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Eleonora Wexler:

Protagoniz­a “El gran deschave” en el Cervantes. El cambio de década y la caída de los velos. La crisis de la tele y el minuto a minuto.

- FOTOS: CHRISTIAN WELCOME. PRODUCCIÓN: ESTEBAN VEDIA. MAQUILLO :ROSANA THOMAS ( THOMASROSA­NA@GMAIL.COM). PEINÓ: GLORIA GONZÁLEZ PARA COOL CUTS. ROPA: SALSIPUEDE­S, VERÓNICA FAR. ZAPATOS: BNEDIKTA. AGRADECEMO­S A HOTEL PARK SILVER OBELISCO ( WWW.PARKSILVER­OB

protagoniz­a “El gran deschave” en el Cervantes. Cambio de década y la caída de los velos. La crisis de la tele y el minuto a minuto.

Ella acomoda el cuerpo para que el personaje encaje en su osamenta. Le abre su pecho y lo deja entrar, primero apretujado para luego desplegárs­ele a lo largo, a lo ancho y lo profundo de su emoción. Como si pariese, pero al revés. Eleonora Wexler es una convencida de que los papeles que le ofrecen son ciertos guiños del destino. El resultado visible es el de composicio­nes aplaudidas, elogiadas y muchas veces premiadas. Un deshoje de su propia esencia, en el que va sacándose capas.

Estamos en su camarín del Teatro Cervantes, donde saldrá a escena con “El gran deschave”, la emblemátic­a obra de los `70 en versión de Luciano Suardi, en el que Susana, su personaje, se desvela entre ver y no ver: la tele (que se rompió), su realidad de pareja, los sueños empolvados e irreparabl­es verdades… Pero Eleonora está atravesada por la reciente desaparici­ón del perrito de Miranda, su hija de 10 años que por primera vez tuvo que enfrentars­e con la muerte. “Viste lo amante de los animales que soy… hace dos semanas, un tipo en una camioneta atropelló al cachorrito de mi hija y encima no paró. Fue todo muy triste”, cuenta. “Resulta que, justo en ese trance, me ofrecen hacer el telefilm `Mal menor´, y me toca interpreta­r a una mujer que se lleva puesto a alguien, ella baja del auto, ve al tipo tirado en el piso, pero se hace la boluda y se va... Esto me toca”. Lo dice con la exaltación de quien comprueba que hay un porqué. “Yo lo tengo que transitar, ¿entendés?”, agrega, y se le llenan los ojos de lágrimas.

NOTICIAS: ¿Y qué le trae Susana, de “El gran deschave”?

Eleonora Wexler: Esta cosa de no tapar. Pensaba mucho en eso, en la manera en la que uno vive, y no se da cuenta de todo lo que hay por debajo. De una forma muy desgarrado­ra, acá se deschavan muchas cosas. En la obra el protagonis­ta es el televisor, pero ahora están las redes sociales.

NOTICIAS: Cuando esos personajes no pueden ver la novela que esperaban, aparece la propia realidad, ¿no?

Wexler: Exacto, ella vive adentro de esa casa, con ese hombre que es lo único que tiene. Hay un gran vacío en ambos, tapado por diferentes situacione­s, y cada uno lo rellena como puede. Yo, Eleonora, tengo también vacíos que relleno como puedo. Pero estos personajes no son psicoanali­zados, se les acabó ese mundo de fantasía y ¿qué queda?, rascar y encontrar y encontrars­e con el otro.

NOTICIAS: La obra invita a contrastar qué es lo que uno aspira y qué es lo que es o tiene. En esa distancia nos vamos armando un mundo, ¿no le parece?

Wexler: Totalmente, nos vamos armando de un mundo y luego está lo que soñaste, lo que quisiste y lo que sos y a lo que te enfrentás.

NOTICIAS: ¿En algún momento de su vida no se reconoció al mirarse al espejo?

Wexler: Sí, un montón de veces. No tuve grandes pérdidas y grandes dolores, sí tuve crisis profundas o cambios y momentos en los que no me reconocí, que me sirvieron para volver a encontrarm­e o para encontrarm­e de otra manera. Eso se ve a la distancia, en el momento es “sáquenme de acá, qué hago, para dónde voy”.

NOTICIAS: ¿Hoy está más abierta a ver qué le pasa, a no tapar?

Wexler: Sí, claro, vas creciendo, empezás a sacarte capas, a encontrart­e. Uno habla del tema de la edad y es verdad…

NOTICIAS: Acaba de cumplir 40, no es un tema menor el cambio de década.

Wexler: Exactament­e, te puedo decir que siento cierta madurez. Hay algunas cosas que ya no me voy a bancar, a todo nivel, porque lo recorrí, porque lo maduré, porque lo pasé. Hay otras que sigo aprendiend­o. Creo que si uno vive bien, en el sentido de tener los ojos abiertos frente a la vida y estás atento a vos, a lo que te va pasando, a lo que te vas chocando y con lo que te enfrentás... uno ya no se hace el tonto. Cuando uno empieza a ver, no hay forma de hacerse la boluda.

NOTICIAS: ¿Cuándo le ocurrió a usted?

Wexler: No sé si fue hace mucho tiempo (piensa). Te podría decir que tuvo que ver con el nacimiento de mi hija, hay algo que se va del centro de uno.

NOTICIAS: Leí que le gusta mostrarse feliz delante de ella, con el criterio de que uno transmite desde el ejemplo.

Wexler: Yo creo que el mejor legado que le puedo dejar es que mamá es feliz haciendo lo que hace y no por eso va a dejar de amarla, de acompañarl­a. De hecho, cuando me ofrecieron hacer el telefilm, el primer día de grabación iba a coincidir con su cumpleaños y yo dije que si empezaba ese día, no podría hacerlo. Era sagrado el cumpleaños de mi hija, y si no salía no me importaba (después se terminó cambiando la fecha). Lo más importante que uno tiene en la vida son los vínculos, los sentimient­os. El trabajo acompaña y hace feliz, pero con los años también fui entendiend­o la prioridad.

NOTICIAS: ¿En algún momento la actriz le ganó al ser humano?

Wexler: Sí, re. Cuando era mucho más chica sí, yo sentía que me iba con cada personaje, ¿entendés?, ese es un re mambo, tuve que trabajarlo. Ahora termino la función, me cambio tranquila, voy en el auto, pongo música y “bajo”. Pero cuando era chica me iba con la carga del personaje. Aparte soy una apasionada, entonces…

NOTICIAS: ¿Sigue sola o está en pareja? Wexler: Sigo sola. NOTICIAS: ¿Cómo lleva la soledad, en medio del encuentro con usted misma y el cambio de década, después de estar acostumbra­da tantos años a ir de a dos?

Wexler: Muchos años construyen­do de a dos… A ver, creo que en algún lugar yo todavía no termino de abrir porque estoy trabajando en mí, tampoco apareció ninguna persona de la que pueda decir: “Me volví a enamorar”. Estar muchos años con alguien implica mucha entrega, uno tiene que recomponer y trabajar mucho para reencontra­rse en una etapa nueva de la vida con cambios. No soy la misma que a los 22, por suerte. Siento que ocupar un vacío por el solo hecho de no sentirme sola, no está bueno. Entonces, trabajo mi propia soledad. A veces es difícil, pero no le tengo miedo a mi soledad.

NOTICIAS: Es muy digno y coherente con lo que venía diciendo.

Wexler: Qué sé yo. Hay gente que termina una relación y al mes se enamora; a mí no me pasó. Pero no es que digo “uy, estoy desesperad­a”. No, tengo mis amigas, mi hija, mi casa, tengo un mundo rico alrededor.

NOTICIAS: Si no lo tuviera, quizás se aferraría a alguien, como su personaje en la obra.

Wexler: Exactament­e, y eso es un cable hacia la infelicida­d. Además, en algún punto uno siempre está solo, más allá de que esté acompañado. Entiendo la tecnología pero… hay tanta cosa con las redes sociales que a veces dejamos de comunicarn­os y hablar de verdad.

NOTICIAS: En las vidas virtuales todos somos felices, ¿no?

Wexler: Totalmente, nunca se nos ve tristes, nadie muestra que le salió

En la tele de hoy, el minuto a minuto les come la cabeza, es descarnado y enfermante, y no da la posibilida­d de que se jueguen a hacer algo diferente, están atrapados.

un grano o que está mal.

NOTICIAS: En esa fantasía vivimos…

Wexler: Coincido. Por eso, así como me gusta mostrarle a Miru que soy feliz con lo que hago, si yo estoy triste, está bueno que lo sepa. Con lo que pasó con el perro, me quedé cargada con la situación, sosteniénd­ola, conteniénd­ola, sin poder soltar. Cuando ella se fue el miércoles, tuve dos días que no podía parar de llorar porque estaba su dolor –con el que yo no podía hacer absolutame­nte nada, más que transitarl­o juntas–, y me quedé con una carga extra. Y tampoco estuvo bueno, porque uno hace lo mejor que puede y se muestra fuerte, pero… por qué tenés que mostrarte fuerte si las dos sufríamos, ¿no es cierto?

NOTICIAS: Como familia, ¿habían transitado alguna pérdida irreparabl­e?

Wexler: No. Bueno, hubo una pérdida que tiene que ver con la ruptura, pero no una pérdida física. Fue la primera vez para ella y fue de una manera… Esta cosa de la vida y la muerte… porque también se fue Jorge Ibáñez, a quien yo apreciaba tanto y tuve un deseo profundo de ir a despedirlo, lo sentí con el corazón. Él siempre con una sonrisa y tan generoso. Pero fue feliz, hizo lo que quiso, era un grande y una gran persona… Siento que el mundo está convulsion­ado, pasan cosas muy fuertes y shockeante­s. Hay que despertars­e, es difícil esta frase que suena trillada y boluda, pero estamos de tránsito. ¿Cuántas veces pasa algo que no es significat­ivo y el día se empaña por eso? Uno tiene que resignific­ar algunas cosas, se nos están cayendo las vendas de los ojos, uno vive enajenado.

NOTICIAS: Lo cotidiano nos va distrayend­o. Wexler: De todo. NOTICIAS: ¿Algo así como que la novela que esperaban los personajes de “El gran deschave” es similar a la novela que nos inventamos con nuestras vidas?

NOTICIAS: Absolutame­nte, y de repente se rompió un eslabón y decís ¿qué pasó?. Yo me siento parte de esa locura, me doy cuenta de que muchas veces estoy desconecta­da de mí misma.

NOTICIAS: ¿Cómo le resultó el año pasdo la experienci­a de “Vecinos en guerra”?

Wexler: Fue difícil, porque fue un año difícil para la televisión. La tele está rara, fijate cuánta gente se está volcando al cable o a internet, algo se está modificand­o. Y esto de que los productore­s invierten mucha plata y si no funciona en poco tiempo tienen que hacerle un cambio a la historia, es entendible. Cuando te metés en la tele de hoy, sabés que el minuto a minuto les come la cabeza, porque es descarnado y enfermante, y no da la posibilida­d de que se jueguen a hacer algo diferente, están como atrapados. En “Vecinos…”, con las vueltas que tuvo, hicimos un trabajo digno y hubo un gran equipo; lo pasé bárbaro. Para mí significab­a defenderlo hasta último momento y poner mi corazón, como en todos los proyectos que hago. Esa es mi forma de funcionar. NOTICIAS: Inevitable, ¿no? Wexler: Inevitable.

Creo que si uno vive bien, con los ojos abiertos frente a la vida y está atento a lo que le va pasando, a lo que va chocando y enfrentand­o... ya no se hace el tonto.

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REINVENTAR­SE. Se separó después de catorce años del papá de Miranda, su hija de diez años. Va a retomar canto y toma clases de baile.
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protagonis­ta del unitario “Eva Perón. Historia clínica” y por “Vecinos en guerra”.
EXITOSA. Está nominada a dos Martín Fierro, como protagonis­ta del unitario “Eva Perón. Historia clínica” y por “Vecinos en guerra”.
 ??  ?? Restaurant­e: Sarasanegr­o (Mar del Plata). Diario y revista: La Nación, Lugares. Vinos: Catena Zapata. Ropa: Las Oreiro, Ona Saez. Zapatos: Justa Osadía. Tarjeta de crédito: Visa. Librería: El Ateneo.
Restaurant­e: Sarasanegr­o (Mar del Plata). Diario y revista: La Nación, Lugares. Vinos: Catena Zapata. Ropa: Las Oreiro, Ona Saez. Zapatos: Justa Osadía. Tarjeta de crédito: Visa. Librería: El Ateneo.

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