Adictos a la pantalla
Nuevos estudios muestran que los smartphones pueden modificar la química del cerebro. Depresión, abstinencia y déficit de atención.
El
sentimiento es muy común. Cuando el teléfono celular queda fuera de la vista, la ansiedad se apodera de muchos usuarios de smartphones. Una sensación de “algo que falta” que se calma apenas el aparato vuelve a las manos. Si eso es algo que le ocurre a quien lee este artículo, considérelo como una señal amarilla.
De acuerdo con una investigación hecha en la Universidad de Seúl, en Corea del Sur, y dado a conocer hace pocos días, la dependencia de los smartphones ya puede ser clasificada como una adicción.
¿Por qué? Porque, dicen los investigadores, el uso excesivo de los dispositivos produce alteraciones químicas en el cerebro, con reacciones similares al síndrome de abstinencia y características parecidas a las causadas por la adicción a las drogas.
En el trabajo, los científicos surcoreanos usaron un tipo particular de resonancia magnética que analiza la composición química del cerebro para observar los hábitos de un grupo de adolescentes clínicamente diagnosticados como adictos al celular. Los expertos compararon luego los resultados con los obtenidos dentro de un grupo de jóvenes que usan smartphone pero que no estaban calificados como dependientes. En el estudio también se tuvo en cuenta qué tanto afectaba la tecnología àreas como el contacto con familiares, con la productividad y la forma de manejar las emociones.
Como resultado previsible, los adictos presentaron mayores niveles de depresión, ansiedad, insomnio e impulsividad. Pero la mayor novedad fue el descubrimiento de que la nomofobia (el término con el cual se describe la dependencia a los smartphones, dado que el tèrmino describe la fobia que produce el estar sin el teléfono móvil) afecta a la química del cerebro.
Los jóvenes dependientes presentaron oscilaciones en la cantidad de ácidos gama-aminobutírico, glutamato y glutamina, todos ligados a dos neurotransmisores responsables del funcionamiento de la actividad cerebral. Cuanto mayor es la alteración en el nivel de dichas sustancias, más grave se presenta el cuadro de dependencia. Considerando que, en los países desarrollados, el 92% de los adolescentes acceden a internet todos los días, y en general por medio de teléfonos móviles, es factible tener una dimensión más completa