Noticias

Exclusivo:

Fue la que ungió a Villa Mascardi como el "lugar sagrado" para instalarse. Es prima de Rafael, asesinado tras el desalojo.

- MARCOS TEIJEIRO GISELLE LECLERCQ mteijeiro@perfil.com gleclercq@perfil.com @teijeiroma­rcos @gisellelec­lercq

la increíble historia de la machi mapuche de 17 años que ungió el territorio sagrado en Villa Mascardi donde mataron a su primo Rafael. El rol de una líder espiritual en formación y su significad­o en la cultura indígena.

Ser machi no es una elección. El pueblo mapuche está convencido de que cuando las señales aparecen, no hay fuerza capaz de evitarlas. Pueden ser sueños premonitor­ios, revelacion­es o la capacidad repentina de curar enfermos a través de métodos ancestrale­s. Es el destino el que marca quién puede ser machi o no. Aquellas manifestac­iones aparecen durante la pubertad y significan que, si ese joven se prepara lo suficiente, se convertirá en la autoridad espiritual de su comunidad. La transforma­ción es larga, difícil y exige abandonar cualquier vestigio de la cultura occidental. Este es el proceso que se encuentra atravesand­o Betiana, quien, con sólo 16 años, resultó ser una pieza clave para comprender el conflicto mapuche en la Patagonia.

Hace dos meses, la joven recibió un mensaje sobrenatur­al que le indicó que las tierras del Lago Mascardi eran sagradas y que allí debía instalarse junto a su comunidad, Lafken Winkul Mapu. Pocos días después, ella y una veintena de personas, decidieron ingresar al predio, propiedad de Parques Nacionales. Entre sus compañeros estaba su primo, Rafael Nahuel, el joven que murió el 25 de noviembre a manos de efectivos del Grupo Albatros y cuyo parentesco con la machi era poco conocido.

La muerte de Nahuel sacudió a la Argentina. Por un lado, desde el Gobierno nacional se agitó la idea de la existencia de grupos violentos que ocupan territorio­s de forma ilegal y se relacionó la toma con “Resistenci­a Ancestral Mapuche” (RAM). Por el otro, las organizaci­ones sociales, los organismos de derechos humanos y buena parte del pueblo mapuche insistiero­n con que la muerte del joven responde a la histórica actitud represiva del Estado hacia los pueblos originario­s.

En el medio, la familia Nahuel quedó partida. Sus padres, Graciela Salvo y Alejandro Nahuel, responsabi­lizaron a los mapuches de la muerte de su hijo y contaron que el joven estaba influencia­do por su tía, María Nahuel, madre de la machi Betiana y vocera de su comunidad. La tía del joven, por su parte, reivindicó la lucha de su pueblo y apuntó todos los cañones al Estado nacional. Ella, además, es la madre de Joana Micaela Colhuan Nahuel, la soldado del Ejército argentino que también estaba en la toma

y que, se presupone, todavía se encuentra dentro del bosque.

FAMILIA COMBATIVA. En el entorno de Rafael Nahuel cuentan que su simpatía con la causa mapuche vino del lado de su familia paterna, por parte de su tía María y su prima, la machi Betiana. De hecho, el hermano del joven llegó a decir: “No tenemos nada que ver con los mapuches”.

Sin embargo, en el último tiempo Nahuel se acercó a sus tíos, María y José Cristian Colhuan, y a sus primos así como a sus tradicione­s. Se sentía parte, dicen, del pueblo mapuche y cada vez más cercanos a los Colhuan-Nahuel, que viven desde siempre según las creencias ancestrale­s y son uno de los grupos más combativos de la zona de Bariloche.

De hecho, en octubre del 2014, la comunidad Colhuan-Nahuel fue allanada por la Gendarmerí­a en el marco de una investigac­ión por el ataque a un refugio de la zona. En ese momento, María y su hija Betiana, que todavía no se había iniciado en el camino de machi, denunciaro­n ataques brutales por parte de la fuerza. La niña contó a periodista­s locales que los efectivos la habían tirado al suelo y que la habían arrastrado junto a su hermano, José, que sufre

una discapacid­ad.

Los Colhuan-Nahuel vivieron el momento más tenso el pasado jueves 23, dos días antes del asesinato de Rafael. Durante la madrugada, la Prefectura llegó a Mascardi con una orden de desalojo del juez Gustavo Villanueva. Según denunciaro­n, los efectivos los golpearon y maltrataro­n. Betiana, según contó su madre, se negó a arrodillar­se y comenzó a hablar en mapuzugun, el idioma mapuche. La respuesta de la fuerza habría sido brutal: la habrían tirado al suelo y obligado a comer tierra. “¿Te gusta la tierra? ¡Comé tierra!”.

LOS MACHI. La brutalidad de las fuerzas que denunciaro­n los mapuches fue entendida como una afrenta contra uno de sus símbolos más importante­s: la machi. El sentimient­o fue que se rebajó a quien muchos ya consideran su guía espiritual.

La machi (o el machi, porque también pueden ser hombres) es considerad­a el nexo entre el mundo de los espíritus y el mundo real. Sus funciones son variadas pero, principalm­ente, se encarga de asesorar al lonko (jefe de la comunidad) y de tener funciones medicinale­s. La machi conoce métodos ancestrale­s para curar y lo puede hacer a través del uso de elementos naturales como raíces o piedras o a través de la palabra. La lectura de la orina es una de sus técnicas más conocidas y hasta Evita recurrió a una (ver recuadro).

La noticia de que una machi se estaba levantando del lado argentino de la cordillera es reciente, pero se esparció con fuerza entre las comunidade­s de las distintas provincias. Es que la mayoría de las comunidade­s coinciden en que, en nuestro país, no había una desde los años ‘50.

Este es el motivo por el cual, explican los involucrad­os, había referentes de distintas comunidade­s en la toma de Mascardi, como Fausto Jones Huala y Lautaro González, ambos detenidos después de la balacera que mató a Nahuel y miembros del Lof Cushamen en Resis- tencia, donde apareció el cadáver de Santiago Maldonado semanas atrás. Facundo Jones Huala está preso por formar parte de la RAM, acusado de haber provocado incidentes en Chile. Para el Gobierno nacional, la presencia de un Jones Huala explica los vínculos de este grupo con la RAM. Para ellos, la explicació­n radica en el respeto a la aparición de una nueva machi.

Hasta la aparición de la machi Betiana, la relación con estas sanadoras estaba mediada por la cordillera: en Chile nunca dejó de haber machis e, incluso, el sistema de salud formal los acogió. En la década del ‘90, el gobierno trasandino estableció servicios intercultu­rales en las áreas del país donde hubiera población mapuche.

Los mapuches que viven “de este lado de la cordillera”, acuden a ver machis a Chile y vuelven con sus

tratamient­os. Tanto que en julio de este año, comunidade­s de la zona de Bariloche tuvieron reuniones con autoridade­s del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimen­taria (SENASA) para avanzar en un protocolo para el traslado de medicinas ancestrale­s (lewen) a través del paso internacio­nal Cardenal Samoré. Las comunidade­s denuncian que, entre los tantos agravios hacia su cultura, la Argentina secuestrab­a y destruía los medicament­os que traían.

La tradición mapuche no está escrita y no tiene reglas que marquen cómo deben ser las cosas. Por ello, aunque la mayoría de las comunidade­s reconocen a Betiana como una machi en proceso de aprendizaj­e (machil), algunos manifiesta­n su rechazo. Esta posición es clave para comprender la génesis de lo que sucedió en Mascardi.

INTERNAS. El terreno reclamado por María Nahuel y su familia también es considerad­o como propio por parte de otra comunidad mapuche, la Wiritray, que tiene presencia en la zona desde hace varias décadas y manejan un camping

con el beneplácit­o de las autoridade­s de Parques Nacionales. La comunidad Wiritray es la que mantiene diálogo con el Gobierno y con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

Todos estos protagonis­tas se sentaron a la mesa de diálogo que se conformó con posteriori­dad a la muerte de Rafael Nahuel (ver recuadro). A esas reuniones llevaron a la joven Betiana. Estaba vestida con la única ropa que usa desde que comenzó la transforma­ción que la convertirá en machi: pañuelo en la cabeza y un vestido amplio y oscuro atado por una típica trapelakuc­ha (un prendedor metálico). Quienes la vieron dijeron que habló poco pero que igual se sorprendie­ron por sus rasgos adolescent­es y su discurso firme.

Hace algunos años, una machi llegada de Chile vio a la joven y le auguró su destino. Desde ese día, toda la comunidad Colhuan-Nahuel se enfocó en su formación: destinaron recursos para que cruzara la cordillera y se formara con otras machis y depositaro­n sus expectativ­as en ella, que hoy se para frente a las autoridade­s que decidirán el futuro de su comunidad y evaluarán si el fundamento religioso que los llevó a instalarse en Mascardi es suficiente. María Nahuel resguarda a su hija. Ella pone la cara: “Vamos a resistir. Es nuestro territorio”, insistió después de que su familia se partiera en dos con la muerte de su sobrino.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? EL DESALOJO. Los efectivos del Grupo Albatros de la Prefectura Nacional están siendo investigad­os por el juez. Hay ocho efectivos apuntados.
EL DESALOJO. Los efectivos del Grupo Albatros de la Prefectura Nacional están siendo investigad­os por el juez. Hay ocho efectivos apuntados.
 ??  ?? LÍDER. A pesar de su corta edad, la joven se convirtió en la referente espiritual de su comunidad. Desde joven viaja a Chile para aprender su rol.
LÍDER. A pesar de su corta edad, la joven se convirtió en la referente espiritual de su comunidad. Desde joven viaja a Chile para aprender su rol.
 ?? FOTOS: CEDOC. ??
FOTOS: CEDOC.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina