Mar, deportes y hospitalidad
Vacaciones activas con todo resuelto. Las claves del estilo Club Med a través del tiempo.
Por
transitada que pueda parecer la fórmula de arenas blancas, aguas turquesas y cálidas bordeadas de palmeras siempre será, para quienes vivimos cerca de los mares fríos de Sudamérica, la mejor postal del paraíso.
Y a esa imagen responde con precisión Punta Cana, el cabo situado al este de la República Dominicana en cuyas orillas se despliegan resorts y hoteles repletos de turistas provenientes de todo el mundo. Su famosa “Costa del Coco” una extensión de más de 30 kilómetros de playa que comienza muy cerca del aeropuerto internacional, invita a iniciarse en las bondades del Caribe. Con su hospitalidad hablada en español, este pequeño país isleño es –junto con Cubadestino favorito de los argentinos en busca de un escape caribeño.
Familias, parejas y viajeros solitarios encuentran en el Club Med de Punta Cana su espacio de disfrute sin interferencias. De hecho, si bien la cadena está identificada da con las vacaciones familiares, es, desarrolló áreas específiicas para que cada quien disfrute a su manera. Eso sí, de forma activa, con una profusa oferta de deportes y diversión. Como lo fue desde sus orígenes.
Club Mediterranée, como se lo llamó en los pririmeros tiempos, nació de e la iniciativa del belga Gerard rd Blitz Blitz, cuando en 1949 le propuso a un grupo de amigos alejarse de todo con el único objetivo de pasarla bien al aire libre, rodeados de naturaleza y pre- parándose ellos mismos la comida. Resultó tan agradable aquel encuentro en Córcega, que al año siguiente quisieron repetir la experiencia, pero convocaron a más personas mediante un anuncio. Tuvieron tal éxito que Blitz decidió asociarse con el proveedor de las carpas, Gilbert Trigano, quien con una visión más comercial decidió convertir esta iniciativa en la empresa que hoy es Club Med. El primer refugio vacacional para gente intrépida fue fundado en 1950 en Alccudia, una pequeña isla desierta en las Baleares. La propuesta era de turismo de aventura para jóvenes solteros, a quienes no importaba acampar o dormir en rústicas cabañas sin servicios regulares con tal de conocer lugares nuevos.
Los casi setenta años que pasaron desde entonces, alcanzaron para hacer evolucionar el concepto “all inclusiv inclusive”. Hoy son unas 80 propi propiedades en 32 países, en l las que ya nadie debe pe pensar qué comer cada d día, sino apenas optar por alguno de sus varios restaurantes de alta coc cina. Pero sigue intacto a aquel espíritu del buen vi vivir en entornos maravillo llosos, acompañados por los G.O. –el inicial rol de “genti “gentil organisateur”- anfitriones todo to terreno que sin invadir a los huéspedes se aseguran de que se sientan como en casa. Ellos te invitarán a jugar, compartirán un trago y harán que la fórmula de relax,