Trump ataca otra vez
Propuestas xenófobas y arrepentimiento leve. Críticas de la Casa Blanca y empresarios. Escalada en las encuestas a Presidente.
Voy
a construir un gran muro en la frontera sur y haré que México lo pague”. Esa fue la propuesta más concreta y aplaudida del discurso que el excéntrico magnate inmobiliario, Donald Trump, dio el pasado junio para oficializar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos por el partido Republicano.
Fueron 45 minutos de retórica nacionalista y combativa frente al avance inmigratorio del país vecino, al que acusó de mandar violadores y criminales en forma deliberada. “Estados Unidos se ha convertido en el basurero de los problemas de todos los demás. Tenemos una situación que está fuera de control”, vociferaba Trump desde el atril montado en una de sus torres del centro de Manhattan.
Por las dudas, también aclaró que respeta mucho a México como país y que ama a los mexicanos, con quienes tiene una “excelente relación”, en especial con los que trabajan para la construcción de su nuevo edificio. Incongruencias al margen, eso no frenó la sugerencia de que el gobierno lindero pague 100.000 dólares por cada indocumentado que ingrese a Norteamérica.
POR QUÉ. “Soy un hombre rico, muy rico. No necesito donaciones”, dejó asentado el empresario, que ostenta una fortuna de 9.000 millones de dólares –aunque la revista Forbes asegura que el número real es menos de la mitad–.
Queda claro que el motor que mueve a Trump no es el económico. De hecho, desde sus polémicas declaraciones, el magnate ha destrozado la relación contractual que tenía con varias empresas, que le causaron pérdidas millonarias. Él sabía las repercusiones que podían generar esos comentarios porque conoce a los medios como a la palma de su mano.