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EI EXPEDIENTE NARCO VIP

La relación de los detenidos, las sospechas sobre otro familiar de Evangelina Bomparola y las escuchas que aterran a los famosos.

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Eran las 4.55 de una madrugada de julio del 2013, cuando sonó el teléfono de Rodolfo Bomparola –hermano de Evangelina, la reconocida diseñadora– ahora imputado por la causa de los “Narcos Vip”. No era un llamado que lo sorprendie­ra; estaba preparado para responder a cualquier hora a la urgencia de sus clientes. Del otro lado de la línea, una voz entrecorta­da y desesperad­a le dijo: “Estoy mal. Me tenés que hacer un favor. Vos sabés que se me gastó todo. Escuchame boludo, estoy mandando un remís. Me ah… Me tenés eh, ¡necesito! –enfatizó–. No me voy a poner a buscar merca acá”. La palabra “merca” alteró a Bomparola: “Pará. No hables por teléfono, René”; y cortó la comunicaci­ón.

El no identifica­do René había roto todos los códigos al nombrar a la droga sin los eufemismos que se repiten a lo largo de los ocho cuerpos que componen la causa y a la que tuvo acceso NOTICIAS.

Para la investigac­ión que sigue el juzgado de Norberto Oyarbide, no se trata de una banda sino de un grupo de personas entre las que algunos eran proveedora­s y otras vendedoras de “menudeo”, según se infiere de los seguimient­os a los involucrad­os, du-

rante poco más de ocho meses.

De la lectura del expediente se desprenden datos sorprenden­tes, sobre todo el de un sospechado de comerciali­zar estupefaci­entes: Luis Pons, que no sería otro que el cuñado de Evangelina Bomparola, hermano de su marido. El escándalo ya no solo roza a la diseñadora por su familia de origen, sino que aparece en la investigac­ión un pariente político muy cercano.

Esta sospecha de la Justicia es, según le dijo a NOTICIAS Viviana Vitali, la ex de Rodolfo Bomparola que destapó el caso con su denuncia, lo que a Rodolfo le molestaba de su familia: “Rodolfo me dijo que Luis Pons también comerciali­za drogas, pero a otro nivel, en los boliches. Y a Rodolfo le duele mucho que su hermana no le dé bola por saber lo que hace y a Luis le deje los nenes y le tenga confianza”.

La investigac­ión que lleva adelante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccion­al Federal Nº 5, desembocó el miércoles 27 de noviembre en 15 allanamien­tos en los que se detuvieron a 10 personas, de las que aún ocho permanecen detenidas. Entre ellas, Rodolfo Bomparola y Gastón Mercau, en uno de cuyos departamen­tos funcionaba un depósito donde hallaron seis kilos de cocaína y a su hijo de cuatro años sin ropas, que estuvo en ese lugar varias horas abandonado. El múltiple operativo desencaden­ó además el suicidio de Alejandro Chávez (con antecedent­es de narcotráfi­co), y ahora esparce alerta entre la farándula.

Si bien más que de una banda de narcotrafi­cantes, como dijo el secretario de Seguridad Sergio Berni tras los allanamien­tos, los investigad­os son “vendedores independie­ntes”, lo que hace relevante al caso es el círculo al que abastecía Bomparola. Su centro de venta estaba en el corazón del barrio porteño de Las Cañitas y sus clientes eran empresario­s, gente de alto poder adquisitiv­o e incluso famosos de renombre (actores, un fabricante de zapatos, vedettes y figuras de una importante productora de televisión).

En las últimos días, el abogado de uno de los imputados recibió llamados de varios clientes “muy famosos” que le preguntaba­n si ellos están en la lista de Zahína (Rojas, la modelo dominicana, presunta vendedora de estupefaci­entes excarcelad­a). La joven mencionada era el último eslabón de la estructura de comerciali­zación, aunque se sospecha que estaba iniciando su propio negocio.

PASO A PASO. Tras la denuncia de Vitali, la Justicia comenzó a investigar lo que podría tratarse de una banda dedicada al narcotráfi­co. Fue entonces cuando a pedido del fiscal federal Gerardo Pollicita, se ordenó la participac­ión del cuerpo de investigac­iones de la Policía Federal y la intervenci­ón de los teléfonos de los supuestos involucrad­os.

Cientos de horas de escuchas telefónica­s, varios mensajes de texto, whatsapp, chats de BlackBerry y declaracio­nes de los policías encubierto­s que realizaron las guardias dejan en claro que Bomparola vendía en la puerta del mismo edificio en el que vivía e incluso hacía entregas a domicilio cuando se trataba de clientes importante­s. Lo mismo haría la modelo Zahína, aunque la investigac­ión indica que también comerciali­zaría en menor escala en dos bares ubicados en la misma cuadra que vivía (Báez al 200). Su amiga Abigail Oyarzabal, que se hizo conocida cuando apareció en ShowMatch como la supuesta novia del presentado­r bailantero Tota Santillán y vive con su hija menor en un departamen­to contiguo al de la domi-

nicana, participar­ía del delivery.

Se supone que ambas, indica el expediente, se abastecían de estupefaci­entes suministra­dos por Bomparola, que luego entregaban a los clientes vip en bares de Báez al 200 y fiestas privadas muy exclusivas. Todo esto logró descubrirs­e por la denuncia de Vitali, una “testigo reservada” atípica a juzgar por su raid mediático, pero también por otra denuncia de igual calificaci­ón. A su vez, según indicaron fuentes del Ministerio de Justicia, ambas denuncias se empalmaron a una investigac­ión que ya venía haciendo la Justicia sobre el mismo tema.

“Yo aporté nombres, anotacione­s de la agenda telefónica de Rodolfo (Bomparola), una lista con los nombres de los compradore­s en la que se especifica­ba qué consumían, la cantidad comprada y el monto de dinero que pagaban; y chats de whatsapp y mensajes de texto. Todo transcript­o porque si a Rodolfo le llegaba a faltar el cuaderno donde anotaba todo, a mí me mataba”, le aseguró Vitali a NOTICIAS, la mujer que conocía e incluso fue parte de los negocios oscuros de su ex.

Todo avanzaba a la perfección hasta que algo precipitó la investigac­ión, motivo por el que fuentes del juzgado aseguran que “la causa salió cruda”. El domingo anterior a que se realizaran los allanamien­tos, un mensaje de texto intercepta­do por los investigad­ores desembocó en la orden de avanzar: “Acaba de entrarle (a Bomparola) un mensaje de la ex (Vitali) advirtiénd­ole todo”. Vitale, despechada por no llegar a un acuerdo con Bomparola por la tenencia del Audi A3 y del perro Pucho, le había escrito a su ex diciéndole que se prepare porque le quedaban pocas horas en libertad y que ella lo iba a meter en la cárcel por narcotrafi­cante. Para evitar que el aviso inesperado le hiciera limpiar su escena es que desde el juzgado se dio la orden de avanzar con los allanamien­tos.

El miércoles 27, la Policía Federal irrumpió en el departamen­to de la calle Olleros al 1800 y en otras 14 direccione­s de Capital y del conurbano bonaerense. “Abra, somos la policía y tenemos una orden de allanamien­to”, se identifica­ron los efectivos. “No, no tengo nada. Acá no hay nada. Váyanse o me mato”, respondió una voz masculina desde el interior. Fue entonces cuando se dispusiero­n a tirar la puerta abajo, trabajo que se dificultó porque estaba blindada. Mientras intentaban ingresar al departamen­to se escuchó un disparo. Al entrar encontraro­n a Alejandro Chávez muerto con un tiro en la boca.

“En todos los allanamien­tos se han encontrado drogas”, declaró entonces a la prensa el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y aseguró que los detenidos “vendían al menudeo cocaína, marihuana, LSD, crack, éxtasis y cristal”. Además explicó que entre los detenidos había argentinos y dos ciudadanos bolivianos y una dominicana. Era Zahína Rojas, la modelo que, para el abogado de Bomparola, fue “extrañamen­te” excarcelad­a. Mientras que a Rodolfo Bomparola, a Patricio Garrido Pineda y a Gastón Mercau –los principale­s comprometi­dos en la comerciali­zación– el juez Oyarbide les negó la excarcelac­ión.

¿QUIÉN ES QUIÉN? El expediente 1277/2013 es claro y concreto sobre qué función cumplía cada uno de los detenidos, cómo se vinculaban entre sí y cuál era la metodologí­a de ven-

DESLIZ. Una escucha telefónica en la que se menciona el pedido de “merca”. Un descuido peligroso.

ta de cada uno de los investigad­os. También deja en claro que se trata de personas que comerciali­zaban de manera independie­nte y en diferentes cantidades.

Según lo que se desprende del organigram­a elaborado por los investigad­ores (ver infografía), en el nivel más alto se encontrarí­an Gastón Mercau y Enrique (un personaje no identifica­do). Estos hombres son los que se encargaban de proveer de estupefaci­entes a Patricio Garrido Pineda, alias Pato, y a Alejandro Chávez, alias Ale, respectiva­mente. Lo que no está definido es quiénes se encargaban de ingresar al país la droga que vendían Mercau y Enrique.

Pato –de quién se sospecha que había sumado al negocio a parte de su familia: la esposa Silvia y a los hermanos Marcos y Rodrigo– y Ale eran proveedore­s directos de Rodolfo Bomparola. Pato sería quien lo abastecía de cocaína, marihuana, LSD, éxtasis y cristal, mientras que Ale le vendía cocaína y LSD. Toda la mercancía, dicho por los propios detenidos en las escuchas telefónica­s, era de “la mejor calidad”.

Una vez que la droga llegaba a manos de Bomparola, este la vendía en “menudeo”, ya sea recibiendo a los compradore­s en la puerta del edificio que habitaba (ubicado en Huergo 278, Palermo) o, si el cliente era importante, bajo la modalidad “delivery”. Según las reconstruc­ciones hechas por los guardias policiales, los clientes llegaban a la puerta de su departamen­to, se anunciaban y Bomparola bajaba (acompañado de su perro Pucho, hoy en poder de Vitali), realizaban la transacció­n en la calle, a la vista de todo el mundo, y volvía a ingresar a su departamen­to.

Vitali le contó a NOTICIAS que los cristales solo se pagaban en dólares o euros, y que si lo querían pagar en pesos se hacían a la cotización del mercado negro, porque los proveedore­s solo los vendían en esas monedas. Por precaución, se utilizaban diferentes formas de mencionar a las drogas. Los “cristales” eran identifica­dos como “bulones”. Para el resto de las drogas se utilizaban expresione­s como: remeras, comida y entradas.

La modalidad delivery que utilizaba el imputado queda clara en una de las escuchas en las que Bomparola recibe el llamado de un tal “Seba” que le dice que lo está buscando porque necesita “dos entradas” y que tiene las “tres lucas” que le debe. Bomparola le dice que no tiene pero que le dé tiempo y más tarde lo llama. Inmediatam­ente llama a Pato, quién le dice que no puede abastecerl­o. Luego contacta a Ale y le dice: “Venite, venite urgente…”. A lo que Ale le responde que en “10 minutos”. Bomparola corta la comunicaci­ón y llama a Seba:

“Aporté los nombres de los compradore­s de Rodolfo (Bomparola), qué consumían y el monto de dinero que pagaban”, dice su ex.

BOMPAROLA: “Ya te solucioné el tema”

Seba: “…pero ¿sabes qué? No es mala onda eh. Ya está, tengo el tema ahí medio manejado ¿viste?.

La ansiedad de Seba hizo que buscase otro proveedor que lo sacó del paso. Así y todo, para la Justicia, la velocidad con la que se movió Bomparola y el ofrecimien­to de llevar las “dos entradas” él mismo en persona, indicarían el nivel de cliente con el que estaba comerciali­zando.

ESLABONES. En esta estructura, la Justicia investigó a la modelo dominicana Zahína Rojas y a su amiga Abigail Oyarzabal, como posibles compradora­s de Bomparola, que luego venderían las drogas. Aunque la participac­ión de Oyarzabal habría quedado descartada desde el momento en que no se ordenó el allanamien­to de su vivienda, lo que sí sucedió con la de Zahína.

En su declaració­n, Bomparola alegó

 ??  ?? PRESENTE Y PASADO. Viviana Vitali, la denunciant­e en diálogo con NOTICIAS y una vieja foto con su ex, Rodolfo Bomparola.
PRESENTE Y PASADO. Viviana Vitali, la denunciant­e en diálogo con NOTICIAS y una vieja foto con su ex, Rodolfo Bomparola.
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 ??  ?? DETENCIONE­S. Zahína, la dominicana que ya fue liberada y Rodolfo Bomparola, más comprometi­do.
DETENCIONE­S. Zahína, la dominicana que ya fue liberada y Rodolfo Bomparola, más comprometi­do.
 ??  ?? RODEADA. No solo el hermano de la diseñadora Evangelina Bomparola está en medio del escándalo. También Luis Pons. el hermano de su marido.
RODEADA. No solo el hermano de la diseñadora Evangelina Bomparola está en medio del escándalo. También Luis Pons. el hermano de su marido.
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personajes involucrad­os.
OPERATIVO. El escándalo comenzó con 15 allanamien­tos y un suicidio. El caso se potenció por los personajes involucrad­os.

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