Psicología de Estado
Nunca se la había visto a Cristina Kirchner tan preocupada por la psicología del poder. De hecho, durante su mandato, cada vez que NOTICIAS informaba sobre su bipolaridad, su psiquiatra y la medicación específica que le recetaron, ella y todo el aparato propagandístico K estallaban de indignación, argumentando que ese aspecto de la salud presidencial no era en absoluto tema de Estado, y por lo tanto de interés público. Pero los tiempos cambiaron, y ahora el kirchnerismo cultural es oposición, y lo que antes era información destituyente, ahora es relevante y amparada por el derecho a la libertad de expresión.
Así es como la propia ex presidenta, y algunos de sus simpatizantes orgánicos, se meten sin culpa con la salud física y mental de Mauricio Macri. Por ejemplo, tras los polémicos dichos del Presidente sobre la “angustia” de los próceres de la Independencia, Cristina ensayó una interpretación psicologista, esa que antes despreciaba. Interpretó a Macri como: “alguien que se psicoanaliza desde hace mucho tiempo en forma permanente y que por ahí fue alguien criado por una familia muy pudiente y por un padre muy dominante”. De paso, aunque la ex presidenta aseguró que nunca se psicoanalizó, arriesgó que, en el caso del Presidente, sus dichos no debían ser valorados desde una perspectiva histórica. “La angustia para mí tiene una referencia más a un estado de ánimo personal que a una interpretación política, histórica”, dijo.
Ese cambio de postura frente a la información sobre la psiquis presidencial del kirchnerismo, con su jefa a la cabeza, contrasta con la coherencia de NOTICIAS frente al tema, que no está motivado por una antipatía o simpatía personal, sino por la convicción periodística de que la mente presidencial (hoy Macri, ayer Cristina, y antes todos) nos incumbe a todos.