La otra Juana
Lloró por los comentarios que recibió en Twitter y pensó en abandonar el Bailando. Pánico a las críticas.
Se
acabó. No más televisión”, dijo hace siete años Juana Viale (33) y lo cumplió. En ese entonces, la nieta de la diva de los almuerzos eliminó la tele de su hogar y no volvió a incorporarla. Porque detrás de esa mujer de amianto, hay una Juana desconocida: la que le tiene pánico a las críticas. Por eso eligió el aislamiento mediático y el símbolo de eliminar la tevé de su vida, quizás, haya sido una forma de exorcizar los fantasmas de la mirada ajena con la que tuvo que convivir desde la cuna.
El miércoles 8, vivió una crisis en soledad luego de su participación en la gala del reggaeton del “Bailando por un sueño”. Según contaron a NOTICIAS sus allegados, la joven rompió en llanto debido a la cantidad de comentarios negativos que recibió en Twitter. Incluso, dicen, llegó a pensar en abandonar un certamen tan exigente, en el que entró por consejo de su hija mayor.
“Qué les hice yo. No merezco que me traten así”, se lamentó luego en un ensayo frente a sus compañeros tras los insultos que había recibido por Twitter. Inmediatamente, recor- dó la frase de su hija mayor, Ambar (12), que le sirvió para entender que no debía dejarse influenciar por nada, ni por nadie. “Mamá, vos sos artista y siempre van a hablar mal de vos. Así que, si a vos te gusta bailar, entonces hacelo igual”, le había dicho su hija mayor cuando ella la consultó sobre la posibilidad de sumarse al show de Tinelli.
Fue justamente en este programa donde comenzó a mostrarse una Juanita muy diferente a la chica reaccionaria y de mal carácter que se muestra en público. Dicen quienes comparten largas horas con ella que la verdadera Juana, en la intimidad, es todo lo contrario. Una más espiritual y tranquila, pero que se siente muy afectada por lo que se diga de ella en las redes sociales.
Qué dirán. Desde que comenzó a ensayar para el Bailando, en Chile, los únicos gritos y enojos que se le conocieron a Juanita fueron con ella misma, cada vez que tenía dificultades para hacer un truco o una coreografía. Así y todo, ella insistía en practicarlo hasta que lo lograba.
A Juanita le molesta que le digan que “tiene coronita” en el certamen. Y, según su entorno, se esfuerza por demostrar que si permanece en la competencia no es por “acomodo”. “Entrena durísimo. Y creo que lo demuestra en cada gala. El problema es que la afectan muchísimo los comentarios que hacen en Twitter”, explicó un amigo cercano de la actriz.
Juana es consciente del personaje que generó y de la imagen de fría y distante que tiene de ella gran parte de la sociedad. Una imagen que se originó en la mala relación que ella siempre tuvo con los medios de prensa. Hasta que bailó por primera vez en “ShowMatch” y se llevó una sorpresa: muchos televidentes la apoyaron con mensajes. “Yo pensé que me odiaba la mitad del país”, le comentó al aire a Tinelli y soltó una de las pocas sonrisas que se le conoció en televisión. “En el bailando está haciendo lo que más le gusta: bailar. No necesita pelearse con nadie y, además, pudo darse cuenta que el público la quiere”, confesó un productor de Ideas del Sur. Lo que le molesta es que algún jurado le traiga algo del pasado –como su tan criticado affaire con el candidato a jefe de Gobierno porteño, Martín Lousteau– o le recuerde sus maltratos a los periodistas.
Encarcelada en Buenos Aires. “En Chile, con la couch (Barbi Majule) y el bailarín (Gabo Uzandivaras) salían todos juntos a comer afuera, iban a andar en bicicleta y hasta más de una vez se juntaban en una plaza a tomar mate sin ningún tipo de problema. Incluso, Juana le organizó a Gabo la fiesta de cumpleaños. Pero desde que llegó a Buenos Aires, ella cambió”, confesó un allegado. La actriz se siente libre en el país vecino y