LA MODA CONSCIENTE
En la Argentina, por primera vez, un sello distingue a marcas ecológicas, que promueven el trabajo digno. ¿Sirven estas iniciativas?
La
industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo después de la del petróleo. Se calcula que una sola prenda hecha con poliéster tardará más de dos siglos en descomponerse, en tanto que aquellas hechas con rayón o viscosa (materiales fabricados a partir de la celulosa) implican 70 millones de árboles talados al año. Asimismo, la ropa hecha de algodón se consigue a partir de un altísimo consumo de plaguicidas: 24% de todos los insecticidas y 11% de todos los pesticidas del mundo se usan para este cultivo, afectando a la tierra y el agua. Cuesta pensarlo, pero detrás de esa linda remera que nos compramos hay un costo mucho más alto que el precio que pagamos por ella.
Eso mismo pensaron Vanina Chiappino y Santiago Bouquet Roldán cuando crearon Positive Label, un sello argentino que agrupa marcas de moda con prácticas sustentables y de responsabilidad social. Ella, apasionada de la moda y experta en tecnología y negocios internacionales, dejó su trabajo en Google para apostar al proyecto. Él, economista, orienta proyectos para alcanzar fines filantrópicos, y este sigue perfecto esa misión.
“Si bien en el mundo el mercado de la moda está cambiando y ya hay iniciativas de este estilo, vimos una necesidad específicamente en Argentina y América Latina”, relata Chiappino. Así, comenzaron con una investigación de la moda local, que dio como re-
Trabajar con talleres legales.
Usar fibras naturales y técnicas no contaminantes en la elaboración.
Certificar estas prácticas.