las cotizaciones del jueves 5). Y desde que los funcionarios anticiparon un congelamiento de precios -que regiría a partir del 1ºde enero del 2014-, la remarcación de precios se generalizó y registró en noviembre una tasa inflacionaria del 3%. A fin de año, el promedio anual treparía hasta el 28 o 30%. Las señales que emite el gobierno anticipan claramente a los mercados que va a seguir devaluando el peso y que no hará nada para frenar la inflación.
EL AUMENTO DE LOS COMBUSTIBLES. Los precios le ganaron hace rato la carrera a la inflación que miden los privados y al dólar oficial que devalúa el gobierno. Según la CECHA, la Cámara de Comercio de Hidrocarburos y Afines, entre 2010 y 2011 la nafta súper subió por encima del 25% anual, en el 2012 casi un 30% y en lo que va de este año 33%. Si se toman los últimos doce meses, aumentó un 40%. La premium pasó de costar 6,54 en noviembre del 2012