Benito Fernández:
Cumplió 30 años con la moda. Perfumes, zapatillas y reality shows se suman a sus proyectos. Rockstar fashionista y amor a la vista.
cumplió 30 años con la moda. Perfumes, zapatillas y reality shows se suman a sus proyectos. Rockstar fashionista y amor a la vista.
Ya no hay más maison estilo francés plagada de mármoles, candelabros y alfombras. Ahora todo es blanco, acero y una terraza en el Palacio Bellini, cuyo nombre es el único resabio de solemnidad que queda en el nuevo mundo de Benito Fernández. Su paraíso donde conviven José Antonio, su perro/personaje, sus hijos Lucas y Marina, sus asistentes, la chica que limpia, el perro de un amigo, su nuevo amor y sus prendas vintage. Todos juntos, pero no revueltos. El ciático lo está matando, pero conserva la sonrisa y posa para las fotos con buen humor. Mañana hay mudanza, pasado viaje y al otro día una charla de moda. A lo largo de tres décadas se forjó una armadura colorida y a prueba de balas contra los prejuicios sobre sus creaciones, elecciones y sexualidad. Un largo camino para mostrar, en su madurez, al Benito más puro y lúdico.
NOTICIAS: Cumplió 30 años con su marca, ¿en qué momento lo encuentra?
Benito Fernández: Festejé los diez con un desfile con Iván de Pineda re chiquitito, los veinte con Valeria Mazza, con los treinta es diferente mi mirada y cómo lo disfruto.
NOTICIAS: ¿Qué se dijo de lo que había pasado?
Fernández: En estos últimos años hice un cambio grande. Empecé con el prêtà-porter, los perfumes, toallas, cuadernos. Me metí en la tele, tuve un reality con Discovery (“Vestido de novia”). Amplié el espectro y me modernicé. Hago de todo y disfruto sin la presión de lo que debo hacer. Por lejos, es mi mejor etapa. Les tenía miedo a los 50, pero es la década más linda. ¡Ahora no quiero que se acabe!
NOTICIAS: ¿Le gustó todo lo que hizo?
Fernández: Soy prueba y error. Trato de no tener prejuicios, siempre corrí riesgos. Ese fue mi hilo conductor. Pasar de hacer alta costura a remeras para un supermercado, de vestirla a Natalia Lobo para el Martín Fierro o hacer ese vestido para Tini Stoessel con un short. NOTICIAS: ¿Le afecta la crítica? Fernández: Esta es una carrera egocéntrica. Pero tuve una bisagra cuando vestí a Natalia Lobo para el Martín Fierro. La crítica fue feroz, tanto que nadie sabe quién gano el de Oro ese año, pero que Natalia Lobo fue criticada lo saben todos. Me enojé mucho y fue muy triste. ¡En unos días iba a presentar ese vestido en el Fashion Week de NY representando a la Argentina! Había trabajado un año en la colección Etnia, pero entendí que no tenía por qué gustar. Ese vestido me sacó los prejuiciosos. NOTICIAS: Dice que la TV es voraz, pero participa en ella como jurado. ¿No es contradictorio?
Fernández: Es cierto, pero esquivo la crítica porque el que hizo el traje es un colega. Me gusta la tele cuando tiene que ver con el humor o lo social. Hay que mirar qué pasa en la calle. Todo pasa por ahí. Se ve más moda y tendencia que en una pasarela en París.
NOTICIAS: Dentro de esta exaltación de lo urbano, ¿subsiste el lujo?
Fernández: El lujo existe pero quedó encapsulado. La alta costura que-
dó lejos de la gente. Hay que aggiornarla. En vez del collar de perlas preferís un viaje, un auto o un buen colegio para tus hijos. NOTICIAS: Viene de la alta costura, ¿qué hizo para adaptarse?
Fernández: Cambié el diseño para que no sea tan estructurado. Que el vestido no te sirva sólo para un casamiento, sino que lo puedas reciclar. Me reinventé, hago cosas masivas como sábanas, perfumes y trato de conectar con la gente.
NOTICIAS: ¿Sigue diseñando para Máxima? ¿Qué le gusta de su estilo?
Fernández: Tiene dos vestidos que se llevó la última vez y todavía no usó. Y ahora le estoy haciendo uno para que se lleve este verano. Es una mujer power. Repite la ropa sin complejos, se arriesga. Ella se viste con diseñadores fórmula una, pero cuando me elige es para estar joven y fresca.
NOTICIAS: Sus perfumes fueron una sorpresa.
Fernández: ¡Sobre todo el primero, que tiene cinco años! Dicen que a los tres años las fragancias tienen su tope de ventas, excepto las emblemáticas como Chanel N°5. ¡Pero Benito Fernández se vende cada vez más! Ahora tengo tres: Benito Fernández, Rey y Reina y estoy por sacar el cuarto.
NOTICIAS: La TV mostró un Benito diferente, poco tímido y muy divertido. ¿Quién es usted?
Fernández: Me sorprende que la gente piense que como caviar y salmón y tomo champagne. ¡No me gusta ninguna de las tres cosas! Soy casero y divertido. Me gusta la milanesa y la tortilla. El programa de (Jorge) Guinzburg ayudó a mostrarme.
NOTICIAS: Tiene fans, seguidores y gente que le pide fotos. ¿Le gusta sentirse celebrity?
Fernández: Es raro. Un día fui al teatro con una periodista española y pasa un camión recolector de basura y los basureros me gritaban: “Benito, saludá”. Se sorprendió porque en Europa no le pasa a ningún diseñador. Tengo diez veces más seguidores en Instagram que mi amiga Ágatha Ruíz de la Prada y no soy nadie al lado de ella.
NOTICIAS: ¿Cómo es la convivencia con los diseñadores?
Fernández: Es un ambiente complicadito. Hay mucho pavo real. Pero convivo con todos, hasta con el que me critica, porque mi madre me ensenó a ser educado. Tengo pocos amigos: Valeria Mazza, Fabián Medina Flores, Jazmín Chebar, Gabriel Lage, Martín Churba. Haber tenido hijos tan joven me sacó de ese círculo vicioso de estar con gente del medio todo el tiempo. Me da lástima que por
tanto ego y tanto vedetismo de los diseñadores no nos podamos unir para armar un imperio argentino de la moda.
NOTICIAS: ¿La situación económica complica a la industria?
Fernández: Nosotros somos los complicados, somos prejuiciosos. Siempre tuve que lidiar con los prejuicios, en mi trabajo cuando me hice masivo, y en lo personal con mi sexualidad. Era disléxico de chico. ¿Sabés lo que fue mi infancia? La mirada de la sociedad era como que nunca iba a hacer nada bien. Por eso soy padrino de Asdra (Asociación para chicos con síndrome de Down).
NOTICIAS: En precios, la industria textil argentina está competitivamente complicada. ¿Qué se puede hacer?
Fernández: Estamos complicados con los precios pero tenemos un valor agregado, el diseño. No es fácil encontrar marcas como Jazmín Chebar y Rapsodia, que son tan aggiornadas y frescas. Hace 20 años hice un desfile en Colombia y el presidente (Andrés) Pastrana estaba en primera fila con un esmoquin y éramos tapa de los diarios. Porque allá lo toman en serio. Acá nos quedamos con el chiquitaje, no tenemos visión.
NOTICIAS: ¿La mujer argentina se viste mejor o peor?
Fernández: A la argentina le cuestan los cambios de la morfología de su cuerpo. Amo diseñar para ella porque es muy cuidada. Me piden que las apriete, pero esa es una batalla perdida.
NOTICIAS: ¿Nunca se animó a la moda masculina?
Fernández: Me animo a todo, pero no tengo tiempo, es un pendiente.
NOTICIAS: Hablando de hombres, ¿afectivamente cómo está?
Fernández: Súper enamorado. Hace seis meses que salgo con Zeus… ¡qué nombre power! Es uruguayo, sociólogo y video DJ. Venía de estar cinco años solo, pero me gusta estar en pareja.
Tuve una bisagra cuando vestí a Natalia Lobo para el Martín Fierro. La crítica fue feroz. Ahí entendí que no tenía por qué gustar. Ese vestido me sacó los prejuicios.