La hija pródiga
Marianela Núñez y sus invitados: Karina Olmedo y Edgardo Trabalón (Teatro Colón), Julieta Paul y Bautista Parada (Teatro Arg. De La Plata), Cecilia Figaredo y Rodrigo Colomba, y otros artistas. En el Teatro Coliseo, el sábado 23 de julio.
Decirque Marianela Núñez es una de las grandes estrellas de la danza actual ya no es novedoso. Primera figura del Royal Ballet de Londres, la bailarina cada año regresa a la Argentina para ofrecer galas con artistas locales, en un reencuentro que genera un verdadero clima de festejo.
Su técnica sin fisuras, cuya perfecta incorporación le permite encarar plenamente el aspecto dramático, hace que su interpretación del pas de deux de “Don Quijote” se convierta en un verdadero homenaje al ballet académico. Pero es sin duda en “El lago de los cisnes” donde Marianela alcanza la plenitud. Desplegando interminables port de bras, y mostrando un genuino placer en la elaboración de cada movimiento, todo su cuerpo destila poesía, y entonces uno puede olvidarse de la deficiente grabación que la acompaña (desafinación del chelo, toses y ruido de pasos incluidos), para deleitarse con este momento inigualable de la velada. La acompañó Alejandro Parente, solvente partenaire, y aplomado artista.
Karina Olmedo y Edgardo Trabalón ofrecieron una inolvidable actuación en “La fille mal gardée”, llena de frescura y simpatía; y luego encararon el dúo de “Carmen” con sensualidad y expresividad. El segmento tanguero reveló a la pareja de Paola JeanJean y Nicolás Cobos como verdaderos virtuosos del dos por cuatro. “Sheherezade”, en la versión de Leonardo Reale, aportó la cuota de exotismo en las figuras de Yanina Toneatto y Matías Iaconianni, mientras que el dúo de “Coppelius el mago” (estupendo ballet de Marcia Haydée, estrenado en 2011 en el Argentino de La Plata) fue bailado con lirismo por Julieta Paul y Bautista Parada. Un impactante solo de Gerardo Marturano (del Ballet Contemporáneo del San Martín) arrancó ovaciones, y en el cierre todos los artistas fueron aplaudidos de pie al compás del vals de “Eugenio Oneguin” de Tchaikovski.
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