REUNIÓN VIDAL CON OBISPOS
María Eugenia Vidal, a diferencia de Mauricio Macri, considera a la Iglesia como uno de los factores sociopolíticos a tener en cuenta. Por eso, los primeros días de abril, recibió en La Plata a la mayoría de los obispos bonaerenses.
En esa reunión secreta, que todos se cuidaron de que no trascendiera, los religiosos le llevaron la preocupación por la realidad económica de cada uno de sus distritos. “Se habló del problema de las drogas, de los lugares y fábricas que cerraron, de los problemas sociales. También se trató el tema del aborto”, cuenta uno de los veinte prelados de Buenos Aires.
Al parecer, la recepción de la gobernadora fue buena: reiteró su apoyo “a la vida”, y, aunque aceptó que la Provincia no pasaba su mejor momento, “necesitaba de la ayuda” de los obispos para fomentar la colaboración “de la gente”. En esa reunión se empezaron a despedir dos destacados obispos: el de San Martín, Guillermo Rodríguez Melgarejo y el polémico Monseñor Héctor Aguer, de La Plata. Ambos llegan a la edad límite de 75 años: ahora dependerá del Papa aceptar o no su renuncia.