PARA LOS DETRACTORES
A“cuento de nada se ponen a bailar y cantar, no puedo ver comedias musicales, la gente no es así, la gente no se pone a cantar y bailar por nada”, dicen los detractores de las comedias musicales. Es la misma gente que ve películas en 2D a pesar de saber muy bien que la realidad suele tener más dimensiones. Que ve en televisión personas de no más de 30 cms., aún sabiendo muy bien que en general, los humanos medimos un poco más. Gente que va al teatro a ver cómo unos señores en general porteños de 2017, hacen o bien de norteamericanos, o bien de franceses, o bien de españoles. Y de cualquier edad. Y que se paran a un metro y medio de altura a repetir cada noche que están enamorados o que irán a morirse, o a morirse, sin que nada de eso sea verdad, sin que nada de eso les impida después pegarse un baño y volver a su casa.
Lo que ocurre en el teatro es una representación de la realidad, como en el cine y en la tele. No es la realidad. Esa es la gracia. Por eso es tan extemporánea la queja “en las comedias musicales bailan y cantan a cuento de nada”. Claro, porque esa representación tiene unas cuántas vueltas más que un diálogo tomando mates en la tira costumbrista de la noche. Esas vueltas de más, esa gente que baila y que canta, esas metáforas luminosas hacen que la representación sea más interesante, no menos. Más lejos de lo real, más cerca de la verdad. Eso es el arte. Personas dejadas por su novios/as hay millones. Nico se fue una sola vez. Por todos esos millones. Lo verdadero es cantar y bailar. Lo demás es simple realidad. *AUTOR DE “YIYA EL MUSICAL” Y “Y UN DÍA NICO SE FUE”, QUE SE PRESENTA EN EL GALPÓN DE GUEVARA.