Sus chiches
lo llevara en una de las frecuentes visitas que el contador le hacía para ordenar números. Tevez le llevó el dibujo a su carnicero de confianza y de alguna manera se hizo entender. El carnicero no sólo se aprendió los cortes, sino que terminó haciendo un negocio con todos los jugadores argentinos que estaban jugando allá.
El periodista Diego Ruscitti recuerda una entrevista que Tevez le dio en San Pablo, cuando jugaba para el Corinthians. También estaban Natalia Fassi y Brenda Asnícar. “Carlos era muy chico y se deslumbró con ese nuevo mundo que se le vino encima de repente, pero nunca dejó de tener los pies en la tierra. La familia siempre fue una prioridad para él”, dice su representante, Andrés Ruocco. El jugador admite haber cometido muchos errores durante su carrera, pero aprendió y ya está mucho más asentado en todos los aspectos. Sergio Gendler y Tití Fernández. Ni bien llegaron el Apache les regaló el CD del grupo de cumbia que había armado antes de irse del país, “Piola Vago” y que se fue a vivir con él cuando se mudó a Inglaterra. Recién había nacido su primera hija, Florencia, que lo acompañó durante toda la entrevista y al terminar, Carlos invitó insistentemente a los periodistas para que se quedaran a comer un asado. “Yo lo veía bien, pero siempre con la necesidad de apelar a toda costumbre que lo retrotrajera a la Argentina”, dice Ruscitti. “El éxito se le fue de las manos. Necesitaba volver, estar con su gente”, asegura. Cuando le salió el pase a Italia, un país donde la concepción de familia ocupa un lugar mucho más relevante, Tevez vio la oportunidad de ir gestando su regreso sin generar rispideces con los dirigentes italianos. Quería volver a toda costa. Años atrás, cuando se le preguntaba sobre sus prioridades en su vida, ponía en primer lugar a su carrera. Hoy responde sin dudar que primero está su familia, integrada por su mujer, hijos, tíos, primos y sus padres y hermanos biológicos. Semejante familia, tenía que tener su amplia casa, y así lo está haciendo, en La Horqueta, donde aseguran, llegó para quedarse hasta el fin de sus días.