Restaurantes: Aldo’s Restoran y Vinoteca. Una gran terraza, una propuesta gastronómica simplificada y el vino siempre en un lugar de privilegio.
Aldo’s Restoran y Vinoteca. Arévalo 2032. 4773-3739. Mar. a jue. de 12 a 24. Vier. y sáb. de 12 a 01. Domingo de 12 a 24. Tarjetas. Menú mediodía: $ 350 / $ 370. Precio promedio a la carta: $ 600.
Mientras el Aldo’s de San Telmo se sigue consolidando como clásico gourmet, van surgiendo nuevas vertientes de esta marca que parece no fallar nunca. Le siguió el sofisticado bar de vinos de Microcentro y, después de muchos meses de espera, el Aldo's palermitano. En este nuevo emprendimiento, el sommelier Aldo Graziani demuestra que su instinto sigue tan afilado como siempre: una gran terraza para mirar y ser visto, una propuesta gastronómica simplificada y el vino siempre en un lugar de privilegio. Así lo pide Palermo.
Su aliado en la cocina, el chef Maximiliano Matsumoto, sostiene su refinamiento y sutileza en el manejo de los sabores. La carta ofrece una amplia variedad de entradas, o llamémoslas platos pequeños, ideales para pedir varios en estos tórridos días de verano. Nuestra elección, Chardonnay frío mediante, fue todo un éxito: gazpacho de tomates verdes con granita de yo- gur y moras frescas; cóctel de camarones como el de antaño, con una salsa golf muy suave, palta, lechuga capuchina y un toque de huevas de salmón; hummus de arvejas con menta, queso feta y el perfecto contrapunto de unas finas rodajas de salchicha parrillera; y mollejas con puré de hongos (portobellos, champiñones y pino), en magistral combinación.
Entre los platos fuertes hay varios cortes de carne y pesca del día, como la pesca blanca a la sal, para combinar con guarniciones como las remolachas ahumadas, los tomates reliquia (verdes, amarillos y rojos) o los hinojos confit, entre otras. También hay una corta selección de pastas (ravioles de mascarpone con manteca negra, albahaca y alcaparras), arroces y la tradicional milanesa de cerdo, un clásico de Aldo's. De postre, imperdible el canolli de ricota con helado de amaretto.
Puesto que el vino es el gran protagonista, no falta el complemento básico para probarlo: las tablas de quesos y charcuterie artesanal (mortadela con pistachos, breasola de búfala, salame de Tandil, entre otros). Todo el interior, da a lo que será la pileta del Live Hotel, cuya dilatada inauguración promete ser en junio.