“Los políticos hablan muy poco de cultura”
Consagrado guionista y director de cine, teatro y ópera, habla de educación, política y amor. Anécdotas con Beckett y Antonioni.
AOscar Barney Finn le da terror que lo tilden de exquisito. Teme que eso tenga una connotación negativa. Sin embargo, es un hombre exquisito en el mejor sentido. Sensible, culto, amable y sobrio. Alguien que se dejó seducir por la cultura e hizo de ese mundo su razón de ser.
Su departamento de Recoleta es su fiel reflejo. Cantidad de libros, cuadros y fotos con personajes notables (Sophia Loren, Jacqueline Bisset, Pilar Miró, China Zorrilla, Delia Garcés, Julia von Grolman, Manuel Mujica Láinez, entre otros).
Barney lleva cincuenta años de profesión. Es guionista y director de cine, teatro, televisión y ópera. Participó en diferentes instituciones y se dedicó a la docencia. Vivió cuatro años en París, donde estudió cine, becado por el gobierno francés; y fue becado también por el gobierno estadounidense. En su larga trayectoria vio, aprendió, vivió y anduvo mucho. “Sólo me faltó pintar y tocar el piano”, confiesa.
NOTICIAS: ¿Qué significa para usted haber cumplido cincuenta años de profesión?
Oscar Barney Finn: Me obliga a detenerme y mirar para atrás, que, en general, no hago. Siempre tengo proyectos y voy para adelante. El camino fue largo. Comencé casi adolescente en el cineclub con mis amigos y eso funcionó varios años. Después, estuve en Europa, volví y abordé el cine con mucha intensidad, el teatro, la televisión, la ópera. Además, enseñé muchos años, creé la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la UBA, estuve en el Fondo Nacional de las Artes, en la dirección del Festival de Cine de Mar del Plata,