Los Yabrán, de remate
Venden y alquilan sus casas pero el apellido baja cotizaciones. Qué busca la heredera.
El
inmobiliario está contento. Sólo en la última semana recibió a nueve interesados, y el cronista de este medio simula ser el décimo. “No existe una casa así en venta en Pinamar, estamos en la zona más cool de acá, y a un gran precio. Desde que la pusimos en el mercado tuvimos cinco contraofertas pero los dueños las rechazaron todas, era menos de lo que pedían: el argentino es así, siempre quiere ganar un poco más. Igual te lo voy a aclarar de entrada. Esta casa es de los Yabrán”. Hábil comerciante, el hombre sabe que el apellido pesa. Asusta. Pero él, y la familia del oscuro empresario que ordenó asesinar a José Luis Cabezas, están determinados: quieren desprenderse de una de las propiedades históricas del capo mafia. Y a un precio irrisorio. Yabrán se vende: ¿quién compra?
La calle Ballenas es, tal como aseguró el vendedor, uno de los mejores lugares de la ciudad costera. Aunque está a cien metros del centro, sólo hay cinco casas en la cuadra de los Yabrán y tiene la tranquilidad y el bajo perfil del cual el empresario nutría su poder hasta que fue expuesto en la tristemente célebre tapa de NOTICIAS de 1996. Todas las viviendas son de lujo, enormes, elegantes, millonarias, y, salvo dos, todas pertenecían al empresario: la que se vende, donde vivían los caseros de la familia, la histórica, “Narbay” –palíndromo del apellido-, donde dormía el empresario y sus íntimos, y una tercera, “Mirabosque”, que se alquila por la temporada y donde suele ir en febrero la cuñada del fallecido, Blanca Pérez.
EL ÉXODO. Melina Yabrán, de 40 años, es la hija de Alfredo –de quien heredó más de 500 millones de dólares- y quien comanda, junto a su marido, la venta de la casa que era de su padre. Para eso fijo un precio bajo: hace dos meses la puso en el mercado, y la remata a 200 mil dólares, aunque estaría dispuesta a desprenderse de la propiedad por cinco o diez mil dólares menos. Como en las películas de gángsters, sólo aceptan efectivo. “Son muy exigentes con la parte legal, les ha ido tan mal y han tenido tan malas experiencias que ahora quieren hacer las cosas bien”, dice un conocido de la familia.
La casa tiene 45 años, cinco dormitorios, tres baños, gas natural, garaje para un auto, living amplio y living comedor, más un cuarto de servicio totalmente equipado –con baño y cocina propias-. A pesar de que es imponente –el terreno es de 700 metros cuadrados-, le hacen falta algunas reformas. “Está en la avenida Alvear de Pinamar”, defiende el inmobiliario. Encima, a fines del año pasado el Consejo local aprobó el cambio de tipo del área, que pasó de figurar como “zona residencial” a un “lote multifamiliar de baja densidad”, lo que en principio imposibilita que en el futuro se construyan grandes edificios en la calle. No sólo eso: el 19 de diciembre del año anterior la municipalidad estrenó la calle nueva, totalmente asfaltada. Según cuentan en la intendencia de Martín Yeza, la pavimentación de esa calle y sus