Estalló el verano
Apesar de la disparada del dólar, la suba de tarifas, la crecida del déficit fiscal y la toma de deuda, los argentinos -no sólo los políticos- protagonizan una temporada turística récord, ya sea en el país o el exterior. Mar del Plata acusa un 80 por ciendo de ocupación hotelera, y crecen por sobre la media tanto Bariloche como Iguazú (un 15% más que en igual período de la temporada anterior).
Y el boom de Punta del Este que pregonan los noticieros, donde los argentinos son un 20% más que el año pasado, no es un caso aislado. De Río de Janeiro a Miami, pasando por Chile (un millón de argentinos viajará en la segunda quincena de enero para ver al papa Francisco y hacer shopping) y Punta Cana, los argentinos copan la playas del continente.
La crecida del PBI, y la tenue alza en el nivel de empleo (2,1%) y el consumo (1,5%), no alcanzan para explicar la tendencia, luego de dos temporadas estivales flojas. Los macristas asegurarán que es el principio del efecto “derrame”. Otros más moderados, focalizan la suba del consumo en rubros específicos: el 2017 fue el año para cambiar el auto (o la moto) y gastar más en las vacaciones. La explicación: los paquetes turísticos subieron entre el 10 y 15% (por debajo de la inflación), y fueron contratados entre octubre y noviembre, en cuotas fijas en pesos, antes del salto del dólar. Y la tendencia se potencia con la sobreoferta de pasajes baratos con la entrada de las low cost. De todos modos, y aunque aislado, es un celebrado despegue en el arranque del 2018.