El placer del inventario
“Las aflicciones”, de VikramParalkaar. La bestia equilátera, 150 págs. $ 195.
Lacontratapa menciona la inspiración de este curioso tratado: “Las ciudades invisibles”, de Italo Calvino. En realidad la configuración de un catálogo o inventario de un tema determinado podría alcanzar más allá de Borges y Robert Burton (también citados) y traer reminiscencias de tramos de la obra del francés Georges Perec o el Cortázar de las “Historias de cronopios y de famas”.
Aquí la apuesta es más ceñida: se trata de las enfermedades extrañas, carambólicas de una Enciclopedia encerrada en una biblioteca a la que asiste un nuevo bibliotecario, guiado por otro, experto, conocedor. De acuerdo con ese esquema, la temática también es menos amplia: incluye a menudo la muerte, el dolor, o diversas formas de enfermedad ya conocida. Por ejemplo, más de una forma de sordera. O más de un diagnóstico de amnesia, incluyendo la amnesia inversa, donde quienes olvidan (hasta borrarlo) son los conocidos y parientes del afectado.
Si se tratara sólo de las enfermedades, eso haría que el libro, aún breve, fuera un poco maníaco en el tono. Pero el diálogo (en realidad monólogo) del guía con el neófito está dividido en ocho capítulos que, sembrados en el total, pautan un ritmo, y dan una idea más precisa de la extraña biblioteca donde la enorme “Enciclopaedia Medicinae” está depositada com 327 volúmenes, cada uno con su propia estantería y su mesa de lectura. Aunque podría llegar, en otra edición, a los 1.500.
Médico él mismo, el autor nació en Bombay (India) y por suerte se vio beneficiado por un uso del lenguaje eficaz a veces, y si no evocador, para tratar la gran cantidad de afecciones: Enfermedad del libertino, Linguafracta, Parálisis estacional, Virginitasaeterna (que devuelve la integridad de un himen roto, continuamente), Glosolaliacryptica.
Uno recetaría la lectura no completa, hasta salteada, para evitar el efecto acumulativo de tanta falta de salud. Un problema es que no se incluya un índice, que la propia naturaleza del libro parece pedir a gritos. Como las subidas y bajadas del mundo del libro son tan demenciales como las de la política, no se descuenta que se agote, y en la nueva edición sea agregado.