Tapar con fútbol
Alcanzó el pico más bajo de aprobación en lo que va de su presidencia. Ni la victoria en la Copa América logró levantar su imagen.
Pasaron
pocos días de un acontecimiento histórico, por primera vez en su historia Chile ganó la Copa América. Y se la arrebató al favorito, su archirrival, el seleccionado argentino. Pero a la presidenta Michelle Bachelet le esperaban malas noticias en el Palacio de la Moneda. Los números de una encuestadora privada mostraron que había perforado un piso histórico en sus mandatos. Su nivel de aprobación se desplomó al 27%. Mientras que la desaprobación de su mandato igualó una de las peores épocas del ex presidente Sebastián Piñeira, en 2011: 68%.
El paro docente, que lleva más de un mes sin resolución; el estancamiento de la economía y la preemergencia decretada por conflictos ambientales, son algunos de los motivos que evidencian la estrepitosa baja en la imagen presidencial. Ni la absoluta atención mediática que tuvo el certamen futbolístico logró distraer al pueblo chileno de sus preocupaciones.
Miles de profesores continúan su huelga para exigir al gobierno de Bachelet que retire el proyecto de ley “Carrera docente” que exige, entre otras cosas, evaluaciones periódicas a los maestros. Los calzados colgados en el Ministerio de Educación ya se transformaron en una postal: “Señores ministros, pónganse en nuestros zapatos”, es uno de los lemas que han popularizado.
La situación económica tampoco ayuda. Hay una evidente desaceleración de la economía que quedó plasmada en el índice de crecimiento de mayo, de apenas 0,8 %. El sector empresarial no esconde su descontento ante las reformas tributarias y laborales anunciadas y pide que las detengan. Mientras tanto, cae el consumo.
También la preemergencia decretada por la calidad del aire afecta al humor y a la economía chilena. Porque las medidas restringen la circulación de una parte del parque automotor, recomienda no hacer actividades al aire libre y no prender calefactores a leña en pleno invierno, pero además, porque más de 750.000 industrias contaminantes se encuentran paralizadas.
EN NÚMEROS. Nunca Bachelet había gozado de tan bajo prestigio. Ni en la primera presidencia, entre 2006 y 2010, ni en lo que va del segundo mandato. Según la encuestadora privada Adimark, la presidenta de Chile no subió en ninguna de las categorías de la evaluación. Y en todas se encuentra muy por debajo del 50%. Con respecto a los atributos personales, Bachelet bajó cinco puntos y quedó con 44% en cantidad de gente que cree que la mandataria “cuenta con capacidad para solucionar los problemas del país”. En “liderazgo”, obtuvo 40%; “genera confianza”: 39% y “Capacidad para enfrentar situaciones de crisis” 42%, por ejemplo. Sólo dos ítems no bajaron: “Es respetada por los chilenos”: 46%. Y “es creíble”: 40%.
Rápidos de reflejos, los ministros de Gobierno opinaron que trabajarían para revertir la imagen de la primera mandataria. Pero saben que el efecto Copa América no levantó la imagen como preveían.
La estrategia de levantar un gobierno con espectáculos deportivos masivos no es propia de Chile. En Argentina hay sobrados ejemplos, aunque el paradigma es el del Mundial de Fútbol de 1978, en plena dictadura militar.
Mientras tanto, en el país trasandino, atosigada por las cifras, como única respuesta Bachelet se salió por la tangente. Anunció que ahora sí Chile estaba en condiciones de organizar la Copa del Mundo de fútbol.
La estrategia es clara, aunque no funcione: tapar con fútbol.