“No me creen cuando digo mi profesión”
Es la primera mujer master blender del mundo gracias a su olfato super agudo. De la química al desarrollo (extra) sensorial.
Describe
al ron como una bebida compleja e intrigante. Una definición que, por ósmosis, también le cabe a ella. Joy Spence es la primera maestra ronera del mundo y master blender de Appleton Estate, la marca jamaiquina Premium que acaba de lanzarse en Argentina. ¿Cómo llego esta señora de carcajada suelta a convertirse en artesana de un brebaje intenso que, con elementos absolutamente naturales, logra impregnar de aromas la copa incluso hasta el día siguiente de tomarlo? Empecemos por el principio. Una profesora de colegio le inculcó el amor por la química. Ella se quedaba después de clase para ayudarla a preparar el trabajo de laboratorio para los cursos superiores. Aprendió tanto que podía ayudar con sus lecciones de química a quienes estaban en cursos más avanzados. Aquella maestra estaba embarazada, debió ser internada imprevistamente y falleció. “Yo quedé devastada y decidí que, en su honor, iba a transformarme en la mejor química”.
Se graduó con honores como Licenciada en Ciencias de la Universidad de las Indias Occidentales, Jamaica, y obtuvo una Maestría en Química Analítica en la Universidad de Loughborough, Inglaterra. Hasta 1981, ni siquiera tomaba ron. Por entonces, ella era investigadora química en una conocida compañía de licor y veía que había mucho más movimiento en el edificio de al lado, donde funcionaba Appleton Estate. Decidió de- jar un CV, tuvo una entrevista y a los días le ofrecieron un puesto que crearon especialmente después de ver sus antecedentes.
NOTICIAS: ¿Pensó que su profesión la llevaría a producir bebidas espirituosas?
Joy Spence: No, absolutamente no, pensé que iba a trabajar en un laboratorio farmacéutico o como docente, cosa que también hice. La verdad es que yo ni siquiera tomaba ron.
NOTICIAS: Parece que tuvo grandes referentes: primero, aquella profesora de colegio y, luego, el master blender de Appleton Estate.
Spence: Sí, Owen Tullock fue mi segundo mentor, quien me enseñó todo lo que yo sé de blending. Trabajamos juntos 17 años, antes de que me nombraran master blender en 1997.
Su madre le puso Joy aludiendo a que el propio significado de ese nombre –alegría- es lo que ella llevó a su familia.“Fui criada por mis padres adoptivos. Mi madre biológica era amiga de ellos pero no estaba en posición de poder cuidarme”. Aun así, su madre biológica convivió con ella y su familia adoptiva durante cinco años. Joy también conoce a sus hermanas de sangre. “Sé que es un proceso de adopción raro, pero es muy interesante la historia. Suelen preguntarme si siento odio por mi madre biológica y digo que no, que tomó una decisión muy sabia porque me dio a alguien que me iba a poder criar mejor”.
NOTICIAS: Y usted aprovechó la posibilidad y fue abriéndose camino exitosamente. Spence: Sí, mis padres creían que la única forma por la que uno puede tener éxito es por medio de la educación. Yo creo que hay como una pequeña estrella que Dios me puso y que me guía porque siempre me pasaron cosas fantásticas (se sonríe), y sigo obteniendo premios y premios (se ríe).
Habla de una pequeña estrella. Más adelante, se animará a develar una conexión más profunda con el universo. Spence vive con su marido, ya jubilado, en una casa en la base de una sierra de Kingston, rodeada de árboles frutales y orquídeas, que ella misma produce. Tiene una hija de 34 años y un hijo de