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Boudou y los Ciccone:

La pelea entre el jefe del clan y su yerno. El hermano muerto. Cómo operó el vice.

- FEDERICO MAYOL fmayol@perfil.com

la familia que puede hundir al vice declaró ante la Justicia. La interna entre Nicolás, el pater familia, y su yerno Reinwick. Los aprietes de Núñez Carmona.

Por primera vez, Nicolás Ciccone habló. El Gobierno está en estado de shock luego de que el jefe del clan confirmó que le pidieron el 70% de las acciones de la imprenta a través de una “extorsión”, además de detallar sus dos encuentros con Amado Boudou, interesado por la empresa. Además, Ciccone aseguró que el vicepresid­ente habilitó a José María Núñez Carmona como su persona de extrema confianza para negociar por la firma, y explicó dónde y cómo se reunió con el socio del vice y con Alejandro Vandenbroe­le, sindicado por su ex mujer como el supuesto testaferro de Boudou.

El contundent­e relato judicial del ex dueño de la ex Ciccone, en la tarde del jueves 5, se sumó al testimonio de su yerno, Guillermo Reinwick, que el martes 3 había empezado a hundir al vice y a su socio en la escandalos­a trama de la imprenta. Es la primera vez que dos protagonis­tas directos del escándalo involucran a Boudou como pata fundamenta­l en las gestiones para apropiarse de la máquina de hacer billetes.

ENCUENTROS CON AMADO. Según su declaració­n testimonia­l, Nicolás Ciccone se reunió dos veces con Boudou. La primera vez en los estudios del programa “AM” de Telefe, detrás de cámara, en junio del 2010. Y la segunda, un tiempo después, en el restó I Fresh Market, del barrio porteño de Puerto Madero. En ambas reuniones, además de ellos dos, participó Núñez Carmona. Pero en la segunda, menos apurados, café de por medio, se sumó Héctor Ciccone, cofundador de la imprenta, fallecido a mediados del año pasado. Cada uno de los hermanos tenía su rol al frente del negocio: Nicolás era el “imprentero”, como le gusta definirse, y Héctor era el “administra­dor”. De hecho, el primero exhibe las huellas de su función: tiene las uñas de los dedos limadas por la profesión. Ciccone y Reinwick coinciden en que el primer encuentro en Telefe fue gestionado por Gabriel “Dulce” Bianco, en aquel entonces directivo de ese canal, y también marplatens­e como el ex ministro de Economía. Bianco también fue convocado a testimonia­l, el miércoles 11.

Ante el juez Ariel Lijo, Ciccone declaró que ese primer encuentro –solicitado por la propia familia ante el pedido de quiebra de la empresa por parte de la AFIP– fue más informal de lo que hubiera deseado. Boudou fue contundent­e. “Lo que tenía que conversar yo con él debía hacerlo con el señor José María Núñez Carmona, porque era su hombre de confianza”, le dijo Boudou, según Ciccone. A los minutos, el imprentero y Núñez Carmona estaban en una sala de reuniones. El socio de Boudou explicaba la nueva operatoria en una pizarra. Y también fue contundent­e: los socios del vice formarían una sociedad e inyectaría­n líquido siempre y cuando les cedieran el 70 por ciento de las acciones. Una imposición manifiesta. A partir de allí, la relación entre Nicolás y Héctor Ciccone comenzó a dañarse: el segundo pretendía no seguir adelante con las negociacio­nes.

Pero el segundo cónclave, en Puerto Madero y siempre según su testimonio, no dejó dudas del rol del entonces ministro de Economía. Ante la atenta mirada de los dos hermanos imprentero­s, Boudou bendijo de nuevo a Núñez Carmona como el que, de ahí en adelante, comandaría las negociacio­nes: hablar con el socio, dijo Boudou, era lo mismo que hablar con él. Ciccone definió al vicepresid­ente como una persona “agradable” y “afable”. A Núñez Carmona, en cambio, lo describió como violento y charlatán por demás.

El encuentro en Puerto Madero, a la vera del río, sirvió para sellar el acuerdo: los trámites de la sesión accionaria tuvo lugar en un estudio contable porteño el miércoles 1 de septiembre del 2010. Héctor Ciccone

pidió 50.000 dólares para cada familia por el know how del negocio, y parte del paquete accionario. Y se certificó ante escribano público. A los Ciccone se les informó la conformaci­ón del nuevo directorio de la empresa: Vandenbroe­le de presidente, Jorge Capirone –abogado marplatens­e– de vice, y Pablo Amato, marido de Olga Beatriz –una de las hijas de Nicolás Ciccone– de director.

Pero Núñez Carmona impuso su última condición: Amato debía renunciar enseguida, y su lugar como director no rentado quedaba, sin explicació­n alguna, para Ciccone. Desde ese momento, según el testimonio, todas las decisiones eran tomadas sin consultar por Núñez Carmona.

“LE QUEMO UN PIBE”. Ciccone confirmó lo mismo que su yerno: que la reunión existió, que fue en la casa del country de Reinwick y que Núñez Carmona no paró de hablar. De hecho, una de las hijas del imprentero tuvo que pedirle al socio de Boudou que por favor se callara.

El encuentro en cuestión, al que se refieren ambos testimonio­s judiciales, se dio en febrero del 2012, meses después de las reuniones en las que participó Boudou. Estuvo en pleno todo el clan Ciccone junto a Núñez Carmona. Fue un par de días más tarde del estallido mediático por las revelacion­es de Laura Muñoz, ex esposa de Vandenbroe­le, que cortó la tranquilid­ad estival de ese año cuando aseguró que su ex era el supuesto testaferro del vice. La principal preocu-

pación de Núñez Carmona era tapar el escándalo y que la familia fundadora de la empresa se hiciera cargo de todo. Ni Boudou, ni Núñez Carmona, ni Vandenbroe­le debían cargar con los costos del escándalo. Pero ya era tarde. Núñez Carmona lo sabía. Por eso estaba tan nervioso. “Nosotros sabemos donde vive él (por Reinwick), tiene cinco hijos y esto que les quede claro a todos: yo vengo acá y le quemo un pibe por la sencilla razón de que se va a hacer cargo él de este quilombo”, fue la advertenci­a lanzada en esa reunión de verano, según el testimonio judicial de Reinwick. Ciccone dice que no recuerda la amenaza.

Pero no fue la única, según el yerno. “Quiero que entiendas que la sensación que hay es que lo único que te interesa a vos es voltear a un vicepresid­ente, y yo te voy a explicar una cosa: ni él ni yo tenemos hijos, no tenemos nada”, asegura que le dijo. Y redondeó, mucho más claro: “Vos tocás al vicepresid­ente y yo le meto un tiro a un hijo tuyo”.

Reinwick juró ante el juez Lijo y el fiscal Di Lello que cuando se dio media vuelta y enfiló a caminar hacia su automóvil, esperó “un tiro” por la espalda.

Diego Pirota y Eduardo Durañona, defensores de Boudou y su socio, pidieron la nulidad de los testimonio­s. Confían en un futuro guiño de Casación.

INTERNA Y MÁS ENCUENTROS. La avanzada de Boudou y sus amigos sobre Ciccone, ahora desnudada por la familia imprentera, también desató una feroz interna entre el clan familiar.

Nicolás Ciccone todavía duda de si fue su yerno el que armó la operatoria junto al misterioso fondo The Old Fund para correrlos del manejo empresario. Así lo pensó también Olga Beatriz, hermana de María Lorena, la mujer de Reinwick. “Pedazo de hijo de mil puta, te robaste la empresa, nos la vas a pagar, te saliste con la tuya”, le dijo Olga Beatriz a su cuñado por teléfono, a principios del 2012, tras la solicitada difundida en los medios que daba cuenta del desembarco de The Old Fund en Ciccone con el 70 por ciento del paquete accionario, y que Reinwick dice que nunca firmó. Esa misma mañana de verano, Nicolás Ciccone llamó María Lorena y le advirtió que resignaría ver a sus cinco nietos pero que no pararía hasta meter preso “al hijo de puta con el que se casó”, y que le robó la empresa.

La interna derivó días después en una convocator­ia familiar en el country bonaerense Mailyng, donde viven gran parte de ellos. Y sacaron los trapos al sol.

Lo que se desprende de los dos primeras testimonia­les ordenadas por Lijo –seguirán hasta mayo del 2014– acorrala, por ahora, al vice. Porque negoció en persona la adquisició­n de una empresa siendo ministro de Economía, una operatoria ejecutada por su mejor amigo. Ciccone, además de las dos reuniones con Boudou, también describió otros tantos encuentros con Núñez Carmona, uno de ellos en el Hotel Hilton, de Puerto Madero.

Tan omnipresen­te fue el rol de Núñez Carmona que, según los investigad­ores, la figura de Vandenbroe­le pasa a un segundo plano. “Un pobre tipo”, dicen.

“Vandenbroe­le no tomaba decisiones personales, todo pasaba por Núñez Carmona”, declaró Ciccone en la Justicia, lapidario.

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FOTOS: SERGIO PIEMONTE Y CEDOC. PARIENTES. Arriba, Nicolás Ciccone en los tribunales de Comodoro Py. Abajo, su yerno Guillermo Reinwick. Detallaron las gestiones de Boudou y su entorno por la imprenta.
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FOTOS: PABLO CUARTEROLO Y CEDOC.
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