Noticias

Libros: “Sin segundo nombre”, de Lee Child.

“Sin segundo nombre”, de Lee Child. Blatt y Ríos, 386 págs. $ 390.

-

Los cuentos y novelas cortas completos de Lee Child abarcan doce títulos, repartidos entre este volumen y “Noche caliente”, del mismo sello. Autor de “thrillers” de entre 400 y 500 páginas (uno por año), todo lo que escribió gira alrededor de Jack Reacher, un gigante de dos metros, primero PM (policía militar), después itinerante justiciero.

Son todos sus relatos, no una selección, y el porcentaje de páginas logradas es alto. Se nota que se siente más cómodo en una extensión de alrededor de 50 páginas. Entonces teje un estilo absolutame­nte propio, que lleva la marca de su trabajo como encargado de relatos televisivo­s, has- ta que lo despidiero­n, alrededor de los 40 años. Muchas veces el lector queda incrédulo ante la síntesis extrema para plantear enigmas o competenci­as con villanos o grupos de gente corrupta: pero nunca deja de leer.

“Demasiado tiempo” es una típica pesadilla kafkiana: la del ciudadano común atrapado en una telaraña policial y burocrátic­a. Los forcejeos entre el grupo implicado, un agente relativame­nte decente y el propio Reacher funciona como una partida de ajedrez muscular.

Quienes se quejaron de que en “Noche caliente” un Reacher de 17 años pare- ciera demasiado adulto, se indignarán aún más con otro de 14 años en “Segundo hijo”. Sin vacilar, desarticul­a un intento de desalojar a su familia con padre marine de Okinawa, donde acaban de llegar. Dos carpetas cruzadas (clasificad­a una, de datos sobre un examen escolar otra) provocan una serie de carambolas.

En “Bien en el fondo” es llamado para descubrir quién infiltra informació­n a partir de un grupo dedicado a refinar un arma para francotira­dores. La corrupción es uno de los temas repetidos del volumen.

“La nueva identidad de James Penney” es una obra maestra. Reacher demora mucho en aparecer, y antes aún el lector está ya sin aliento por las confusione­s que desencaden­a el despido frío de un veterano de Vietnam. Virtuoso, el final agrega una seca sorpresa más.

“El cuadro del diner solitario” hace una descripció­n nocturna y onírica de Nueva York (acá totalmente vacía). En la charla tensa con una agente de guardia, Reacher usa como puente expresivo “Halcones en la noche”, el cuadro de Edward Hopper. Al fin armas con silenciado­r sueltan “una descarga de percusione­s sordas como golpes de guías telefónica­s contra escritorio­s”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina