Clásica:
“Aida”, de Giuseppe Verdi. Con Latonia Moore, Riccardo Massi, Nadia Krasteva, Mark Rucker, Roberto Scandiuzzi y elenco. Dirección escénica: Aníbal Lápiz (sobre una producción de Roberto Oswald). Dirección musical: Carlos Vieu. Teatro Colón.
“Aida”, de Giuseppe Verdi. Con Latonia Moore, Riccardo Massi, Nadia Krasteva, Mark Rucker, Roberto Scandiuzzi y elenco.
Lamagnificencia de “Aida” la convierte en una ópera ideal para acompañar celebraciones. Fue la obra con la cual se inauguró el actual edificio del Teatro Colón, en 1908. Y ahora, a 110 años de aquel acontecimiento, la ópera de Verdi ambientada en Egipto fue elegida para conmemorar el aniversario del coliseo porteño.
La puesta de Roberto Oswald es ciertamente imponente. Aníbal Lápiz, su colaborador en tantas pro- ducciones, estuvo a cargo de la reposición, que implicó la realización de la escenografía en base a bocetos de Oswald. La imagen de la esfinge al fondo es omnipresente, mientras otros elementos van enmarcando los diferentes ámbitos de la acción. La fastuosidad de la escenografía y del ves- tuario no podía ser más apropiada para trasladar al espectador al Egipto de los faraones y convertirlo en testigo de las desventuras de la princesa etíope cautiva, que se debate entre el amor y el deber. Hubo escenas espectaculares y muy bellas, en particular las que involucraban despliegue de masas. Sin embargo, la fuerte tendencia al estatismo y las esquemáticas marcaciones actorales le restaron impacto dramático a la puesta.
Carlos Vieu realizó una tarea admirable como director musical y como concertador. En “Aida” se al- ternan grandes escenas corales con cuadros más íntimos a cargo de los protagonistas, que Vieu encaró con ductilidad y con los matices exactos en cada circunstancia. Gran conocedor de la obra de Verdi, logró realzar tanto la magnificencia como el lirismo, dejando espacio para el lucimiento de las voces.
Latonia Moore descolló como Aida, el papel que la consagró a nivel internacional desde su debut en el Met de Nueva York en 2012. Su voz suntuosa y cálida resulta ideal para el rol. En cada intervención, Moore desplegó un canto pleno de sutilezas y musicalidad. Tras un comienzo algo tímido, Riccardo Massi se afianzó para construir un Radamés de buenos recursos vocales y de sólido dominio técnico. Algo menos convincentes fueron las actuaciones de Nadia Krasteva (Amneris) y Mark Rucker (Amonasro), mientras que Roberto Scandiuzzi le aportó particular relieve a su Ramfis.
El Coro Estable, dirigido por Miguel Martínez, fue, sin dudas, uno de los grandes protagonistas. Sonó imponente, equilibrado y soberbio en la escena triunfal.