Alberto Cormillot:
ALBERTO CORMILLOT (75) El médico cumple medio siglo en los medios. Inundación de su archivo y depresión. La transición empresarial y “La Tito Alberto”.
el médico cumple medio siglo en los medios. Inundación de su archivo y depresión. La transición empresarial y “La Tito Alberto”.
Apabulla. Entrar al despacho de Alberto Cormillot pone a prueba la capacidad mental para decodificar información. En unos 15 m2, hay cuatro paredes plagadas de libros, un escritorio envolvente en forma de ele acortada y anchísima, vidriado y con fotos que lo tapizan en toda su extensión. En frente, una especie de camilla/diván que quedó como encastrada entre muebles y estantes, donde descansan tres osos de peluche y reina una réplica de “El doctor”, la pintura de Sir Lukes Fildes, en la que un médico, con idéntico gesto a “El pensador” de Rodin, mira absorto a un niño moribundo acostado en dos sillas que improvisan un lecho.
A Cormillot lo rodean dos urnas con las cenizas de sus padres, frascos de la farmacia de su abuelo, la caja de inyecciones de su madre enfermera, fotos de su familia y mascotas, crucifijos, balanzas, imágenes de la Virgen, santos, decenas de credenciales de congresos a los que asistió. Estamos ante capas geológicas de los cuatro consultorios que supo tener a lo largo de sus 52 años de carrera como médico.
NOTICIAS: ¿Cómo se sintió cuando en abril del 2013 se inundó una de sus oficinas y sus historias clínicas quedaron bajo agua?
Alberto Cormillot: Me deprimí dos meses, dejé de bailar, me pegó fuertísimo. Eran 50.000 historias clínicas, el archivo de tratamiento de la obesidad más grande que hay en el mundo. Rescaté casi 40.000.
NOTICIAS: ¿Qué trabajo y energía llevó eso?
Cormillot: Fortunas y tiempo. Primero había muchos voluntarios, después gente paga. Llamamos a todas las bibliotecas y ninguna tenía un sistema y fuimos probando, dejar las carpetas en agua, en frío, con el congelamiento, con secador de pelo, con plancha. Tras mucho ensayo y error, compramos turbos, los pusimos en grandes hileras y eso las trasformaba de mojadas en húmedas. Luego se abrían una por una las hojas y se las ponía en hornos de pizza que trajimos, las veinticuatro horas. Después, se acercó la gente de Lakaout y generosamente se ofreció a escanearlas gratis.
NOTICIAS: ¿Cuánto invirtió en esto?
Cormillot: Mónica, ¿cuánto se puede haber gastado en la recuperación de las historias clínicas?
Su secretaria responde: “Llevamos casi un millón de pesos”.
NOTICIAS: Debe haber sido muy difícil explicarle al resto lo que significaban para usted, como para hacer tanto, ¿no?
Cormillot: Yo no le expliqué a nadie, tomé la decisión de hacerlo, no era negociable. Soy la persona viva y activa que hace más años que trabaja en obesidad y ese archivo refleja la historia de 52 años de obesidad. Si algún día se aprovechara para alguna investigación o ver la evolución, ese es otro tema.
NOTICIAS: Ese archivo era usted mismo.
Cormillot: Sí, sí. Era yo con mis comentarios, había mucha cabeza metida ahí adentro, también del resto de los profesionales del equipo.
NOTICIAS: Cuando se enteró que había quedado todo bajo el agua, ¿qué sintió?
Cormillot: Nada, cuando pasan esas cosas me pongo en modo operativo. Cuando me dijeron que tenía cáncer de hígado, que después no era, me puse en modo operativo y cuando me dijeron que tenía cáncer de colon y era, también.
Detengámonos a pesar la evidencia: este hombre viene corriéndose carreras a sí mismo desde que se recibió y dejó muy atrás a sus competidores y a un pasado de joven descarriado. Desde entonces, no se permite bajar el rendimiento. “Todo el tiempo estoy midiendo mi nivel de eficiencia cia”, , confiesa. Ta También se pone deliber deliberada y constantem temente en calidad de aprendiz de distin tintas disciplinas, gen generalmente físicas (como el baile), par para recordarse que pue puede ser bueno en
lo que más hace, pero que en el resto “es un mortal de a pie”.
NOTICIAS: ¿Qué fue peor, la enfermedad o la inundación?
Cormillot: No, la pérdida de las historias clínicas (se ríe), porque además me operaron muy bien y zafé de la quimioterapia y, hoy por hoy, me siento bien, aparentemente estoy curado con el 95% de sobrevida a los siete años, es una posibilidad bastante buena así que no le doy mucha pelota. Pero esto me golpeó.
NOTICIAS: ¿Qué hubiera pasado si hubiera perdido 50.000 historias clínicas?
Cormillot: Me hubiera deprimido cuatro meses. Qué vas a hacer, perdí a mi viejo y a mi vieja… la vida sigue adelante.
NOTICIAS: ¿Esos fueron los peores dolores?
Cormillot: Sí (se le llenan los ojos de lágrimas). Sí, especialmente con mi viejo. El otro día vino la que fue la novia de mi papá en sus últimos años, nos lloramos todo, ella me hablaba de los valores que le había enseñado mi viejo. Una chica de Paraguay, seguramente con muy poca instrucción. Estuvieron juntos desde dos años después de morir mi mamá hasta que él falleció en el 2007, unos 7 u 8 años. Ella ayudaba a mi vieja en la casa, y cuando murió, lo ayudó a él como mucama y después empezaron a salir. Me sentaron y mi viejo me empezó a explicar. Le dije “viejo, no me expliques nada, disfrutá”. Está basado en la evidencia que lo mejor que le puede pasar a alguien que se queda viudo es casarse, y yo qué más quería que tenerlo a mi viejo muchos años. Ella hablaba de la palabra valores, fijate que ya no se utiliza (vuelve a emocionarse).
NOTICIAS: ¿Cuáles son los valores que él le inculcó?
Cormillot: Yo tomé de él el resolver los problemas, porque donde encontraba un problema siempre encontraba una solución, y el llevarme bien con la gente, cuesta llevarse mal conmigo.
NOTICIAS: Con tanta autoexigencia, ¿no es un jefe difícil?
Cormillot: Conmigo sí pero no con los demás. Por eso cualquiera se anima a hablar conmigo. Yo no ejerzo la chapa. Lo único que me molesta es no reconocer el error y la persistencia en él.
Dirige dos carreras universitarias en la Universidad de Salud; fundó el Instituto Argentino de Alimentos y Nutrición; un hospital de obesidad –el primero en su tipo en la Argentina– en el municipio bonaerense de Malvinas Argentinas lleva su nombre; está asesorando a la Ciudad de Buenos Aires en lo que será un hospital de obesidad; dirige ALCO, la Clínica de Nutrición, la revista “Vivir mejor”, Dieta Club; publicó 60 libros y cien trabajos científicos; dirige una nutrida línea de alimentos y la puntocom. Además, en el 2014 cumple 50 años en los medios.
NOTICIAS: ¿Cuál es hoy su mayor desafío?
Cormillot: Mantener bien lo que tengo. No sé cuánto puedo vivir, un año, cinco o veinticinco… Estoy haciendo la transición de las organizaciones, no quiero dejarles quilombos a mis hijos: quiero que sean organizaciones profesionales, por eso estoy tomando gerentes profesionales.
NOTICIAS: ¿Cuándo empezó esa conciencia en usted?
Cormillot: Hace como tres o cuatro años. Quiero que tengan una dinámica con gente que sea proactiva y que tome sus propias decisiones, y crezcan. Yo no soy un profesional de la administración y hoy se ha profe-
Tomé de mi padre el resolver los problemas: donde encontraba un problema siempre encontraba una solución, y el llevarme bien con la gente, cuesta llevarse mal conmigo.
sionalizado todo. Yo hago gestión de conocimiento, incorporo conocimiento y después lo transformo en material para una revista, para la facultad, para la clínica. Cada paper que leo, digo “qué puedo sacar de esto”, y se convierte en un despelote porque voy marcando toda la bibliografía que necesito y después me la tengo que leer. Me llevo uno o dos cajones de papeles cada fin de semana para leer.
NOTICIAS: ¿Tiene el mismo empuje que antes para sostener la marca?
Cormillot: Un poco más… porque llegar es muy fácil, pero mantenerse sin creérsela y estando actualizado es lo complicado. NOTICIAS: ¿Tiene frustraciones? Cormillot: Todo el tiempo. Hay pocas cosas en las que no puedo manejar la frustración.
Escueto y aséptico en sus comentarios, Cormillot mantiene vivo el lema de “la ropa sucia se lava en casa”.
NOTICIAS: ¿Cómo toma que “Cuestión de peso” termine después de seis temporadas?
Cormillot: Creo que el programa le sirvió a mucha gente y tuvo logros muy importantes, como la Ley de Obesidad, pero hay ciertas partes del formato que se han desdibujado. Nosotros no tenemos prácticamente ningún poder de decisión sobre el formato.
NOTICIAS: ¿Y en qué términos se fue de C5N?
Cormillot: Eran incompatibles los horarios con los de la tele.
NOTICIAS: ¿El estar en radio con Marcelo Longobardi le permitió llegar a otro público?
Cormillot: Sí, es un espacio privilegiado. Es lo que más me gustó hacer en 50 años de estar en los medios.
La radio es donde más se suelta: tiene una primera entrada médica, otra de efemérides y la final, de reflexiones en latín. Pero desde hace un mes, producto de su gen competitivo, cuando se coló el trascendido de que el neurólogo Facundo Manes podría ser candidato a gobernador y en el piso lo corrieron con un “Alberto, te quedás atrás”, él respondió: “¡Yo voy a ser candidato a presidente!”. Entonces inventó un partido político delirante, La Tito Alberto, el “candidato” empezó a crecer y se despacha con una segunda editorial basada en el humor, con guión propio.
NOTICIAS: ¿Cuál es su mayor mérito?
Cormillot: La perseverancia y el armar equipos a lo largo de los años…
NOTICIAS: Otra forma de acumular, esta vez vínculos, ¿no?
Cormillot: Sí, tengo amigos de hace más de 50 años, secretarias de 40 y tantos. Nunca acumulé plata porque me la tiro encima en viajes (90% son de laburo y 10, de placer) y libros, invierto en mi cabeza y en la formación del equipo. La plata entra pero después se va, por la clínica que nunca dejó ganancia y por ALCO que pierde 50 o 60 mil por mes, pero es una opción terapéutica única, uno de los tres grupos del mundo convalidado por la OMS. NOTICIAS: ¿Es feliz? Cormillot: Sí, en general sí. Soy feliz cuando mea Si tengo quilombos durante el día, esa es la vida. Pero la idea de felicidad va cambiando, porque cuando me operaron de cáncer tuve una infección muy jodida, y la felicidad era mear (se ríe), ¿te das cuenta? Pero si no, me levanto y no necesito que el mundo ande bien y se ajuste a mis deseos.
Soy feliz cuando me levanto a la mañana y tengo ganas. Si tengo quilombos durante el día, esa es la vida. Pero no necesito que el mundo ande bien y se ajuste a mis deseos.