Carrió al borde
Sube videos a Youtube disfrazada y preocupa a sus médicos. Internación y dieta peligrosa.
En
terapia intensiva estaba como en un spa. Mandé a pedir mortadela con pistacho. Yo estaba preparada para renacer o morir”, sorprendió Elisa Carrió. Las más de 600 personas que colmaron el Palacio San Miguel para presenciar su stand up estallaron en aplausos cuando escucharon el relato de su última internación. La prencandidata a presidenta de la Coalición Cìvica ya no oculta su estilo lisérgico.
Solo unas horas antes de su internación del lunes 6, originada por una notable baja del potasio, Carrió llevó al extremo su campaña. Subió un video a Youtube donde se la ve con unos enormes anteojos amarillos y un gorro floreado, para cuestionar al candidato a gobernador bonaerense, Aníbal Fernández. “Investigadora principal de narcotraficantes. Lo estoy buscando a Aníbal. En octubre, ¡chau Aníbal! ¡Feliz año!”, aseguraba jocosa en el video que antecedió a su internación en el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento.
A falta de un Jaime Durán Barba, el asesor de Mauricio Macri, Lilita crea su campaña multimedia con dos amigas que la siguen a todos lados. “Esto es para un video”, sorprende Carrió y una de sus amigas saca su celular para grabar. “Cuando sube esos videos suele hacerlo para apuntarle a un pez gordo, como Aníbal Fernández”, relatan en su entorno. En cada pieza, expone al máximo su estilo border para construir política. Ese estilo al límite también lo aplica con su salud.
DIETA PELIGROSA. “Ni el potasio pudo conmigo”, asegura Lilita, entre risas. La candidata bromea, pero sus médicos se preocuparon y la retaron. La baja de potasio (la K en la tabla periódica, curiosamente) está relacionada con algunos excesos de Carrió con su dieta, que ya la hizo bajar 15 kilos. “Ella hace lo que quiere. Algunas cosas las sigue al pie de la letra y otras no”, aseguran en su entorno. Es una dieta estricta, que le ordenó el nutricionista Omar Mantovani, quien supo atender a Diego Maradona, Gabriela Michetti y Alberto Fernández, entre otros.
Carrió vive bromeando sobre las comidas y su peso. “Amo a los judíos y a los musulmanes. Amo hasta la polenta que antes no me gustaba”, relata Lilita y, otra vez, hace explotar el salón. En la antesala de su monólogo, se había quejado de que los medios publican fotos con algunos kilos de más. “Me hacen campaña en contra y ponen fotos viejas. Pero ahora no pueden, porque estoy divina”, asegura. Además de los cuidados en las comidas, la candidata le agrega caminatas mañaneras y sesiones en una máquina vibradora que tiene en su departamento.
Controvertida, mística y border. Como sea, Carrió siempre logra un lugar en los medios. Deberá demostrar si sus polémicas apariciones se transforman en votos.