"NO LA LASTIMEN"
Tinelli puso en el aire su último "Gran cuñado" en el 2009. Casi nada era igual que hoy. Vivía Néstor. Massa ocupaba la Jefatura de Gabinete. La Ley de Medios sonaba a utopía soberbia. Cristóbal ni pensaba en comprar Ideas. Cristina estaba en medio de su primer ciclo y no al final del segundo, definitivamente. Sin embargo, la fobia K a las imitaciones televisivas estaba ahí, marca original en el orillo de un Relato a punto de caramelo.
Massa llamaba casi todos los días a Ideas para pedir que "no lastimen a la Presidenta" con su hilarante caricatura, a cargo de Martín Bossi. Llamaban otros, también. Se venían las parlamentarias. Un chiste mal puesto podía veler miles de votos. Y en Ideas (todavía propiedad de Tinelli-Clarín), sus principales directivos conversaban cada paso con habilidad de negociadores paritarios. Contaban hasta ahí el próximo guión. Mentían un poco. Bajaban un cambio y así pasaban las emisiones y una Cristina neurótica de ficción se co- bijaba en un Néstor vivillo cada día con menos chances en la realidad real. Hoy, Massa está en la vereda de enfrente y es Cristóbal (el patrón de veras, digamos) quien pide que no la lastimen. En principio, la crítica irá por los contornos sensibles: Kicillof, Capitanich, Boudou... Los teléfonos volverán a sonar, seguro, en busca de una clemencia que De la Rúa hubiese querido arrancarle a su propia torpeza.
Según la lógica enroscada del poder, ahora la manija de veras la tiene Tinelli. ¡Qué país!
* JEFE DE REDACCIÓN DE NOTICIAS. AUTOR DEL LIBRO "PERIODISTAS EN EL BARRO".