Dudas y cautela
Entre las conmociones internacionales y las dudas locales sobre el recambio político en el país, se apuesta a las expectativas.
Durante mayo, junio y el corriente julio, las novedades respecto del futuro político y económico de Grecia en particular y del Eurogrupo en general, marcaron la agenda internacional desde que el proceso de fortalecimiento del dólar se consolidó quedando fuera del debate público. Sin embargo, el 2015 encuentra a Europa en mejores condiciones de prevenir un contagio hacia otros miembros del bloque. Si Grecia hubiera salido de la zona euro en el 2012, por ejemplo, hubiera impactado de manera directa sobre Portugal, y quizás también sobre España o Italia. Europa tiene hoy recursos que antes no tenía: 1) un Fondo para realizar rescates (de 500.000 millones de euros) y un Programa de expansión monetaria (de 60.000 millones por mes); 2) El compromiso del Banco Central Europeo de comprar deuda de gobiernos cuyos rendimientos sean afectados por los temores a abandonar el euro y 3) Los bancos europeos no se encuentran expuestos de manera significativa a la deuda griega, ya que los mayores acreedores son las mismas instituciones europeas y el FMI. Pero
ni Grecia ni otros factores presentes en el contexto global –las incertidumbres por la fragilidad de la economía china, su efecto sobre el precio de los commodities en general y el coletazo que les produce a economías cercanas como la de Brasil–, logran opacar al desempeño de las inversiones locales disponibles en el mercado. Las expectativas se van consolidando en torno a la revisión de políticas estratégicas consideradas clave como el financiamiento de la inversión pública y privada, el costeo y la diversificación de la matriz energética nacional, entre otras.
No es ajena esa perspectiva para las personas que disponen de un excedente acumulado de dinero que procuran proteger y acrecentar: las inversiones financieras en la Argentina tienen desde hace más de doce meses rentabilidades notables fundadas en la oportunidad de aplicar buenas políticas en el mediano plazo. Si hay desconfianzas e incertidumbres, no hay nada que pueda apagar las expectativas de mejoras y progreso en la estructura productiva del país y en la calidad de vida de sus ciudadanos. Los problemas pendientes, a la hora de enfrentarlos y superarlos, van a estimular la dinámica de las decisiones. La Argentina tiene solucio- nes y seguramente se llegará a un tipo de compromiso económico y social. No son las inversiones las que faltarían en ese contexto. Sin
embargo, el sábado 20 de junio pasado, los analistas e inversores estuvieron especialmente atentos a la definición de las candidaturas para las PASO del 9 de agosto, sobre todo en el oficialismo que terminó designando a Carlos Zannini como compañero de fórmula del candidato presidencial Daniel Scioli. La cercanía a la primera instancia de voto nacional generan, naturalmente, actitudes de cautela frente a las incertidumbres por dilucidar en los próximos meses. Por ejemplo: el sector privado evita aumentar demasiado sus tenencias en colocaciones de tasas fijas en pesos y puede incluso iniciar una reversión al estancamiento o a la baja. Esa es una tendencia que posiblemente se consolide hasta que no termine el proceso de recambio de la administración nacional. En los últimos días, por ejemplo, se recibieron más consultas y operaciones en el mercado financiero relacionadas a buscar inversiones más conservadoras con el fin de transitar con menores riesgos la segunda parte del año. En esa línea, los inversores encuentran en los bonos soberanos de Argentina emitidos en dólares un gran atractivo por su simpleza y características que los vuelve atractivos ante colocaciones de plazo fijo en dólares: rinden por intereses entre 7% y 9% en dólares, con liquidez permanente y la posibilidad de comprar esos bonos con pesos. Ante la proximidad de las PASO de agosto, el comportamiento más cauteloso de los inversores otorgará a las acciones locales una dinámica más imprevisible a corto plazo, por lo que los especialistas sugieren actuar solo en base a información concreta. Siempre serán, sin embargo, las expectativas las que se impongan sobre las definiciones o indefiniciones de los candidatos. Las propuestas sobre la economía son las promesas menos pronunciadas y probablemente eso seguirá siendo así hasta que se entre en la recta final hacia el 25 de octubre, aunque la primera definición surgirá de los resultados de las PASO del 9 de agosto.