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Javier Carballo:

Rapea en el subte para concientiz­ar contra la explotació­n infantil. Su historia tortuosa y cómo transformó la bronca en motor.

- VALERIA GARCÍA TESTA @valgarciat­esta

rapea en el subte para concientiz­ar contra la explotació­n infantil. Su historia tortuosa y cómo transformó la bronca en motor.

Faltaba

confirmar el lugar del encuentro pero, a último momento, no atendía el teléfono. Era raro porque Javier Carballo, el rapero que recorre la línea D del subte porteño y denuncia la explotació­n de miles de niños, sabía la intención de contar su labor en consonanci­a con el 12 de junio, día mundial contra el trabajo infantil. Poco antes del horario acordado, envió un mensaje desde un número desconocid­o: “Hola, soy Javier, me robaron el celular, no tenía forma de comunicarm­e. ¿Dónde nos juntamos?”. Luego explicaría que, después de un pedido en Facebook, le donaron el móvil que ahora usa. Vínculos a través del despojo, así los define. Pide un té de boldo del que apenas toma unos sorbos. Tiene las tripas revolucion­adas. Repasar su historia le provoca una gran descompost­ura. Lo hace por “Mirame a la cara”, ONG que lleva adelante y que es su forma de vida.

NOTICIAS: ¿Qué es “Mirame a la cara”?

Javier Carballo: “Mírame a la cara” empezó como enojo, intentando que las personas miren a la cara a quienes afectan. Quise exponer a los que traían chicos a trabajar al subte y busqué una forma de difundirlo. Vengo de donde existe la delincuenc­ia, la droga, la familia disfuncion­al, los conflictos; cuando fuimos pibes, éramos los afectados. Pero cuando crecimos, nunca permitimos que se metan con un chico.

Habla en plural pero tira solo. Esta aventura empezó en 2014, cuando fabricaba cuadernos con papel reciclado, los comerciali­zaba y hacía rap en el subte. Hasta que un nene que vendía en los vagones, le pidió que le rapeara. Lo ensalsó: que era un titán, que ayudaba a la familia, que era tan chico y ya un hombrecito. Eso hizo que levantara más plata. “Después entendí que lo había perjudicad­o”. Al tiempo volvió a cruzarse con el chico y notó algo raro. Le dijo: “Mirame a la cara si querés que te rapeé”. Estaba golpeado. Carballo fue hasta donde vivía el pibe e increpó al padre. “Me agarraron con dos tipos más y me rompieron a trompadas, me tiraron a las vías y me dijeron que me fuera del subte o me iba a morir, me dieron 48 horas. Dejé de alquilar lugares fijos y empecé a moverme en pensiones por 48 horas. Pero quería pelear. Entonces comencé con el subte: infoxico a todos –intoxicar a través de informació­n–, molesto a la policía, al tranza, al chorro, al bueno, hasta que todos miramos al pibe. Por qué el chorro no le roba a esta persona que hace

mil pesos cada seis horas por cada pibe, no hay explicació­n”.

NOTICIAS: Los números que da son tremendos.

Carballo: Son violentos y ahora que hice que disminuyer­a la cantidad de gente que les da plata a los chicos, trabajan ocho horas por $ 600; que esos chicos sigan sufriendo, lo tomé como mi responsabi­lidad. Lo justo es que estemos del mismo lado de la balanza. Por eso no vendo la música ni trato de tener más.

NOTICIAS: ¿Cuál es su intención al rapear? Carballo: Exponer que estamos todos complicado­s. Tengo cáncer de colon y necesito un techo. Los cuadernos me generan plata (para cubrir los gastos), el resto, trato de dársela a cualquier persona en situación de calle. Genero vínculos a través del despojo. Eso permite que pueda hablar de explotació­n infantil, porque saben que no lucro.

NOTICIAS: ¿Cómo fue su niñez? ¿Quién conformaba su familia?

Carballo: Mi madre, mi padre y tres hermanos. Previament­e tengo recuerdos de moverme en hogares, que me metían la cabeza en una fuente de agua. Después vivíamos en Pompeya, en una villa, ahí conocí a esta familia. Tuve tres partidas de nacimiento: Arena, Álvarez y Carballo. NOTICIAS: ¿Cómo se explica? Carballo: No se explica. Mi mamá decía veinte historias diferentes de cómo nos había adoptado. Mi viejo no sentía amor, nos cagaba a trom- padas. A los 7, yo juntaba diarios, conseguía comida, pero no alcanzaba. Yo escribía, improvisab­a, se me tildaba de mentiroso porque decía realidades que dolían. A los 14, fui a vivir con otras personas, después, la disfuncion­alidad que tenía y lo que hacía, provocaba que me moviera. La última familia que tuve fue Víctor Vicente Bravo, a mis 17. Él me enseñó a usar mis capacidade­s. Me decía: “Sos vivo, tu problema es que nadie supo qué hacer con eso”. Me sacó de las drogas y de situacione­s enfermizas. A los 18 o 20 pude armar fábrica, generar una economía. NOTICIAS: ¿Qué es armar fábrica? Carballo: Poner 20 personas dentro de un espacio y hacer que salgan con una economía propia generando

Arruiné todo lo que era para que nadie se me acercara. Soy antisocial, pedante. No me veo con familia, me veo metiéndome en quilombo, haciendo cosas interesant­es.

una ganancia alterna. Fabricábam­os muebles con madera reciclada, tenía mi propio aserradero.

NOTICIAS: Buscó afecto y sobrevivir.

Carballo: Necesito pelear. Soy adulto, veo un chico y me hago responsabl­e. Siempre me decían que mi problema era que me enojaba mucho.

A los 27 le diagnostic­aron cáncer de colon, no se lo dijo a su pareja de entonces, hasta que cayó desmayado. Dejó fábrica, casa y esa relación. No quería que lo trataran como enfermo. “Arruiné todo lo que era para que nadie se me acercara. Soy antisocial, pedante, otario. No me veo con familia, me veo metiéndome en quilombo, haciendo cosas interesant­es”.

NOTICIAS: ¿El quilombo es interesant­e? Carballo: Que un chico te vea como referente, como una alternativ­a para expresar, como una ayuda, como alguien que quiera escuchar, me parece que es interesant­e.

NOTICIAS: ¿Cómo lucha contra el trabajo infantil?

Carballo: Hice un estudio como lo haría un capitalist­a: te vestís mal, con olor en la ropa y, cuando los de acá te odian, el que manda al pibe a trabajar te acepta porque sos un mendigo. Entonces ves que el chico trae $ 70 en una sola vuelta. Cuando ves que el chico genera una economía y el premio es un alfajor, un “te felicito” o “andate” y queda retado…

NOTICIAS: ¿Se metió en ese mundo haciéndose el linyera?

Carballo: Volví a ser lo que era de chico. Me disfracé cuando tuve fábrica o para estar acá. Voy con cara de loco, prendo un porro y los incito, vienen y me dicen: “¿Qué onda?”. “¿Qué onda la tuya porque, si sos un ingeniero de Palermo, qué pasa que hay pibes trabajando? Si sos político, ¿qué pasa que hay pibes trabajando?

NOTICIAS: ¿Cómo se ayuda a los chicos explotados?

Carballo: Siendo adultos. Está la ley 26.390 (de Prohibició­n del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescent­e) y no se ejecuta. El asistencia­lismo hace que los chicos no aprendan, necesitan adultos. Lo otro es cómo generamos economía para una familia. Entonces hago un cuaderno reciclado. ¿No lo podés vender? Cuando digas que es de “Mirame a la cara” y que lo hacés para no estar con tus chicos trabajando…

NOTICIAS: ¿Lo escuchó algún funcionari­o?

Carballo: El gobierno me ofreció que haga el eslogan para el 102 (el teléfono de los derechos infantiles y contra la explotació­n), un carnet de discapacit­ado o $ 3.000 para pagarme un hotel; ofrecen pelotudece­s. El gobierno anterior no ofrecía nada. Dice que los chicos del subte lo tienen en su WhatsApp, que les da cuadernos y que ellos le mandan canciones que él corrige. “Esta es la punta de la lanza, el resto le toca a la sociedad. Parece que me tienen que quitar la vida en el subte para que se entienda que la gente muere por un pibe y es porque muchos no hicieron nada. No es el dinero, no es la política, es el hombre, es la mujer, es la sociedad. Si tuviera tres adultos conmigo, me dedicaría a armar la fábrica de muebles, pero no puedo porque no hay otro que grite en el subte. Y si no estoy, ponen más chicos”.

El año pasado, el Ministerio de Trabajo reconoció 715.484 chicos que trabajan y presentó su plan para erradicarl­o. Mientras, debajo y sobre la tierra, cientos de niños son mano de obra. A la vista de todos.

El Gobierno me ofreció que haga el eslogan para el 102, un carnet de discapacit­ado o $ 3.000 para un hotel; ofrecen pelotudece­s. El gobierno anterior no ofrecía nada.

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 ??  ?? MARCADO. En el antebrazo izquierdo tiene un tatuaje que le hizo un pasajero: un hombre y un niño de la mano en un puño apretado y levantado del que sale música.
MARCADO. En el antebrazo izquierdo tiene un tatuaje que le hizo un pasajero: un hombre y un niño de la mano en un puño apretado y levantado del que sale música.
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Nación. Medios: FM 101.5, La la cara Cuadernos: Mirame a (fb/miramealac­araong) Librería: Audiolibro­s. Artes Imprenta: Ultragráfi­ca Gráficas (www.ultragrafi­ca. com.ar) Supermerca­do: Cordial. Yerba: Cachamate. Computador­a: HP. Celular: LG.
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DESPOJO. Alquila una habitación por Palermo y dice que todo lo que tiene en su vida está en el bolso que carga.

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